For The Realm. (Parte 2)

112 18 3
                                    

A pesar de que todo ocurrió a una velocidad vertiginosa, las miradas de Rhaenyra y Alicent quedaron enfrentadas. Sir Erryk y Arryk sujetaron a Sir Criston y los pocos nobles que presenciaron lo ocurrido, apartaron a Harwin para que él no le devolviese el golpe al guardia real.

—¿En qué demonios estabais pensando, Alicent? —preguntó Rhaenyra en un tono acusatorio.

Quizás fue por la rapidez de cómo sucedieron las cosas o tal vez fue porque ella estaba dominada por los celos, pero Alicent no sintió ni una pizca de arrepentimiento por lo que ella hizo. La joven Hightower tampoco se avergonzó, de hecho, por primera vez Alicent disfrutó del placer de poseer algo de poder.

Por su parte Rhaenyra estaba tan enfadada ante el silencio de Alicent, que sintió como su ira se extendió en su pecho. Inmediatamente, ella se acercó a Harwin para comprobar su estado, acariciando enfrente de todos los presentes el rostro del joven Strong. Minutos después de aquel incidente, en una sala contigua al Gran Salón, el rey exigió una reunión urgente para aclarar lo que había ocurrido entre Sir Harwin y Sir Criston a petición de la princesa.

—Fue un accidente —dijo la joven Hightower mirando fijamente al rey mientras Rhaenyra resopló frustrada—. Sir Criston pensó que Harwin Strong se estaba propasando con la princesa y él actuó como debía en una situación así.

—Sir Harwin no se propasó conmigo en ningún momento, simplemente me consoló en un acto de solidaridad —replicó Rhaenyra observando a su padre.

—Permitir que un caballero os abrace estando sola con él, puede ser susceptible a malas interpretaciones, princesa —rebatió Otto Hightower, defendiendo la posición de su hija en ese asunto.

—Harwin simplemente me estaba acompañando a dar un paseo, él no hizo nada malo.

—¿Os estaba acompañando a dar un paseo o Harwin os estaba consolando? —replicó Otto, intentando desestabilizar el relato de Rhaenyra.

—Ambos actos son completamente compatibles, Lord Otto —repuso la princesa con hastío—. No es necesario que intentéis trasgiversar mi testimonio.

La defensa de Rhaenyra hacia el mayor de los Strong simplemente aumentó los celos de Alicent y sembró más dudas en su corazón.

—Vos estabais sola con él —replicó Alicent en un tono severo—. Vos apartasteis a vuestro guardia juramentado y luego os fuisteis a solas con Sir Harwin... Es lo más lógico que Sir Criston reaccionase así. El trabajo de Sir Criston es protegeros y él pensó que vos estabais en peligro.

—¿Acaso me estáis acusando de que la agresión a Harwin fue mi culpa? —masculló Rhaenyra, atónita ante la actitud de Alicent—. Estaba en un jardín a pocos metros de distancia de mi guardia real, vos pudisteis ver que yo no estaba haciendo nada malo y Sir Harwin solo me consolaba.

—Vos sabéis las normas y fuisteis vos quién las incumplió, princesa... —respondió Alicent en un tono tan sereno que le heló la sangre a Rhaenyra.

—Por todos los jodidos dioses, Alicent —replicó Rhaenyra enfurecida por la actitud de la joven Hightower—. Yo no he roto ninguna estúpida norma, simplemente di un paseo al lado del Lord Comandante de la Guardia de la Ciudad.

—Estoy seguro, Alteza, que todo ha sido un malentendido —alegó Lord Lyonel, buscando defender a su hijo y rebajar la tensión entre la princesa y la joven Hightower.

—Yo también lo creo —comentó el rey después de escuchar los hechos sucedidos y buscando zanjar el asunto—. Espero que Sir Harwin se recupere pronto y dado que ha sido un mero accidente, Sir Criston puede seguir cumpliendo con su labor como guardia real.

Fate Of The Kingdoms.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora