La historia del impredecible shinobi Yakumo Naruto

Capitulo 5: Abominación Oscura

Hola a todos.

Os pongo el siguiente capítulo, con más acción que el anterior. Espero que lo disfrutéis más que el anterior, porque soy consciente de que aunque la trama necesita avanzar, la falta de acción puede aburriros.

En resumen, espero que este os parezca mejor. No dudéis en comentarme qué os parece.

Disclaimer: Naruto pertenece a Masashi Kishimoto. Touhou Project pertenece a ZUN.

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Capítulo 5: Abominación Oscura

Mientras Naruto salía de la casa de su nuevo clan, respirando profundamente el aire puro, pensaba en el tiempo que había pasado desde su adopción.

Aunque el tiempo en cuestión había pasado tan rápido que ya habían transcurrido varios meses desde su llegada a Gensokyo, se había establecido una especie de rutina. Sin embargo, Naruto no era un desagradecido, ya que desde su integración a este maravilloso mundo, había tenido la sensación de estar en casa, mucho más que en Konoha. Aunque no olvidara a las pocas personas que le gustaban, era más feliz en su nueva familia y en este mundo.

Cuando había entrado en la aldea humana, el lugar donde se reunían todos los seres normales sin poderes, le había sorprendido gratamente la reacción de los humanos. Sus temores iniciales se habían disipado rápidamente, y su aprensión era ahora sólo un mal recuerdo. De hecho, aunque él era un recién llegado y Yukari intimidaba lo suficiente como para acabar con cualquier deseo de violencia, los humanos no temían a los yôkai. Las normas eran muy estrictas contra los que intentaban atacar a los débiles en su aldea santuario y nadie había mostrado el menor signo de rechazo.

Naruto fue saludado por la mayoría de los habitantes del pueblo y devolvió el favor con gusto. Nunca había sido insultado, ni siquiera ignorado, por los mercaderes. Su condición de jinchûriki había sido disimulada y se le consideraba un hanyô, un medio demonio, lo que a los lugareños les parecía natural. Su estatus no había sorprendido a mucha gente, como si fuera perfectamente normal. Él, el marginado de la aldea, el jinchûriki odiado por toda Konoha, era considerado normal en Gensokyo. Él pertenecía aquí.

La aldea era un lugar ideal para ir de compras y conocer gente. Por mucho que Naruto hubiera trabajado, canalizando su energía en agotadores ejercicios, y por mucho que hubiera sido educado en la cortesía y el decoro, la aldea era un lugar demasiado tranquilo para él. El bosque circundante estaba repleto de yôkai y él sabía perfectamente que aventurarse en él era una empresa peligrosa. Hacía poco que había aprendido el arte del danmaku, y los extraños seres que vivían en Gensokyo lo dominaban mucho mejor que él. En su defensa, siglos de experiencia y golpes repetidos tendían a forjar cierta resistencia.

Como en cada una de sus salidas en compañía de Ran y Chen, el chico rubio se había alejado de su madre adoptiva y había decidido explorar las calles, queriendo reconocer el lugar e intentar descubrir una nueva dirección, una nueva tienda. Durante su exploración, el chico de ojos cerúleos pasó por delante de la escuela del pueblo, en cuyo interior una mujer alta y de pelo azul daba clases a varios niños. Los chicos del fondo suspiraban de vez en cuando y a menudo miraban por la ventana, indicando que desearían estar holgazaneando fuera, en lugar de asistir a las lecciones impartidas por su profesora Kamishirasawa Keine. El pequeño niño de cabello gris, que usaba su cuaderno como almohada, le recordaba extrañamente al perezoso niño de cabello oscuro que había conocido en Konoha.

Naruto continuó su paseo por las anchas calles, observando su entorno. Con una asombrosa agudeza de reflejos, esquivó a la rubia que volaba a toda velocidad en su escoba, aquella bruja descarada que tendía a considerar que la calle le pertenecía y que a los demás les correspondía quitarse de en medio y apartarse de su camino.