La historia del impredecible shinobi Yakumo Naruto

Capitulo 65: Árbol Divino

¡Hola a todos!

Aquí tenéis la continuación de la lucha entre la Alianza y los Akatsuki, que está llegando a su fin.

Espero que disfrutéis del capítulo, y no dudéis en enviarme vuestras críticas, que leeré con atención.

¡Feliz lectura!

Disclaimer: Naruto pertenece a Masashi Kishimoto. Touhou Project pertenece a ZUN.

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Capitulo 65: Árbol Divino

La silueta del inmenso árbol se destacaba contra la luna llena, aplastando a todo el ejército con su colosal inmensidad. El fenomenal grosor del tronco de color ocre parecía hacer irrisorio cualquier ataque, y el brote, agitado por leves espasmos, consiguió aplastar toda esperanza.

- No os desaniméis -gritó Kakashi-. ¡Debemos detenerlos cuanto antes!

Con eso, el ejército cargó hacia delante con desesperación, consciente de que el tiempo se agotaba. Al mismo tiempo, los usuarios de ninjutsu concentraron su fuego en la flor que albergaba el ojo que apuntaría a la luna. Abandonaron toda sutileza y organización, disparando todos los jutsu que se les ocurrían, desatando un sinfín de ninjutsu.

Emplearon las técnicas más variadas, formando una armada de llamas, balas y relámpagos, cuyo diseño recordaba a los danmakus de algunas de las damas con más talento de Gensokyo.

La descarga iluminó los cielos, que estallaron en llamas, resplandeciendo en un tablero de ajedrez aleatorio de tonalidades indefinibles. Esta formidable cantidad de chakra se estrelló contra una pantalla protectora negra, casi translúcida, que se alzó alrededor de Jûbi.

El escudo se mantuvo firme, absorbiéndolo todo, antes de que la Alianza dejara de atacar, abatida por esta defensa.

Inmediatamente, el escudo se desvaneció. Sólo un vago reflejo alrededor del árbol delataba su presencia. El muro invisible que acababa de contrarrestar su primer ataque parecía burlarse de ellos, como si estuviera esperando a que reaparecieran todas sus oleadas de ataque, para bloquearlas mejor.

Sin embargo, no había que olvidar que esta defensa era un último recurso. Siempre estaban los tres nukenin presentes para proteger al árbol titánico.

- No voy a dejar que lo estropeéis -exclamó Sakura mientras se dirigía con paso seguro hacia las primeras líneas. En menos de diez minutos, el plan del ojo lunar llegará a su fin. ¡Imagínate lo que ganaremos!

Sakura desenvainó su abanico de plátanos, incinerando al samurái más cercano, antes de liberar a más shinobi con un tornado.

- Dejad de creer que la realidad es inmutable -declaró, hundiendo su puño lleno de chakra en el pecho de una kunoichi demasiado lenta, antes de lanzar el cadáver lejos y aplastar los huesos de cualquier desafortunado que se cruzara en su camino-. La realidad la definen nuestros sentidos y percepciones. Un genjutsu sólo es efectivo mientras no sepas que existe. ¡En el Tsukuyomi infinito, todos tus deseos serán reales! ¡No habrá más sufrimiento ni desesperación! Todos los que has perdido volverán. ¡No habrá nada más que un mundo de sueños, paz y amor absoluto!

El tono de su voz era demencial, lleno de un loco idealismo que demostraba que creía sinceramente en lo que decía y en la causa que defendía.

Yûka empezaba a enfadarse con aquel enemigo que intentaba hacerles dudar y minar sus convicciones. El yôkai hizo surgir del suelo numerosas enredaderas que rodearon a Sakura antes de ordenar a las zarzas que se enredaran alrededor de sus miembros, clavando sus largas espinas en la carne necrosada.