Capitulo 69: Despertar

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Hola a todos.

Esto es lo que viene a continuación, con muchas revelaciones.

No dudéis en enviarme vuestros comentarios e impresiones.

¡Feliz lectura!

Disclaimer: Naruto pertenece a Masashi Kishimoto. Touhou Project pertenece a ZUN.

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Capitulo 69: Despertar

Madara observaba a sus enemigos con calma. Permanecía en silencio, analizando cada movimiento de la miko de Gensokyo, la más peligrosa del grupo, que estaba dispuesta a luchar junto a Hashirama.

Desde que absorbió el poder de Jûbi, el Uchiha no había perdido el tiempo en fusionarse con el demonio y despertar a un nuevo estado de conciencia. Su aspecto había cambiado, reflejando su nueva condición.

Su pelo había adquirido un tono níveo, un color tan puro que parecía indigno de un ser tan malévolo.

En su mano sostenía un largo bastón, cuya siniestra forma recordaba al cetro de Mima. Su cetro parecía poder utilizarse como arma y como escudo, mientras seis orbes negros orbitaban pacíficamente a su alrededor, reflejando su nuevo poder.

- Onmyôton -murmuró Rumia, impresionada-. Madara domina ahora tanto el chakra como el senjutsu, y es capaz de dominar el poder de la creación y la imaginación. Sólo la magia y el senjutsu pueden afectarle, el chakra es completamente inútil contra él.

- Parece que sabes mucho sobre este poder -dijo ácidamente uno de los shinobi-.

- Probablemente sea porque lo domino y he trabajado en él -admitió ella, apretando los puños-. Sin embargo, no soy responsable de lo que mi pupilo haya hecho con él, ni de lo que tus nukenin hagan con él.

- No os culpéis los unos a los otros -cortó Madara con expresión molesta. Cúlpense ustedes -añadió, frunciendo el ceño.

El legendario shinobi avanzó hacia sus enemigos, moviéndose con gracia divina, arremolinado en su inmaculado kimono.

- ¡Ahora voy a deshacerme de vosotros! ¡Limbo!

El legendario Uchiha generó espectros, réplicas invisibles en este mundo, que se abalanzaron contra los reencarnados. Rápidamente, estos seres invisibles e imperceptibles atacaron al viejo kage, destruyendo estos Edo Tensei con tal facilidad que comprobó que su antiguo rival se había oxidado.

Mientras los reflejos estaban ocupados, el verdadero Madara se volvió hacia los cielos, dispuesto a activar la fase final de su demencial plan.

Madara extendió los brazos, comenzando a levitar hacia los cielos despejados. Cuando estuviera lo bastante cerca de la luna, el ojo de su frente se abriría y por fin podría reflejar su colosal pupila.

Antes de que pudiera ganar suficiente distancia, una silueta borrosa emergió por encima de la coalición, antes de chocar con el autoproclamado dios.

Madara dejó escapar un gemido cuando su oponente lo barrió hacia un lado y lo hizo caer al suelo. El criminal trazó un amplio surco en la roca, levantando remolinos de polvo, pero no fue suficiente para derrotarlo. Sus ojos brillaron de expectación y al instante se puso en pie, dispuesto a luchar.

Se tocó la caja torácica, sintiendo sus costillas agrietadas, antes de sonreír y sacudirse el polvo de la túnica, retirando los fragmentos de tierra y polvo incrustados en las fibras.

- Eres rápido -declaró, dirigiéndose al shinobi que lucía un corte de pelo a tazón y un atuendo verde ciertamente ridículo y de mal gusto-. Pero te falta el aliento. Aunque seas el mejor luchador de taijutsu que he conocido, estás condenado, como todos los que viven en este mundo maldito.

La historia del impredecible shinobi Yakumo NarutoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora