CAP. 69. UN PAJARITO.

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Alliesson: Bill disculpa, pero aún tu novia no está lista.

Bill: Lamento distraerla, ya me voy.

Entonces se dirigió nuevamente a mí.

Bill: Te veo afuera pequeña. Y volvió a depositar un beso en mi frente.

Con pasos lentos y a mi parecer seductores salió de la habitación.

Alliesson: Se ve que se aman tanto nena.

______: Gracias, no sabes lo mucho que lo amo.

Alliesson: Y él te ama aún más.

______: No, definitivamente yo lo amo más.

Alliesson: Bueno tal vez tengas razón, anda linda, tenemos que cambiarte.

Comencé a vestirme y una vez más sonreí al recordar que Bill había escogido mis calzones. Después de algunos minutos estaba lista, la enfermera me dejo frente al espejo y suspire al verme.

La ropa era sensacional, un pantalón de mezclilla entubado, un blusón blanco que me llegaba justo a las caderas, un saco negro azabache  y unas botas que me llegaban hasta las rodillas del mismo color.

Me sentía totalmente yo, ropa ni muy extravagante ni muy sencilla.

Alliesson: Nena te vez preciosa.

______: Muchas gracias.

Alliesson: Bueno es hora de salir de esta habitación. Te espero afuera.

La enfermera marcho, y mi pulso volvió a enloquecer, mis palmas sudaban y mi mente regresó a ser un torbellino de preguntas.

Inhala, exhala me repetía una y otra vez, tranquila, tranquila.

Sabía que al cruzar esa puerta todo mi mundo cambiaria, ya no era más la chica que solo se había acostado con un don nadie, sino ya toda mi familia sabían sobre los chicos, santo cielo esto era peor que besar a Bill.

Camine por el pasillo hasta topar con la sala de espera en donde se encontraba toda mi familia y desde ese punto los visualicé, estaban todos: mi padre, hermano, madre y si también estaban Gustav, Georg, Lizy, Tom, y en un esquina alado de ellos se encontraban mis dos grandes amores, mi única razón para existir y seguir luchando día a día, mi propio oxígeno.

Proseguí a su encuentro, y cuando ellos se percataron de mi presencia, mi familia corrió a mi lado, sentí diferentes brazos rodearme, y pequeñas lágrimas caían en mi saco. Palabras y palabras de amor parecían no terminar y yo simplemente agradecía su afecto, cariño y compresión, los había hecho sufrir mucho al creer que por poco dejo esta vida, pero fue él quien logro traerme de regreso, al escuchar su dulce voz lejana y aferrarme a ella. Ahora le debía la vida y estaba dispuesta a pasar con él, el resto de ella.

Alberto: Hija, mi bebe estas bien, mírate, ay preciosa te extrañe tanto. Por favor jamás, jamás, vuelvas a hacerme esto.

Y las lágrimas de mi padre no paraban de brotar, verlo así fue sorprenderte, creo que ha sido la única vez que lo había visto en este estado.

______: Si papá, esto, bueno yo también te extrañe mucho. Y le devolví el abrazo, mientras él seguía repitiéndome lo mucho que me amaba.

Paula: Ay!!! Mi nena estas bien, al fin, poco faltaba para que me desmayara cuando me dijeron que despertaste, te amo tanto hija.

______: Lo sé mamá yo te amo más, perdón por esto, no quería abandonarlos.

Paula: Esas cosas nos toman por sorpresa, a veces jamás nos las esperamos, otras ni creemos que nos pueda ocurrir a nosotros pero siempre llegan para poner a prueba nuestra valentía, nuestro apoyo como familia y sobre todo el amor que nos une, pero bueno pequeña eso ya paso y me alegra tanto que ya estés muy bien.

Un Sueño InalcanzableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora