Gorgeous Beasts. (Parte 1)

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El repiqueteo de la lluvia contra la ventana despertó a Laena. Empezaba a clarear cuando ella abrió los ojos y justo a su lado dormía Rhaenyra, abrazada a su cuerpo. Desde que ambas comenzaron a dormir juntas aquella fue la primera vez que Laena se despertó antes que la princesa y pudo disfrutar durante un rato el contemplar a Rhaenyra sin que ella la pillase mirándola embelesada. En el momento que la joven Velaryon se movió para abrazar a la princesa, una sensación de náuseas arremetió contra ella. Una vez más Laena intentó incorporarse, pero un pitido inclemente se instaló en sus oídos como si fuese un latido ardiente. Un grito de dolor se ahogó en la garganta de la joven Velaryon, al quedarse sin aliento.

—¿Qué ocurre, preciosa? —preguntó angustiada Rhaenyra que se despertó por el quejido de dolor de Laena.

Por más que ella trató de reprimir sus arcadas, las náuseas crecieron desde la boca de su estómago. Laena apenas pudo respirar, una tremenda presión en el pecho se lo impidió. De forma muy violenta su estómago se le contrajo por las náuseas y el dolor en su pecho fue lo más intenso que ella pudo sentir.

—Laena, tenéis que respirar, preciosa —susurró Rhaenyra, impidiendo que la joven Velaryon se moviese bruscamente.

Cuando la mano de Rhaenyra se posó sobre su frente ella encontró algo de alivio. Laena pensó que sentir la mano de alguien sujetando su frente cuando uno se encuentra en una situación de dolor físico o emocional, puede llegar a ser una de las sensaciones más reconfortantes que pueda existir. Mientras Laena agradeció el gesto cariñoso de Rhaenyra, también trató con todas sus fuerzas de reprimir las náuseas que le provocó el dolor lacerante en su pecho. Lentamente, las náuseas se fueron remitiendo y ella se incorporó hasta quedar sentada en la cama.

—Vhagar está cerca... —musitó Laena jadeando y respirando por la boca.

—Ahora iremos juntas, pero necesito que os calméis y respiréis conmigo —musitó Rhaenyra dejando besos en la mejilla de la joven Velaryon.

La princesa no dudó en colocarse detrás de Laena, abrazándola desde atrás. El pecho de Rhaenyra quedó pegado a la espalda de la joven Velaryon mientras la princesa deslizó su mano hasta la boca del estómago de Laena, pegándola bien a su cuerpo. Rhaenyra supo en ese momento que no podía seguir dilatando el reclamo de Laena. Por algún motivo Vhagar se había vinculado a la joven Velaryon y ella supo que entre más tiempo se retrasase el ritual del reclamo más dolor sentiría Laena. El cuerpo de la joven Velaryon se fue relajando al sentir como su respiración se sincronizaba a con la de Rhaenyra.

—Eso es, cariño, respirad conmigo —susurró Rhaenyra al oído de Laena, dejando besos cortos sobre su hombro.

Los minutos fueron pasando mientras el dolor en el pecho de Laena se fue apaciguando. Ambas se quedaron un tiempo indefinido en esa posición. Tanto Rhaenyra como Laena estaban desnudas, sentadas y abrazadas en el medio de la cama hasta que la joven Velaryon fue relajando su respiración y los latidos de su corazón volvieron a ser normales.

—¿Os duele mucho, cierto? —preguntó Rhaenyra, acariciando con la punta de su nariz el cuello de Laena.

—Solo un poco —mintió Laena porque no deseaba preocupar más a la princesa.

Las náuseas empezaron a remitir y los cinco sentidos de la joven Velaryon viajaron hasta la zona de su piel que el calor de la mano de Rhaenyra la había revivido. Sin mover ni un solo músculo más que el de la respiración, Laena se quedó quieta y absorta en el movimiento de los dedos de la princesa sobre su abdomen. La joven Velaryon deseó con todas sus fuerzas que ese momento de intensa intimidad no terminase nunca, pero ella era consciente de que debía enfrentarse al reclamo de su dragona.

—¿Tenéis frío? —susurró la princesa, dejando un beso en la nuca de Laena.

La sensación fue tan placentera que la piel de la joven Velaryon no tardó mucho en reaccionar a los besos y caricias de Rhaenyra.

Fate Of The Kingdoms.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora