CAPITULO 1 - RED GOOSE

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Birmingham, Reino Unido, 1933

Ya había caído el sol, y a pesar de la falta de claridad, la cara oculta de Birminghan salía a relucir. Todo hombre, mujer o niño de buena familia se habría ya refugiado en sus hogares a estas horas. La humedad del ambiente calaba los huesos. Sólo perros callejeros, vagabundos, y prostitutas continuaban en las calles.

Un par de policías hacían su turno, aunque por todos era conocido que su moral estaba influenciada por lo lleno que tuvieran los bolsillos; y en concreto, por la persona que se los llenara.

Algunos locales de la ciudad estaban en su esplendor, con bastante clientela y buen ambiente. Por lo general, la mayoría varones.

El sonido de unos pasos sobre los fríos adoquines resonaban en la silenciosa noche. Tan trajeado como de costumbre, y protegido del gélido viento con un abrigo largo y unos guantes, Thomas Shelby se acercaba al Red Goose. Le habían citado con un informante que le ayudaría a estrechar lazos con Jonas Müller, el cabecilla de una nueva banda que había llegado desde Europa y que mantenía una estrecha relación con los miembros de la Unión Británica de Fascistas.

Al parecer, sólo accedería a verse con Thomas tras la previa aprobación de su informante; y Thomas estaba dispuesto a lo que fuera para poder continuar expandiendo el imperio Shelby y abrir fronteras. Al principio dudaba de si debía reaparecer, ya que había dejado las cosas muy bien atadas, y muchos lo daban por desaparecido o incluso muerto. Su fortuna estaba bien repartida, Lizzie lo había abandonado (por motivos más que justificables) pero tenía la tranquilidad de que no le faltaría nada, y Ada había tomado el relevo en el campo político. Podía ser libre, podía irse de allí a vivir donde quisiera y no volver jamás...pero dentro había algo que le decía que debía permanecer en Birmingham...y que debía reaparecer en Londres. Había un sentimiento muy fuerte que se apoderaba de él...y era la sed de vengaza...así que accedió a encontrarse con el informante en el Red Goose, un nuevo pub que había abierto hacía poco en la ciudad.

Conforme se acercaba al local se podían escuchar voces y risas. La cálida luz asomaba por las ventanas. La puerta se abrió y un hombre comenzó a vomitar apoyando una de las manos sobre la pared. Thomas se acercó a la puerta dejándolo atrás y se adentró en aquel pub. Se quitó su gorra y el abrigo, oteando el horizonte en busca del informador de Jonas. No veía a nadie que le llamara la atención, sólo veía a un puñado de desgraciados demasiado borrachos como para notar su presencia.
Fue entonces cuando el camarero se le acercó.

-Señor Shelby, lo están esperando...en la parte de atrás...la mesa junto a la escalera...-le dijo el señor que regentaba el bar.

Thomas se alejó del bullicio tras una cortina de color rojo que iba a juego con el nombre de aquel sitio. Aquella zona parecía mucho más tranquila y solamente pudo ver unas cuatro o cinco mesas. Había un par de personas en algunas de ellas, pero él ya sabía que la mesa que buscaba estaba junto a la escalera que bajaba al sótano del bar.

Esa parte del Red Goose tenía una luz mucho más tenue y conforme se acercaba a la mesa en cuestión comenzó a escudriñar al que sería su acompañante esa noche. No pudo verlo bien, ya que sostenía un libro delante de su cara...

Llevaba un traje parecido al suyo, y estaba deseando comenzar a hablar de sus futuros negocios con él.
Se sentó sin decir nada, esperando una reacción por parte del otro.

-Espero no haberte hecho esperar demasiado...-comentó para romper el hielo.

La persona que lo había estado esperando bajó el libro, dejando al descubierto su rostro. Thomas comenzó a reír, aunque discretamente.

-¿Qué le divierte tanto Señor Shelby?-preguntó el informante.
-Esto debe ser una broma...no voy a hablar de política ni de negocios con una mujer...-sostuvo, aún divertido por la situación.

Frente a él se sentaba una mujer joven, con el cabello castaño recogido en un moño. Llevaba un traje parecido al de Thomas, por lo que Thomas en principio no había sospechado que pudiera tratarse de una dama.

-No te queda más remedio si quieres llegar a algo en este asunto...puedo decirle a Müller que no hay posibilidad de alianza si lo prefieres...-contestó ella desafiante.

Thomas apretó la mandíbula. Estaba enfadado. Sentía como si le hubieran tomado el pelo. No tenía intención de desvelarle a una mujer sus intenciones o sus planes con respecto a su futuro político y sus futuros negocios; y le molestaba de forma desmesurada que le hicieran perder el tiempo con alguien así. ¿Esa era la persona de máxima confianza de Müller?

-Parece que el informante me ha enviado a su niñera...-se burló, mientras llamaba al camarero con un gesto.

-La niñera tiene nombre...-contestó ella molesta.
-¿Sí? Disculpe mis modales...hace tiempo que no trato con damas... por lo general huyen de mí....¿Cómo se llama?-preguntó Thomas cómo si se tratara de un juego.
-Caroline...Caroline Smith...-contestó ella molesta porque no la tomaran en serio.

El camarero se acercó a la mesa...

-Ponme un whisky....que sea doble...-pidió Thomas.

El camarero se alejó y regresó al poco tiempo con el vaso y la botella de whisky. Colocó el vaso sobre la mesa y le sirvió el whisky. Dejó la botella sobre la mesa y se retiró para volver al trabajo.

-Disculpe nuevamente mis modales... ¿Quiere tomar uno?-preguntó divertido.
-No, no bebo whisky...-contestó ella firmemente.
-Claro que no...-rió Thomas encontrándolo divertido-.¿Su delicada garganta no puede tragar cosas fuertes?-preguntó mientras se llevaba el vaso de whisky a la boca.
-Simplemente no me gusta el sabor...le puedo asegurar que mi delicada garganta puede tragar cualquier cosa...-dijo con una media sonrisa y mirándolo fijamente.

A Thomas le costó tragar el sorbo que acababa de tomar. No sabía si se refería al alcohol o si su mente sucia estaba en lo cierto y aquella mujer estaba insinuando algo más. Soltó una media sonrisa, sorprendido por su contestación. No esperaba que una mujer le contestara tan mordazmente.

-Camarero, si no le importa...-lo llamó; y el camarero volvió a acercarse-. A la señorita le gustaría beber algo...-comenzó a decir Thomas.
-¿Lo de siempre?-preguntó éste casi interrumpiéndolo.

Tommy se sorprendió ante la familiaridad del camarero con la dama. La observó y ella simplemente asintió.

Poco después regresó con un vaso y una botella de vodka. Llenó el vaso casi hasta el filo y cuando estaba a punto de irse...

-Deje aquí la botella...-le ordenó ella. El camarero obedeció.

Tommy quedó sorprendido, y esbozó una sonrisa.

-Bien, parece que sí vamos a hablar de negocios...-dijo finalmente, a modo de rendición.
-Sí, parece que sí...-corroboró ella llevándose el vaso de vodka a la boca para beber.

Sus miradas se cruzaron, y aquello no sería más que el principio de la conexión de Carol con los Peaky Blinders.

Un Amor NocivoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora