Continuación

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La señora dueña del local estaba muy feliz de tener a los chicos en su pequeño restaurante.

Las hermanas de Jimmy ya habían terminado su turno, por esa razón habían ido al parque.

Ambas se sentaron con los chicos a comer.

-¿Cuantos años tienen ustedes?- preguntó Tiffany.

- Yo tengo 14 - dijo Bella - Y ella 12

- ¿Asisten a alguna Iglesia? - ahora fue Kelly la que habló.

- No- respondió la menor - o más bien sí, estamos asistiendo a la de ustedes... bueno realmente sólo hemos ido una o dos veces, pero hemos asistido.

A las chicas les causó gracia la pequeña Aurora.

Por momentos Hellen quedaba observando a Aurora, escuchar su nombre le recordaba a su amiga y hacía que sintiera nostalgia.

- Entonces ustedes son bienvenidas a nuestra iglesia- dijo Tifi con su gran sonrisa.

Entre los otros empleados estaban una pareja joven y un chico.

-¿Cómo se llaman ustedes?- preguntó Adam.

-Soy Mauro y ella es mi esposa Antonela.

Todas las miradas se dirigieron a la pareja.

Kelly moría de ternura al verlos. Mauro era tez blanca, sus ojos eran café, Antonela era morena, no tuvieron que preguntar si era hija de la dueña del restaurante, pues se parecían mucho.

- Es muy bueno lo que están haciendo en la ciudad- habló Antonela.

-Todo para la gloria del Señor- respondió Adam.

Alondra había quedado sentada al lado de Jimmy, Aurora no paraba de verlos con picardía.

Jimmy estaba rojo.

-Siento calor- dijo Jimmy

- Se te nota- dijo su pequeña hermana, mientras hacía todo lo posible por no reírse de su hermano.

- No te preocupes que ya traen los refrescos- dijo la señora.

Un chico alto, cabello Castaño traía los refrescos.

Los sirvió. De entre todas las hermosas chicas su mirada se enfocó en una, que hasta el momento no había hablado, y no, no era Alondra.

La chica limpiaba sus lentes, ella no notó que el chico la veía anonado por su belleza, pero Kelly si.

La sonrisa del chico era muy atractiva.

Se ubicó junto donde estaba la pareja de esposos.

- Tu mirada me pone nerviosa - dijo la pequeña Aurora a Hellen.

Hellen sonrió, ella había pasado observando a Aurora, no se parecía nada a su amiga, pero sólo en escuchar su nombre la recordaba.

-¿Por qué?- preguntó la castaña

- Es que tus ojos son así... grises, Pero son muy lindos.

Hellen agradeció el cumplido de la chica.

Bella no dejaba de tocar el cabello de Kelly..

- Es muy lindo

-Gracias- respondió Kelly.

-Ustedes nos caen bien, todos son buena onda- dijo Bella - No son como esas personas que lo hacen a un lado, cantan lindo, los instrumentos que tocan suenan hermoso exceptuando la batería.

Jimmy la fulminó con la mirada, estaba ofendido.

Todos rieron.

-Naah, es broma, te amo Bro- dijo Bella.

No Hay De Que Temer. Libro II (Trilogía) [Los Sueños de Dios]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora