I Need You By My Side. (Parte 4)

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El susurro del mar proporcionó un sereno telón de fondo mientras Rhaenyra y Laena sentadas en la suave arena, con el sol poniéndose en el horizonte, pintando el cielo con tonalidades cálidas y doradas, se sumieron en una tormenta de incertidumbre ...

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El susurro del mar proporcionó un sereno telón de fondo mientras Rhaenyra y Laena sentadas en la suave arena, con el sol poniéndose en el horizonte, pintando el cielo con tonalidades cálidas y doradas, se sumieron en una tormenta de incertidumbre y miedos. En medio de esa escena idílica, Rhaenyra percibió el cambio en la brisa, un sutil desequilibrio que no provenía de la naturaleza, sino del corazón de Laena.

El viento trajo consigo la sombra de la incertidumbre, y Rhaenyra, con una mirada perspicaz, captó la turbación en los ojos de la joven Velaryon. Un nudo se formó en el pecho de la princesa al percatarse del dolor que su confesión había desencadenado. Rhaenyra buscó la transparencia, anhelando construir una relación sin espejismos ni engaños, y, sin embargo, su honestidad había provocado una tormenta emocional en Laena.

Con delicadeza, la princesa colocó una mano sobre la de Laena, sintiendo la tensión en los dedos que se aferraban a la arena. Rhaenyra anheló despejar las sombras que oscurecieron el horizonte de su conexión con Laena. Ella se sumergió en la inmensidad de los ojos de la joven Velaryon, buscando una conexión más allá de las palabras.

Rhaenyra quien solo buscó la honestidad como fundamento para el inicio de su relación con Laena, se sintió atrapada en el dilema de haber desvelado verdades que generaron una tremenda incertidumbre en la mujer de quién se estaba enamorando mientras Laena, en su lucha interna, dejó entrever el desconcierto de un corazón que se tambaleó entre el anhelo y la sombra de un pasado que ella no se esperaba.

—Laena... No es lo que vos estáis pensando.

—No tenéis por qué darme explicaciones —susurró la joven Velaryon tratando de parecer firme, aunque no lo consiguió.

—Pero quiero explicaros lo que ocurrió, porque no deseo que penséis algo que no es cierto. Yo conocí a Harwin porque él es amigo de Daemon y porque su padre no solo es el consejero de los edictos del rey, sino también me da clases de política y leyes. Entre Harwin y yo siempre ha habido una atracción de la cual yo huí mientras estuve con Alicent. Pero de repente mi mundo cambió de un momento a otro, la persona de la que estaba enamorada no solo había acabado con nuestra relación de golpe, sino en cuestión de horas ella estaba comprometida con mi padre... Yo comencé a sentir que me estaba hundiendo. Yo no podía dormir, ni comer, estaba destrozada, dándole vueltas a lo que nunca llegaré a entender y por culpa de mi obsesión hasta mi dragona comenzó a enfermar... —La voz de Rhaenyra se apagó y las lágrimas marcaron sus mejillas—. Una noche que me desperté por una pesadilla, fui a dar un paseo por los jardines para intentar agotarme físicamente y así poder dormir aunque fuese un par de horas, pero me crucé con Harwin que estaba haciendo guardia. A partir de esa noche comenzamos a quedar todas las noches para jugar al ajedrez o a las cartas o simplemente hablar. Entre nosotros comenzó como una amistad que poco a poco se trasformó en una relación clandestina.

—¿Vos estáis enamorada de Harwin? —preguntó Laena, pensando que quizás ese era el motivo por el cual Rhaenyra aún no había tenido intimidad con ella, pero la joven se arrepintió casi al instante de su pregunta—. No me respondáis, no quiero saberlo.

Fate Of The Kingdoms.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora