La historia del impredecible shinobi Yakumo Naruto

Capítulo 27: Cegados por el Amor y el Odio

¡Hola a todos!

Aquí tenéis la continuación, publicada antes de lo previsto, porque voy muy adelantada y quiero que disfrutéis de este capítulo. Espero que os guste, es un momento crucial y realmente importante.

No dudéis en hacerme saber qué os parece, siempre estoy encantada de leer y responder a cualquier comentario.

Feliz lectura a todos.

Disclaimer: Naruto pertenece a Masashi Kishimoto. Touhou Project pertenece a ZUN.

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Capítulo 27: Cegados por el Amor y el Odio

La vasta finca del clan Uchiha era un lugar más silencioso y tranquilo que una tumba. Aparte del leve movimiento de las hojas en el patio lleno de surcos, cuyo mantenimiento dejaba mucho que desear, no había señales de lo que estaba a punto de ocurrir.

A pesar de que estaba completamente oscuro, con las nubes ocultando las estrellas y la luna menguante, había una persona que no dormía. En la oscuridad, Sasuke se abrochó la mochila tras una última comprobación de su contenido. Durante semanas había estado madurando su plan para abandonar la aldea en su búsqueda de poder. Había observado las patrullas ANBU, espiado los horarios de los turnos y planeado cuidadosamente su partida.

El moreno respiró para darse valor, antes de echarse la mochila a la espalda. Salió de su habitación, cruzando el gran salón vacío, antes de echar un último vistazo al marco en el que posaba su familia. Estaban todos allí. Su madre sonreía, su padre aún tenía un aspecto austero y él posaba en primer plano, cándido, cerca de los brazos del asesino al que le habían cortado la cara.

Sasuke abrió suavemente la puerta principal, apoyando la mano en la madera y acariciándola con nostalgia. Cerró los ojos, sacudiendo la cabeza para no dejar que aquellos pensamientos empalagosos le invadieran y le impidieran cumplir con su destino.

El moreno cerró la puerta, decidido. Sabía que, al desertar, cortaba de una vez por todas los lazos con su pueblo. Sería la última vez que viniera aquí, podía sentirlo. Aun así, esta inmensa casa no era tanto un recuerdo del glorioso clan Uchiha como una necrópolis putrefacta que simbolizaba la decadencia de su difunta familia.

Aquí no quedaba nada para él. Intuyó que su vida como nukenin no podría estar compuesta de más soledad.

Sasuke atravesó la aldea a toda velocidad hasta llegar al parque situado junto a la muralla que la rodeaba.

En la espesura, mientras esperaba nervioso la oportunidad propicia, se oyó un crujido. Rápido como un rayo, se giró para ver quién le había sorprendido. Sus ojos no podían ocultar la confusión y la curiosidad que le producía ver a su compañera de equipo.

- Así que era eso -murmuró Sakura con voz mortecina-. Llevas mucho tiempo planeando tu partida, pero sospechaba que sería esta noche. Lo sabía con certeza, aunque no pueda explicarlo.

- Si lo sabías -replicó el huérfano-, ¿por qué no dijiste nada?

- Sé cuáles son las consecuencias -admitió ella-. Eres mi camarada, mi amigo y significas aún más para mí. Te quiero y no quiero que te hagan daño. Te lo ruego, detén esta locura mientras puedas.

Sasuke resopló despectivamente, antes de mirar fijamente a los ojos de jade que le imploraban en silencio que reconsiderara su decisión, que tenía consecuencias de largo alcance.

- Ya lo he pensado -cortó con la frialdad de un kunai-. Necesito más poder, así que o estás conmigo o estás contra mí.

Sakura tembló, pensando con rapidez y mordiéndose los labios.