The Hard Truth. (Parte 1)

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Aquella mañana Rhaenyra se despertó lentamente, arrullada por el dulce aroma a flores del cabello de Alicent que se mezclaba con el frescor de la mañana y le acariciaba suavemente su nariz

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Aquella mañana Rhaenyra se despertó lentamente, arrullada por el dulce aroma a flores del cabello de Alicent que se mezclaba con el frescor de la mañana y le acariciaba suavemente su nariz. El simple gesto de abrir los ojos a ella le resultó hasta doloroso, debido al cansancio acumulado de las últimas semanas al asistir a los diferentes actos benéficos dentro de la ciudad, así como las audiencias infinitas con las mujeres de Desembarco del Rey y, sobre todo, la angustia de una posible guerra por los Peldaños de Piedra que parecía cada vez más inminente. Aunque lo que realmente llevó a la princesa a estar agotada, fue la incertidumbre de su padre en tomar la decisión de casarse con Laena Velaryon. Había pasado un mes desde que Laena le confesó a Rhaenyra los planes de Lord Corlys para comprometerla con el rey, pero Viserys en ese momento parecía no tenerlo claro.

Cuando la princesa logró desperezarse, se dio cuenta de como el amanecer le iba ganando la partida a la penumbra de un cielo pálido. Ella parpadeó un par de veces de forma perezosa hasta que su mirada se enfocó y pudo contemplar como Alicent dormía plácidamente abrazada a su cuerpo. La sonrisa de Rhaenyra no tardó en dibujarse en sus labios, sintiendo esa sobrecogedora felicidad que vivía cada vez que despertaba al lado de Alicent. En todas y cada una de las fibras de su cuerpo, aún quedaban restos de la pasión de la noche anterior. A ella le ardían los pechos y entre sus piernas podía notar las palpitaciones que se producían con el recuerdo de lo que ellas dos habían hecho.

Sin poder contenerse, la mano de Rhaenyra acarició suavemente la espalda desnuda de la joven Hightower, consiguiendo sin querer que Alicent se removiese, pegando aún más su cuerpo desnudo contra el de la princesa, posando su cara contra el cuello de Rhaenyra y entrelazando así una de sus piernas con las de ella. Ante esa reacción, Rhaenyra volvió a acariciarla, deslizando lentamente las yemas de sus dedos por el costado de la joven Hightower, disfrutando así de la calidez y suavidad de su piel. La respuesta a esa larga caricia fue un gemido contenido por parte de Alicent que hizo dudar a Rhaenyra si su atrevimiento la había podido despertar.

—Siento haberos despertado —musitó la princesa dejando un beso sobre la cabeza de Alicent.

—Mmm... —murmuró la joven Hightower como queriendo confirmar lo dicho por Rhaenyra.

—Dormiros otra vez... Aún es pronto —dijo la princesa, repartiendo besos suaves sobre la frente de Alicent.

—Me estabais acariciando —afirmó la joven Hightower, con voz soñolienta.

—Sí —admitió la princesa, un tanto arrepentida—. Lo siento.

—¿Lamentáis haberme acariciado? —preguntó Alicent en un tono provocador, dejando besos sobre el cuello de la princesa.

—No, lo que siento es haberos despertado —respondió Rhaenyra cuando sus miradas se encontraron—. Estáis tan preciosa cuando dormís que despertaros es un crimen.

—¿Solo estoy preciosa cuándo duermo? —preguntó nuevamente Alicent en un tono divertido, siendo ella quien ahora acariciara el abdomen desnudo de la princesa.

Fate Of The Kingdoms.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora