La historia del impredecible shinobi Yakumo Naruto

Capítulo 38: Ojo que no Engaña

Hola a todos.

No es habitual, pero esta semana os traigo un capítulo extra. Espero que lo disfrutéis, ya que he aprovechado para presentaros a una de mis parejas favoritas.

Aprovecho para contestar a Luvimi, ya que no puedo responderte por MP. El pasado de Mokou es similar al de esta otra historia por dos razones. La primera es que Mokou se basa en un personaje histórico (como muchos otros, la historia y los mitos son de todos). La historia me proporciona muchos elementos, sobre todo acerca de la sociedad y la importancia del honor en el Japón feudal, y me gusta mantenerme cerca de la veracidad histórica. La segunda razón es que yo soy el autor de esta otra ficción. Simplemente he tomado los elementos del canon, así como los que considero más acertados, que me han llevado a encontrar una explicación para entender a Mokou.

La lucha contra Danzô tendrá lugar, pero tendrás que esperar un poco, ya que mientras tanto sucederán varios acontecimientos. Tendréis que esperar unos diez capítulos, ya que tengo mucho más que contar antes.

Espero que os guste este capítulo. Escribir es un verdadero placer y una fuente de alegría, y me ayuda a desestresarme mucho. Si disfrutas leyéndome, estoy encantada de que te entretenga mi ficción. Gracias por tu lealtad.

Descargo de responsabilidad: Naruto pertenece a Masashi Kishimoto. Touhou Project pertenece a ZUN.

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Capítulo 38: Ojo que no Engaña

Chireiden, el famoso palacio subterráneo, era una inmensa catedral que dominaba la dinámica ciudad de los oni. La ciudad estaba formada por cientos de viviendas, con las torres de las pagodas alzándose de vez en cuando, señal de que un oni gobernaba la zona y exhibía su poder alzándose sobre los demás e inscribiendo su poderío en el paisaje.

Eran gentes extremadamente orgullosas, pero sobre todo les gustaba divertirse y pasarlo bien. Sin embargo, los pocos tontos que se enfrentaban a ellos tenían la desgracia de ver sus huesos aplastados. Los tengu habían intentado esclavizar a los oni, utilizando judías para neutralizar sus poderes, pero la revuelta había sido extremadamente violenta y costosa en vidas. El salvajismo de los seres con cuernos era legendario, y aunque sabían controlarse, su violencia siempre podía resurgir si se les empujaba demasiado lejos.

Las puertas de uno de los muchos bares se abrieron, dejando salir a dos de los lugareños, cuyos pasos vacilantes indicaban que estaban bastante achispados. Esto era aún más sorprendente si se tiene en cuenta que las criaturas con cuernos tienen una gran resistencia al alcohol.

La más pequeña de las dos, una criatura de nombre Ibuki Suika, se ajustó el cinturón de acero templado que sujetaba su falda, avanzando rápidamente hacia la superficie, mientras que la más grande tomó la dirección del gran puente, con la diferencia de que arrastraba los pies.

Hoshiguma Yuugi, una de las cuatro devas de la montaña, era una leyenda viva entre su pueblo. Esta rubia alta y de hombros cuadrados lucía con orgullo sus brazaletes de acero, adornados aún con algunos eslabones, recordatorios de un periodo de cautiverio antes de que diera la señal para la revolución rompiendo sus cadenas y aplastando los cráneos de los esclavistas tengu que tuvieron la desgracia de encontrarse en sus garras.

La orgullosa guerrera, la alta rubia del largo cuerno, no tenía prisa por llegar al puente que unía el mundo subterráneo con la superficie. Ella, la alcohólica que había liderado una revuelta e iniciado una guerra, tenía miedo de enfrentarse a un simple yôkai.

En su defensa, Yuugi no sentía más que odio por el tengu. Era mucho más fácil odiar que amar, ya que la imaginación era muy fértil cuando se trataba de hacer sufrir y exterminar a los demás. Pero estos sentimientos malignos eran la antítesis de lo que sentía hacia Parsee.