La historia del impredecible shinobi Yakumo Naruto

Capítulo 12: Conspiración criminal

Hola a todos.

Voy a publicar la continuación un día antes de lo previsto. Este ritmo inusual se debe a que la ficción está muy avanzada, a que llevo unos diez capítulos de adelanto y a que mañana no tendré tiempo de hacerlo. Acabo de comprar Alien: Isolation y se está instalando.

Así que aquí tenéis un capítulo que da un poco un paso atrás, con otros protagonistas. Espero que lo disfrutéis, así que por favor, hacedme saber si tenéis algún comentario o crítica, y gracias de antemano.

Espero que disfrutéis leyendo este capítulo.

Disclaimer: Naruto pertenece a Masashi Koshimoto, Touhou Project pertenece a ZUN.

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Capítulo 12: Conspiración Criminal

El contrato entre la Tierra del Fuego y Gensokyo se había respetado durante los primeros meses. Tras el éxito del traslado del clan a Konoha y la integración de uno de los suyos en las fuerzas armadas de la aldea oculta, podía comenzar la segunda etapa.

Por fin se había abierto el paso entre los dos mundos. Sin embargo, a pesar de la presencia de este agujero de gusano, no todos entraron en él de la misma manera. En el lado de los países shinobi, la lágrima se encontraba en un edificio fuertemente custodiado por un escuadrón de samuráis y lanceros al servicio del daimyô de la tierra del fuego, que deseaba mantener su independencia y asegurarse de que seguía existiendo un statu quo entre él y el Hokage. Los mercaderes que se atrevían a dar el paso lo hacían bajo la atenta mirada de los hombres de armas, que no tardaban en desenvainar su katana si el viajero no mostraba sus credenciales.

Los escasos mercaderes y visitantes que cruzaban el paso llegaban entonces a Gensokyo, a una sala con las paredes cubiertas de placas de piedra, en las que se habían grabado las principales leyes y normas de Gensokyo, seguidas de una advertencia sobre el rencor obstinado que podría perseguirles durante el resto de sus vidas. Hay que tener en cuenta que la expresión "el resto de sus vidas" podía ser tan breve como tres minutos, dependiendo de quién hubiera sido agraviado. También podría referirse a un periodo de varias semanas, pero marcado por un abuso refinado que llevaría a los importunos a un nuevo nivel de horror.

Sin embargo, los guardias del país del fuego no esperaban que dos shinobi de Konoha atravesaran la puerta. Por supuesto, podrían haberlos detenido y preguntado qué hacían, pero los ninjas no tenían que responder ante ellos, sólo lo hacían ante el Hokage. Pasar la información al daimyô y esperar una reacción habría hecho perder el tiempo a los agentes sombra, creado un conflicto de intereses y aumentado las tensiones. En caso de duda, los guardias dejaban sabiamente los asuntos shinobi en manos de los shinobis.

Los dos ninjas eran hombres impresionantes, sobre todo por sus capas negras. El primer soldado de Konoha tenía el pelo ocre y la mandíbula ancha, mientras sus ojos color miel miraban al horizonte con una visible falta de emoción. El segundo era aún más misterioso, con el rostro oculto tras una cofia negra de látex con gafas tintadas, que sólo dejaba visible su boca.

Cuando estos dos seres imperturbables atravesaron el portal, su incomodidad al cruzarlo no les perturbó. Nada parecía perturbarles; sus rostros parecían inexpresivos, como si fueran máquinas ciegas desprovistas de emoción.

Cuando emergieron, los dos hombres se encontraron en lo que parecía ser la trastienda de una tienda. Sin embargo, en lugar de existencias, ante ellos había un mapa enorme con los destinos más cercanos. La mayoría de los nombres de lugares del mapa iban seguidos de kanji escarlata que significaban peligro, antes de pasar a indicar qué tipos de criaturas vivían en la zona, así como el nombre del ser más poderoso de la zona. Algunos de los Yôkais eran extremadamente territoriales y consideraban que ciertas partes de Gensokyo estaban bajo su jurisdicción, y nadie tenía el deseo ni los medios para discutir este hecho. La sacerdotisa Hakurei, guardiana del orden establecido, hacía la vista gorda ante estas reclamaciones, siempre y cuando se respetaran las normas que regían este país.