La historia del impredecible shinobi Yakumo Naruto

Capitulo 59: Itachi salva el Día

¡Hola a todos!

Aquí tenéis la siguiente parte de la historia, más centrada en la guerra y en Naruto.

Espero que disfrutéis de esta batalla, con la presencia de un shinobi excepcional.

No dudéis en hacerme llegar vuestras opiniones.

¡Feliz lectura!

Disclaimer: Naruto pertenece a Masashi Kishimoto. Touhou Project pertenece a ZUN.

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Capitulo 59: Itachi salva el Día

Puede que Mima fuera una campeona en el campo de la abyección, pero la vigilaban muy de cerca. Parecía que se había organizado algún tipo de concurso para ver quién podía ser el más cruel y monstruoso, y muchas personas parecían haber corrido la voz para participar, haciendo su modesta contribución a este edificio de malevolencia que parecía construirse día tras día.

Entre los candidatos mejor situados para este siniestro título se encontraba, por supuesto, Yakushi Kabuto.

El intelectual estaba refugiado en una oscura cueva, lo suficientemente cerca del campo de batalla como para poder movilizar a sus marionetas, pero lo suficientemente lejos como para no ser localizado por el ejército shinobi. Había pasado mucho tiempo asegurando la zona, entre otras cosas para no tener que soportar las inoportunas intrusiones de Tobi y Zetsu, pero no quería que este escondite fuera violado.

El antiguo pupilo de Orochimaru sonrió mientras observaba su goban, en el que movía sus peones.

Había traicionado a Orochimaru por una buena razón. La vieja serpiente parecía tener problemas con sus experimentos, ya no progresaba tan rápido como cuando empezó. Es más, no había visto que Kabuto había estado investigando por su cuenta, con el fin de desvelar ciertos secretos. Un hombre de su calibre, incapaz de protegerse de semejante traición, estaba claramente en plena degeneración.

Kabuto había aprendido en secreto a dominar el senjutsu e incluso había logrado comprender el origen del Rinnegan, así como ciertos elementos interesantes relacionados con el chakra.

El simple y devoto sirviente que era, aspiraba a convertirse en el ser más poderoso, mientras dominaba este poder a la perfección. Orochimaru se estaba convirtiendo en una vergüenza y una molestia para sus ambiciones y, al final, la elección había sido fácil.

Kabuto había traicionado a su maestro, decidiendo que era hora de seguir su propio camino, pero había preferido no irse con las manos vacías. Había robado el ejército secreto de la Serpiente Blanca, para protegerse a sí mismo y disponer de una valiosa baza.

El desertor volvió a ponerse sus gafas redondas y contempló su tablero, ordenando sus peones.

En la retaguardia de la Quinta División, dos ataúdes emergieron del suelo, fuera del alcance de los shinobi.

Los dos recién reencarnados habían recibido la orden de perseguir un objetivo muy concreto.

Naruto, el objetivo del ejército enemigo, no había podido ser contenido en un refugio seguro. Aparte de que nunca habría aceptado quedarse detrás de sus amigos, escondiéndose como un cobarde, Yukari quería que luchara junto a su familia.

Para protegerse de la amenaza que suponía Madara, el rubio había recibido instrucciones de no exponerse demasiado, para no atraer al ser enmascarado. Mientras el ejército Zetsu y el Edo Tensei estuvieran dispersos, el shinobi podría maniobrar mejor que ellos. Habría bajas inevitables, pero los monstruos blancos no eran un desafío para un ninja bien entrenado. Sólo los reencarnados constituían una gran amenaza, pero podían ser superados por un ejército combativo y bien informado.