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Gracias al cielo que estaba sentada. El doctor nos miraba de una manera extraña.

Y no sabía si era porque yo me estaba riendo como loca desquiciada en un ataque de nervios o porque el chico a mi lado sonreía mientras estaba tratando de no romper en llanto.

-Es imposible- dije cuando logré tranquilizarme- No tengo los síntomas.

-De hecho, los tiene- respondió- Haga los estudios mañana y prometo que tendremos los resultados ese mismo día.

-No, es que no lo entiende, es imposible que yo esté- lleve una mano a mi abdomen- Ni siquiera hay un bulto, es imposible.

-Señorita Bermont, hay muchos casos en dónde no hay una barriga de embarazo tal cual como la conocemos.

Charles tomo mi mano, ni siquiera podía verlo. Era un error, no debimos haber venido y hubiéramos ido a ese restaurante a comer lasagna.

-Los estudios nos serán de ayuda para ver si en verdad está en semanas de gestación o si esa anemia ficticia que dice tener es real.

-Sigue siendo imposible- volví a decir.

-Lissie...

-Cierra la boca- el ojiverde asintió- He tenido mi regla sin problema alguno...

-¿Desde cuándo empezó a tener su periodo de solo una mancha?

-¿Tres meses? Pero sigo teniendo...

-Bueno señorita Bermont, creo que algunas mujeres embarazadas suelen tener ese tipo de sangrados en su primer trimestre.

La respiración estaba comenzando a faltarme.

-No, es que no lo entiende, eso es...

-Señorita Bermont, venga conmigo- el doctor abrió la puerta.

Charles camino detrás de mi, nos subieron por el ascensor y entramos a otro piso.

-¿Me van a intentar?- pregunté viendo a los pacientes.

-No, pero utilizaremos una camilla especial- se acercó al mostrador- ¿Se ha realizado pruebas de embarazo?

-No últimamente- respondí.

-¿Qué?

-Luego te digo- le dije a Charles.

Me dieron un recipiente para muestra- Necesito que orine, hay un baño a tres puertas.

Mis manos siguieron temblando aún cuando agarre el pequeño frasco. Sentí la mano de Charles posarse en mi espalda baja, mientras que su mano desocupada tomaba mi bolso.

Me llevo hasta esa puerta- No quiero entrar.

El chico aún tenía cierto brillo en su mirada. Estaba feliz, lo podía notar a distancia, pero sentía que yo no estaba feliz. Quiero decir, era una vil mentira lo que el doctor había dicho.

-Vamos, si quieres entraré contigo.

Le miré, Charles beso mis labios. Un beso dulce pero apasionado, alegría de su parte, nerviosismo del mío. Una extraña combinación que nunca había experimentado.

-Todo va a estar bien- me dijo cuando nos separamos.

Abrí la puerta del baño y entre a este. El recipiente parecía que pesaba en mi mano.

-Controlate Eloise- me dije a mi misma en voz baja. Si seguía ansiosa tendría un ataque de ansiedad.

Entre al baño, está podría ser la primera vez en que había tardado tanto en hacer pipí.

The Last Time (C.L)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora