La historia del impredecible shinobi Yakumo Naruto

Capitulo 52: Preparativos Finales

Hola a todos,

Voy a publicar la secuela un poco antes de tiempo, ya que llevo varios capítulos adelantados.

Así que ahora que Pain ha sido derrotado, no queda nada para retrasar el estallido de la Cuarta Gran Guerra. Así que os iré trayendo los preparativos de cada bando, antes de la batalla final entre nuestros héroes y sus enemigos.

No dudéis en enviarme vuestros comentarios y opiniones. Me gustaría agradeceros vuestro apoyo y fidelidad a esta historia, ya que han pasado casi once meses desde que la empecé.

¡Muchas gracias a todos!

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Capitulo 52: Preparativos Finales

En las profundidades del mundo, en una misteriosa cueva, único vestigio de una época antigua y ya olvidada, Tobi meditaba.

Al demente manipulador, perpetuamente enmascarado, el hombre que dirigía Akatsuki en las sombras, le gustaba estar solo para pensar en su estrategia y planear su próximo movimiento.

Por el momento, el enmascarado permaneció inmóvil, reflexionando cuidadosamente sobre el pasado. Era una época de su vida que idealizaba, en la que tenía todo lo que quería, pero al mismo tiempo era una época que detestaba, que le recordaba que nada es sencillo y que este mundo estaba hecho de injusticias y sufrimiento.

Cuando era joven, no era más que un niño impaciente y sobreexcitado que no podía estarse quieto más de unos minutos. Antes sólo aspiraba a una vida heroica de luchas defensivas, en la que esperaba convertirse en un héroe respetado y conquistar el corazón de la mujer que amaba, cuando esperaba que fuera su novia.

Se rió entre dientes. Realmente era un tonto ingenuo en aquellos días. Tras la desastrosa batalla del puente Kannabi y la pérdida de Rin, había comprendido que la vida no era más que una larga serie de pérdidas y dolor. Había tenido que experimentar en carne propia ese desgarro insoportable, esa dolorosa sensación de pérdida, para abrir por fin los ojos a la verdad que le rodeaba.

Por eso había decidido renunciar a todos los lazos que le quedaban. Era mejor cortarlos por sí mismo que sufrir más pérdidas. Había atacado a su aldea, condenado a muerte al hombre que le había enseñado y acabado asesinando a su propia familia.

De todos modos, ya no le importaba.

Su clan sólo pensaba en el poder, Kakashi sólo pensaba en las reglas, los líderes sólo pensaban en el poder.

Este mundo estaba corrupto, podrido hasta la médula. Generaba tanto sufrimiento y se regodeaba en él hasta tal punto que era sencillamente insoportable.

Esta realidad era una abyección, un error que había que borrar. Mejor borrarla de un plumazo que reformarla. Este mundo moribundo estaba a punto de llegar a su fin y él sería el instrumento.

Levantó la cabeza, mirando la estatua que mantenía sellada. Sólo faltaba el chakra de Kyûbi para que su plan tuviera éxito. La próxima luna llena, el momento decisivo para llevar a cabo su plan, no tendría lugar hasta dentro de cinco días, así que para entonces tenía que haberlo conseguido todo.

Tenía que darse prisa, acelerar los preparativos para no retrasar la realización del mundo de sus sueños.

Tobi cambió de opinión.

Había sido paciente, muy paciente, dejando germinar las semillas de la duda, la mentira y la corrupción. Podía esperar un mes más y seguir planeando su guerra. Se negaba a que sus prisas pusieran en peligro el plan.