CAP. 24. EL BAILE.

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Desperté y lentamente abrí mis ojos, él se encontraba aun dormido y su cara era la mejor que pude haber visto, su respiración lenta y tranquila, su cuerpo relajado y sus manos me abrazaban dulcemente. Lo contemple por largos minutos, pues jamás lo había visto dormir y se veía aún más hermoso. Me fui incorporando lentamente hasta que me pare de la cama y le deposite un tierno beso en su frente. Me dirigí al baño y lave mi rostro para después cepillar mis dientes. Camine rumbo a la cocina abrí el refrigerador y se me ocurrió preparar unos huevos estrellados. Comencé a cocinar y cuando estuvieron listos, prepare café. Serví la comida y la deje en la mesa. Cuando llegué a la habitación para despertar a Bill el ya no se encontraba, antes de dar un paso unas manos me rodearon y yo pegue un brinco, el río de mi actuación y volteo mi cuerpo hacia el suyo. 

Bill: Buenos días amor. 

______: Buenos días ¿No estabas dormido?

Bill: Tú lo has dicho, estaba, me levante cuando un rico olor llego a mi nariz. 

______: Jaja ya veo ¿Quieres comer?

Bill: Por supuesto, más si lo preparo mi hermosa novia. 

Al oír la palabra novia mi rostro cambio a una gran sonrisa y me alegre de ser la afortunada novia de Bill Kaulitz. 

Me atrajo hacia su cuerpo y busco mis labios, nos besamos por un largo tiempo y lentamente nos soltamos. 

______: Vamos a comer. 

Nos encaminamos al comedor y Bill tomo su asiento y yo tome el mío. 

Bill: Mmm saben riquísimos.

______: Si saben ricos. Dije introduciendo otro trozo a mi boca.

Bill: Los mejores que he probado. Dijo guiñándome un ojo.

Terminamos nuestro desayuno y Bill recogió los platos. 

______: ¿Puedo lavar ahora si los trastes?

Bill: No me parece que no. Y me sonrió abiertamente. 

______: Amor no pasa nada si los lavo. 

Bill: No y no. Mejor ven y dame un beso. 

Me dirigí hacia él y lo tome entre mis manos, me sujeto por la cintura y me atrajo más a su cuerpo, poso sus labios en los míos y nos dimos un largo beso. Nos separamos y sonreímos al mismo tiempo.

Bill: Creo que me he vuelto adicto a tus labios. 

______: A mí me pasa lo mismo. 

Bill: ¿Qué te parece si hoy vamos a bailar?

______: Pues no se es que... ¡Claro que sí!

Bill me agarro de las manos y me pego a su cuerpo, sentí como sus labios rozaban mi oreja y me estremecí. 

Bill: Me tienes loco. 

______: no más que tú a mí. 

El día se fue rápido pues visitamos a Lizy y a Tom para ponernos de acuerdo si ellos también querían ir, su respuesta fue la que nos esperábamos, no vendrían pues ayer los habíamos dejado plantados y no pensaban hacernos el favor.

Regresamos a la habitación después de las 5. Nos bañamos y Bill eligió mi ropa. 

Bill: Esto es perfecto. 

Era un vestido corto, con un escote en la espalda y pequeñas diamantinas lo adornaban, su intenso color negro me fascinaba. 

Sin embargo el eligió un pantalón negro y una playera con agujeros. 

Antes de ir a la disco, fuimos a comer algo ligero. 

Mi reloj marcaba las 8:00. Era una noche cerrada en la cual pequeñas estrellas se visualizaban, me quede contemplando el cielo maravillada. 

Bill: ¿Qué tanto observas?

______: El cielo, la noche es perfecta. 

Bill: Si, es muy hermosa pero no más que tú. 

Junte nuestros labios en un ardiente beso. 

Entramos y el ambiente estaba cargado de alegría y diversión. Los reflectores daban a toda la pista y cientos de colores chocaban de un lado a otra, cientos de parejas bailaban al ritmo de la música. 

Bill: ¿Te gusta?

______: Woo el lugar es magnífico. 

Bill: Bueno que esperamos.

Bill me agarro de la cintura y me llevo al centro de la pista, puse mis manos en su cuello y el abrazaba mi cintura.

Nuestro ritmo era tierno y lento, fue cuando sonreí al recordar que siempre había soñado con este momento y ahora simplemente se estaba haciendo realidad. Bill me pego más a su cuerpo y su contacto hacia que lo deseara tanto, no solo su cuerpo si no a él completamente, poco a poco nuestro ritmo aumento para acoplarnos con la siguiente canción, me separo un poco de él y unió nuestros labios en un tierno beso, su lengua jugaba con la mía y provocaba que me hundiera más en él, cuando se dio cuenta que todo mundo nos observaba separo nuestros labios y me regalo una de sus hermosas sonrisas. 

Después de unos minutos, nuestro baile se convirtió en pasos rápidos y coordinados. Estaba totalmente feliz más de lo que nunca creí estarlo. Compartir mis minutos con él era lo mejor que podría hacer a partir de ahora...



Un Sueño InalcanzableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora