La historia del impredecible shinobi Yakumo Naruto

Capitulo 7: Konoha Bajo Vigilancia

¡Hola a todos!

Aquí está la siguiente parte de la historia, con un regreso a la aldea oculta de las hojas. Si queréis averiguar qué arcos argumentales se están poniendo en marcha, hay una pista escondida en cada capítulo. De ti depende averiguarlo.

También espero que disfrutéis de mi historia, porque tengo que admitir que me ha costado mucho escribir este capítulo. Tenía mucho que contar y no quería acortarlo, lo que explica que sea más largo de lo normal. De hecho, la longitud general de los capítulos debería aumentar.

Espero que disfrutéis leyéndolo, y no dudéis en enviarme vuestros comentarios o críticas.

Disclaimer: Naruto pertenece a Masashi Kishimoto. Touhou Project pertenece a ZUN.

------------------------------------------------------------------------------------------------

Capitulo 7: Konoha Bajo Vigilancia

Cuando llegó la hora, Naruto se reunió tranquilamente con las dos rubias y entró en la sala del consejo, un lugar en el que nunca había tenido la oportunidad de entrar. Esta sala, aislada y alejada de fisgones, idealmente situada cerca de los pisos de la matriarca, era extremadamente sobria. No era en absoluto una sala ceremonial diseñada para intimidar y abrumar a los visitantes con oro y mármol. El único mobiliario eran esteras de tatami sobre el parqué y nada más. La escasez del espacio estaba deliberadamente diseñada para garantizar que nada pudiera ocultarse y, al mismo tiempo, dejar claro que las palabras pronunciadas dentro de esta sala pintada de blanco, y las deliberaciones que allí tenían lugar, no tenían existencia a los ojos del mundo. Sólo cuando las decisiones se anunciaban en el gran salón, en presencia de todos los miembros del clan, adquirían valor oficial.

En la sala del consejo, Naruto tenía el privilegio de descubrir el otro lado de las cosas. Estaba entrando en la intimidad del clan, encontrándose frente al reverso de las cosas que tanto había buscado. Aquí, en este espacio sobrio, comprendió que Yukari tenía un segundo lado, una segunda cara, que resultó ser mucho más oscura, manipuladora y reservada de lo que había sospechado.

Ran y Naruto se situaron frente al tosco y curtido secante de cuero que servía de soporte a su superior. Respetuosamente arrodillados ante la matriarca que presidía, esperaron a que terminara de poner unas palabras sobre el papel.

- Dada la importancia de esta reunión, prescindiremos de las formas habituales de cortesía -dijo con calma la mujer rubia, cuyos ojos entrecerrados le daban un aspecto cansado, aunque seguían tan brillantes como siempre-. Vamos a discutir un punto que será crucial para el futuro de nuestro clan, pero también de Gensokyo. Me refiero a la reanudación de los intercambios económicos y diplomáticos entre nosotros y los shinobi. Pasé por largas y penosas discusiones con la sacerdotisa Hakurei, así como con otras personas influyentes de Gensokyo, para poner en marcha este proyecto.

Yukari había utilizado su lengua de víbora, encantadora y seductora, para mostrar a todos las ventajas de reanudar las relaciones. Por supuesto, sólo se trataba de un experimento que podía terminar en cualquier momento sin previo aviso, pero se habían ofrecido muchas ventajas a todos los grandes y buenos de este país.

La sacerdotisa Hakurei agradeció la oportunidad de dejar que los elementos volátiles y los conspiradores, como la diosa de la montaña Yasaka Kanako, se desbocaran fuera. Si podían perder el tiempo fuera de Gensokyo, sería energía malgastada en algo que no fuera planear un incidente para usurpar el lugar de los Hakurei. Yukari había aprobado a Reimu, apoyando firmemente a la familia responsable de preservar este país, pero tenía otro motivo aún más tácito. Manipuladora y belicista, como había demostrado en su intento de conquistar la luna, nada le gustaba más que la oportunidad de ver cómo los vivos se destrozaban unos a otros por el poder. Más que su deseo de divertirse, lo que motivaba este intercambio era su insaciable sed de conocimiento.