No Hay De Que Temer. Libro II (Trilogía) [Los Sueños de Dios]

52|La más afectada

bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo.
Mateo 5:11

Una semana después

|02 de Junio|

Empezaban el mes de Junio, había pasado una semana después de que Jireh y José se dieran cuenta que Tahís había publicado la foto. ¿Cómo lo habían descubierto? Bueno... La foto se había publicado en la página de "chismes universitarios". Hasta ese momento, dicha cuenta era anónima, pero José se dio cuenta quién estaba detrás de ese perfil ridículo. Era una chica de mercadotecnia, había creado esa cuenta hace dos años —ella estaba en tercero  — resulta ser que la chica, era la  hermana mayor de Tahís y ambas les gustaba hacer fiestas en sus casas con estudiantes de la universidad y luego hablaban mal de ellos, anónimamente, a través  de ese perfil. Jireh hizo uso de sus conocimientos informáticos y José —que no se quedaba atrás —logró a jakear la cuenta.

—¡No tenías que hacer eso! — le había dicho Jireh, dándole un golpe en el brazo.

—Era la única manera de saber —respondió sin darle importancia al regaño de la chica —y no me golpees.

Hellen les había dicho que la única persona que estuvo tomando muchas fotos ese día, era Tahís y luego cuando abrió la cuenta habían mensajes de Tahís hacia  su hermana hablando de Hellen.

¿Por qué contra ella? Esa era la pregunta que todos se hacían. Ese mismo día  —que descubrieron a la culpable de esa foto —después de ensayar con los chicos en casa de Oliver y Lilliam, Jireh exigió a José que fuese a la bodega y les explicara a todos como lo había descubierto.

José llegó y observó a todos. La bodega ya no parecía bodega, por poco y parecía un estudio de grabación, al fondo estaba la batería un equipo de sonido, el teclado, el bajo, una guitarra acústica y otra eléctrica. Las paredes estaban pintadas de los colores que se suponía eran los colores favoritos de cada uno de ellos. Vio un dibujo muy lindo de un micrófono con un fondo morado. Si, definitivamente era el de Lilliam, ella amaba el morado, hasta tenía dos mechones de cabello en ese color. Luego su mirada se dirigió a la parte pintada en azul cielo, era la de Hellen, o como el le decía: La castaña. Era una mariposa pintada en ese color. La mariposa se veía tan delicada, pero al mismo tiempo transmitía confianza, paz y muchas cosas lindas. Observó los  demás colores.

Esa  bodega, ahora estaba muy limpia y unos chicos cristianos la habían ocupado para ensayar canciones, esa misma bodega el la había ocupado para inyectarse heroína en varias ocasiones.

Kelly dirigió a José al lado de Jiji, en un sillón color gris. Jireh no podía evitar ver cómo, por unos segundos José veía a Hellen.

< no sé si será pecado, pero cada vez estoy más convencida que el rubio puede sentir algo por Hellen>

Se decía así misma.

Si era así como ella lo pensaba... ¿Como se lo tomaría Hellen?

Bella le ofreció galletas a José, este tomó una, luego Hellen le extendió un refresco y el rubio rápidamente la vio a los ojos para luego tomar el jugo.

¡¿Soy la única que ve esto?! Todo esto sucede en segundos, pero siento que solo yo lo noto. Se que mi vista tiene problemas, pero ¡esto lo veo bien!

Seguía pensando la morena.

Definitivamente al igual que muchas lectoras, Jiji estaba  más que convencida.

Ese mismo día, Adam le agradeció a José por ayudar, Hellen también estaba muy agradecida.

Hoy Jueves, en la universidad había un alboroto, todos se movían de un lado a otro, estaban haciendo una feria y todos iban a exponer un tema. José estaba esperando el momento perfecto para hablar con Tahís; aunque hablar con Tahís era de lo peor porque ella era demasiado intensa. Pero él tenía que vengar lo que le habían hecho a la castaña. ¿Que iba a hacer? ¿Que le iba a decir cuando tuviese la oportunidad de hablar con ella? Lo peor de todo es que él no sabía por qué lo hacía.