Farewell. (Parte 2)

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Al entrar en el salón, Rhaenyra vio como su padre estaba sentado solo presidiendo la mesa real, con la mirada perdida mientras bebía de su copa como si pudiese así adormecer su dolor. No muy lejos de aquella mesa vacía estaban los miembros de su consejo, pendientes de cada movimiento del rey mientras dialogaban entre ellos. Repartidos por todo el salón había pequeños grupos de nobles de la corte hablando entre ellos, pero mirando de soslayo al rey y en un rincón Rhaenyra vio como su tío Daemon bebía vino casi de manera compulsiva con el semblante más triste que jamás ella le había visto. 

A pesar de que el rey Jaehaerys I tuvo trece hijos con su hermana la reina Alysanne, desafortunadamente los reyes vieron a casi todos sus hijos arder en las piras funerarias bajo el fuego de dragón. De todos los trece vástagos de los reyes, solamente tuvieron cuatro nietos que sobrevivieron a la infancia. Rhaenys fue la primera nieta de los reyes, única hija del príncipe Aemon. Viserys y Daemon fueron los hijos del príncipe Baelon y la princesa Alyssa. Y por último Aemma, quién fue la única hija de la princesa Daella. Aunque los trece hijos de los reyes nunca fueron unidos entre ellos, los cuatro nietos si llegaron a formar un fuerte vínculo de hermandad. Viserys, Aemma, Rhaenys y Daemon a muy corta edad se dieron cuenta de que de ellos cuatro dependía el futuro de la dinastía Targaryen y los cuatro buscaron la manera de unirse para protegerse entre ellos. Por eso, la muerte de Aemma les afectó tanto a los tres.

Para Daemon, Aemma no solo era la reina y la esposa de su hermano, sino también su única amiga. Su muerte significó para él un golpe que no se esperaba, un dolor del que el príncipe no estaba acostumbrado a sentir y dentro de su tristeza, Daemon culpó a Baelon de la muerte de la reina y a su hermano Viserys por haber obligado a Aemma a pasar por todo aquel calvario cuando el rey ya tenía una heredera al trono.

Al ver a Daemon tan abatido, la princesa quiso consolar a su tío, pero mientras se acercaba a él, varios nobles aprovecharon para darle a ella el pésame de manera personal.

—Princesa Rhaenyra —dijo Lady Jeyne Arryn con gesto serio—. Siento mucho la perdida de vuestra madre y os acompaño en vuestro dolor. Aemma era una mujer extraordinaria, a quien yo en especial le debo tanto.

—Gracias, Lady Jeyne. Y gracias por venir, para mi madre vuestra presencia significaba mucho.

—Os parecéis tanto a ella —repuso Lady Jeyne detallando con la mirada el rostro triste, pero hermoso de la princesa—. Vuestra madre y yo solíamos escribirnos a menudo y en todas nuestras cartas ella me hablaba tanto de vos. Aemma estaba profundamente orgullosa de vos y siempre me dijo que vos seréis una gran reina. 

Los ojos de Rhaenyra se llenaron de lágrimas al escuchar esas palabras y no únicamente por lo que significaban, sino porque Rhaenyra sentía una especial admiración por Lady Jeyne Arryn que era la única mujer en Poniente que gobernaba uno de los siete reinos.

—Gracias... —respondió Rhaenyra visiblemente emocionada—. Contar con el apoyo de mi madre siempre ha significado mucho para mí y es un aliciente para algún día ser una reina justa y noble.

—Tanto el Valle como yo os apoyamos, princesa —dijo Lady Jeyne con solemnidad, posando su mano sobre el hombro de Rhaenyra.

—Yo como heredera al Trono de Hierro os agradezco profundamente vuestro apoyo, Lady Jeyne.

—Ante lo que desgraciadamente ha acontecido, solo espero que pronto vuestro padre os nombre oficialmente su heredera ante todos los lores del reino —dijo Lady Jeyne, pero al ver el desconcierto en la mirada de Rhaenyra trató de ser más específica—. Es evidente que vuestro padre volverá a contraer nupcias para asegurar así la sucesión.

—El rey me ha nombrado su sucesora y en el caso de que algo me pasase, mi tío Daemon sería mi reemplazo en la línea sucesoria.

La mención de Daemon hizo que el gesto de Lady Jeyne se endureciera un breve instante, debido al complicado matrimonio del príncipe con Lady Rhea Royce, pero aun así ella no pudo evitar mirar a la princesa con ternura y preocupación. Jeyne se dio cuenta de que Rhaenyra aunque era muy inteligente y noble, también pecaba de ingenuidad.

Fate Of The Kingdoms.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora