El final de esta aventura

241 17 14
                                    

->15 de agosto - 11:00 p.m. - Castillo del Rey Demonio<-

Estábamos a las afueras del castillo, pronto entraríamos a pelear contra la amenaza más grande del mundo.

Mexa: Antes de ir, Aztek.

Aztek: Dime.

Durante todo el viaje hasta acá, Aztek y yo planeamos qué hacer en caso de que todo salga mal, y por última vez, Aztek accedió a darme algo que le resta vida.

Mexa: Tienes la canica, ¿verdad?

Aztek: Toma.

Le debía una cantidad exagerada de dinero por ella, pero tres de mi generaciones estuvieron endeudadas, no veo por qué yo no.

Ahora sí, todos estábamos listos para ir a pelear. Todos estábamos con el corazón acelerado, nerviosos, pero pronto afrontaron las cosas.

Mexa: ¡Ahora!

Salimos de nuestro escondite y fuimos con un solo objetivo en la mente. Asesinar al Rey Demonio.

Mexa: ¡Rino, distrae a los guardias!

Entrar al castillo no era fácil por ninguna de sus puertas, pero para llegar más rápido a la sala de estancia del Rey Demonio, la ruta más rápida está por la entrada principal.

¡KBOOM!

Guardia: ¿Qué fue eso?

Rino lanzó una de sus flechas explosivas a un costado del castillo. Claramente la flecha no tenía ningún otro objetivo más que la distracción. Para nuestra suerte, los demonios se lo creyeron por completo y rápidamente dieron aviso.

Guardia: ¡Nos atacan!

La mayor parte de los demonios que vigilaban fueron hacia la parte izquierda del castillo, así que la entrada principal estaba casi libre.

Mexa: ¡Ya, vamos!

Salimos de nuestro escondite y corrimos lo más rápido que pudimos hacia la entrada.

Mexa: Majo, cortina de humo.

Majo: Voy.

Majo sacó una canica de cristal y la arrojó, la cortina de humo se alzó justo frente a la puerta y los demonios que fueron al lugar de la explosión rápidamente entraron a ella.

Mexa: Aztek, vamos tú y yo.

Aztek: Voy.

Mientras Majo y Rino corrían detrás de nosotros, Aztek y yo nos aseguramos que los demonios no fueran un obstáculo. Ambos tomamos nuestras armas y quitamos a quien estaba en el camino.

Ambos nos empapamos de sangre de demonios, pero no nos detuvimos por esos detalles insignificantes, aún no hemos concluido la primera fase.

Mexa: Majo, déjalos afuera.

Majo: A la orden.

Majo arrojó dos canicas de muros de tierra hacia la entrada principal, siendo el doble de gruesas, los demonios no podrán entrar fácilmente, al menos por allí.

Mexa: Primera fase concluida.

Entramos al castillo, aunque aún no hemos llegado a la sala del rey o a su entrada, pero podemos alegrarnos un poco.

Rino: ... ¿Los dejaste afuera?

Mexa: A los demonios sí.

Recordé que no solo debíamos entrar nosotros, pero todo pasó tan rápido que lo olvidé por completo.

Isekai MexDonde viven las historias. Descúbrelo ahora