Los latidos de mi corazón iban aumentando conforme transcurrían los segundos, el profundo silencio que se formó a continuación me ponía muy intranquila, podía percibir la suave respiración de Bill, tenía la mirada fija en la carretera, iba divagando en su mente, pero mantenía una sonrisa divertida en su rostro que le era casi imposible de esconder. Por mi parte, mi respiración era entre cortada, de mis manos un líquido pegajoso escurría entre ellas, estaba nerviosa, demasiado y no sabía el por qué, tal vez era la actitud serena de mi novio, pero a la vez el no saber que escondía.______: ¿Bill?
Bill: ¿Mande?
______:¿A dónde vamos?
Bill: A un lugar.
______: ¿Un lugar...?
Bill: Sí a eso exactamente.
______: ¡Bill!
Bill: ¿Qué?
______: Sabes que no me gustan las sorpresas.
Bill: Si no me dices, ni cuenta me doy. Pero esta te encantara.
______: Esta, está bien, pero dime algo, me estas poniendo nerviosa.
Bill: uhmm estas nerviosa eh?
______: Solo un poco.
Bill: Okay cierra los ojos.
______: uhmm, no voy hacerlo.
Bill: Como quieras.
Mi respuesta claramente fue mala, porque en pocos segundos, ya estaba en los brazos de Bill él cual me llevaba pegada a su pecho, obstruyéndome la vista.
La verdad no podía quejarme, el tenerlo tan cerca me volvía loca, y el hedor que desprendía llenaba mis fosas nasales en un frenesí que me obligaba a inhalar más seguido.
Escuche como sus pasos se detenían en el asfalto, y dejó escapar un ligero suspiro.
Bill: Hemos llegado.
______: Aun no puedo ver nada.
Mi cuerpo se fue liberando poco a poco de su cuerpo, sin embargo sus manos pasaron a mis ojos una vez que mi pies tocaron el piso, por lo cual aún no podía contemplar nada.
______: ¿Amor?
Bill: ¿Si pequeña?
______: ¡Ya quiero ver!
Sus manos descendieron de mis parpados y justo cuando mis ojos se acostumbraron a la poca luminosidad que había ahí, contemple la escena que me dejo boquiabierta. Lo primero que divise fue una mesita redonda, con un mantel blanco y sobre ella una botella de vino y dos copas la adornaban, al mismo tiempo que unas veladoras estaban situadas a cada extremo de ésta.
Era sin duda una terraza, cercada por pequeños pilares blancos, que a su vez en la esquina donde se unían, estaba depositada una hermosa rosa roja. El piso de madera reluciente, contrastaba con los destellos resplandecientes que salían de las veladoras. Era una noche cerrada, magnificada, donde pequeñas estrellas brillaban adornando aquel hermoso paisaje y las diversas tonalidades que se formaban al fondo eran azules que se perdían en la lejanía, volviendo a oscurecer el cielo despampanante.
No tenía palabras de lo hermosa que me había resultado la sorpresa, por lo que mi reacción fue arrogarme a sus brazos y besar dulcemente sus labios, el gélido aliento de su boca me envolvió en un éxtasis total, sus brazos comenzaron a descender a mis caderas y su lengua pronto se abrió paso en mi boca.
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Un Sueño Inalcanzable
Hayran Kurgu¿Y si tu sueño mas anhelado se convierte en realidad? Si por fin sus labios rozan suavemente los tuyos. Pero qué sucede si de un momento a otro, tienes que huir? Te das cuenta que ya no importas tu, si no aquella persona por la cual darías tu vida...