La historia del impredecible shinobi Yakumo Naruto

Capítulo 13: Orden Asesina

¡Hola a todos!

Espero que estéis todos bien, y para los que estéis de vacaciones, ¡espero que hayan empezado bien!

A continuación, el inicio de un nuevo arco en el que aparecerán varios personajes importantes. Espero que disfrutéis de este capítulo, porque aunque es duro, va acorde con mi visión del mundo shinobi.

Feliz lectura y gracias a todos los que me dejen reviews, intentaré contestar lo mejor que pueda.

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Capítulo 13: Orden Asesina

En una de las pequeñas carreteras costeras del País del Fuego, una compañía de ninjas caminaba tranquilamente bajo el follaje de los fresnos, cuyas ramas se mecían suavemente con el ligero viento matutino que soplaba desde la costa.

El grupo estaba formado por el famoso Equipo Siete, liderado por el jonin Hatake Kakashi. Tan flemático como siempre, había conseguido negociar con el Hokage para obtener una misión de rango C, sin olvidar que se había beneficiado de la insistencia de Naruto.

En general, estaba orgulloso de cómo progresaban sus alumnos. Los tres jóvenes habían comenzado a trabajar juntos con mayor eficacia, especialmente Sakura, que había abandonado su estúpida dieta y había comenzado seriamente a perfeccionar sus habilidades de combate. Normalmente, nos imaginábamos a las kunoichis luchando a distancia, con genjutsus o técnicas refinadas, pero Sakura prefería la confrontación física, así como sus doton jutsus. Realmente había mejorado, aunque aún le faltaba adaptabilidad.

Sin embargo, aún no había visto derramar sangre. Una misión de rango C significaba que eventualmente podrían toparse con bandidos y si Sakura podía soportar la culpa de un asesinato, su bautismo de sangre sería el primer paso para convertirse en una excelente kunoichi.

Naruto y Sasuke eran verdaderos prodigios a los ojos de Kakashi. Era raro ver a jóvenes dominar las artes ninja con tanta brillantez, aunque no eran tan precoces como él... o el infame Uchiha Itachi.

Sasuke tenía cierta facilidad, pero su familia siempre había compartido el valor del trabajo duro para despertar el Sharingan e Itachi le había motivado para obtener el poder, costara lo que costara. Por encima de todo, Sasuke necesitaba toda la interacción social que pudiera conseguir, porque al aferrarse al pasado, se aislaba del presente y no sentía casi nada por los que le rodeaban.

Naruto era diferente. Trabajaba duro, pero para proteger a su familia. El Yakumo le había enseñado el arte del Danmaku, que le permitía utilizar su chakra para crear ataques poderosos y eficaces. Aunque sólo utilizaba un tipo de chakra, el del viento, en ciertos golpes, los demás se cargaban con el chakra rojo de Kyûbi. Nunca había visto a nadie con tal dominio del chakra bijuu, aunque había oído hablar de la legendaria Uzumaki Mito, esposa del Shodaime Hokage.

El Equipo Siete, en una misión de escolta, rodeaba a un anciano con perilla canosa y entradas. Su cliente, Tazuna, no dejaba de lanzar miradas de preocupación tras sus gafas ovaladas. Su estrés había acabado por convencer al equipo de que algo iba mal, como si les estuviera ocultando información.

El charco de agua que había en el camino, a pesar de que no había llovido en una semana, les puso sobre aviso.

- Sasuke -susurró Kakashi, haciéndole un gesto.

Sasuke parpadeó, reviviendo su Sharingan, que había despertado tras una violenta sesión de entrenamiento durante la cual la mitad del equipo siete casi había muerto a causa de sus heridas. Aunque se había recuperado, el castigo que había recibido no era algo que deseara recordar.