No Hay De Que Temer. Libro II (Trilogía) [Los Sueños de Dios]

54| Sorpresas

Sábado 04 de Junio

Narra Jireh

Habíamos. Pasado toda la noche orando y cantando. La madrugada nos encontró de rodillas ante nuestro Dios, cuando escuché al doctor decir que podría cantar me emocioné, pero lo que siguió diciendo fue como un golpe bajo.

Me sentía mal porque lo único que había mejorado era la voz, pero lo demás seguía empeorando.

Mientras adorabamos en la madrugada, entendí que debía de tener pasencia, no sabía si esto iba a terminar aquí, pero estoy segura que allá en el cielo no habrá más dolor.

Después de haber llorado en la presencia de Dios, dormimos dos horas y luego Lilliam nos invitó a beber café, así que todos nos dirigimos a la cocina. Me cantaron las mañanitas ya que hoy sábado estoy cumpliendo 19. Para cuando me cantaron las mañanitas José bajó y estuvo ahí, no cantó pero ahí estuvo.

Bella se me había acercado para pedirme disculpas, yo estaba súper sorprendida, siempre supe que no le caía tan bien a ella, pero no entendía por qué, hasta que me lo dijo esta mañana.

—Discúlpame

—¿Por qué? —pregunté perpleja, no me esperaba que ella me pudiese disculpas.

—Al principio... Cuando apenas te conocí. No me caías bien —se veía avergonzada, pero muy valiente al decirme aquello —No me caías bien porque veía como Didier te mira, se nota que le gustas y... Pues...

—A vos te gusta — agregué, ella estaba roja de la vergüenza.

—Bueno... Me gustaba. Yo apenas soy una adolescente de 15 y el es mucho mayor, es más. No sé en qué pensaba.

—Tranquila, eso pasa. Cuando uno es adolescente aveces suelen pasar ese tipo de cosas, pero cuando Jesús gobierna tu vida, también lo hace en tus emociones.

—Si ¿sabes?... Verte luchar con todo lo que vives es inspirador. Eres una gran chica y durante te he conocido he visto quien realmente es Jireh García.

—Gracias, Bella. Pero vos también sos grande en Cristo Jesús. Yo creo que lo que Dios hará en tu vida es sorprendente, verás como Dios cumple su propósito en vos. Sólo buscá a gente que crea en lo que Dios hará en tu vida.

Bella y Aurora habían cambiado mucho, ahora eran más centradas, donde nosotros estábamos ellas ahí iban, ya eran parte de nosotros. Aurora me había contado que su mamá las había regañado muchas veces, pero aún con todo no podían quedarse en su casa.

Bella y Aurora son altas, casi de la estatura de nosotras las demás, supongo que es de familia porque Jimmy es súper alto, debe medir como 1,90. Los tres son altos. Creo que Tifi, Alon, Hellen, Kelly y yo. Somos igual con Bella, y ella apenas tiene 15. Aurora es un poquito más pequeña porque tiene 13. Pero estoy segura que pronto nos alcanzará.

Un minuto de silencio por todas esas chicas que vamos llegando a la adultez y seguimos pareciendo  adolescentes.

Después de todo el alboroto, Tiffany y yo vamos de camino a casa.

—¿Te acordás de aquel día que aquel perro nos persiguió? —menciona riendo.

—¿Cómo olvidarlo?

—Lo de Hellen está complicado —cambia de tema —Jose y el moreno creen que es André.

—¿André es el chico que tiene un brazo lleno de tatuajes?

—El mismo —dice con cara de preocupación —pero yo creo que es alguien más.

—¿Por qué?

—solo lo sé —suspira —yo te he querido hacer una pregunta —vuelve a cambiar de tema.