Be With Me. (Parte 1)

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Los ojos de Rhaenyra estaban puestos en la luna que se asomaba por la ventana mientras los besos de Harwin se deslizaban por su cuello

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Los ojos de Rhaenyra estaban puestos en la luna que se asomaba por la ventana mientras los besos de Harwin se deslizaban por su cuello. Ella le acarició lentamente, delineando con las yemas de los dedos los formados músculos del brazo del joven Strong. Harwin era un hombre fuerte, con todos y cada uno de sus músculos bien marcados. En un principio, el cuerpo atlético del joven Strong generó la curiosidad en la princesa por la diferencia entre ellos, ya que ella estaba acostumbrada a las similitudes entre su cuerpo y el de Alicent, pero el de Harwin era totalmente distinto y en esas diferencias ella también encontró la excitación.

Habían pasado dos meses desde la boda de Alicent con el rey y dos meses desde que la princesa comenzó a visitar a Harwin en su habitación por las noches. Ella utilizó los pasadizos secretos de la Fortaleza Roja y gracias a esos túneles ellos pudieron disfrutar de muchas noches juntos, sin ser descubiertos por los guardias reales que custodiaban la seguridad de la princesa.

—¿Qué os preocupa tanto? —murmuró Harwin mordiendo suavemente el lóbulo de la oreja de Rhaenyra—. Habéis estado distraída toda la noche.

—No he estado distraída, creedme —replicó la princesa con una sonrisa pícara en los labios, dejando claro que ella había disfrutado mucho lo que ambos habían hecho aquella noche—. Pero es cierto que estoy preocupada de que Mysaria necesite hablar conmigo.

—No os preocupéis, que esta noche yo os acompañaré al burdel —musitó Harwin acariciando el torso desnudo de Rhaenyra con firmeza—. Seguro tendrá noticias de vuestro tío...

—Eso es lo que más me preocupa —contestó Rhaenyra evitando un gemido cuando Harwin acarició sus sensibles pezones—. Él aún no ha contestado a las dos cartas que vos le hicisteis llegar.

—Daemon está en la guerra, pero os aseguro que él está bien —dijo Harwin con la voz ronca, antes de cubrir con su boca uno de los pezones de la princesa.

En un intento de contener sus gemidos, Rhaenyra se mordió el labio inferior al notar la lengua de Harwin intercalándose entre sus pezones así como la erección del joven Strong contra su vientre. Ella jadeó al sentir aquel calor abrasador y el azote de la lengua de Harwin, notando cómo ella se tensaba en lo más íntimo con cada suave lametón. La relación entre ambos había traspasado los límites de la amistad desde la primera noche que Rhaenyra fue a los aposentos de Harwin. Aunque él se negó a deshonrar la virtud de la princesa, algo que Rhaenyra había perdido en las manos de Alicent hacía un tiempo atrás, pero ella no podía ni quería confesárselo. Además, a Rhaenyra la negativa de Harwin para conservar su honor intacto a ella le sirvió durante un tiempo, porque el mayor temor de la princesa era cometer el error de quedarse embarazada. Aun así, durante esos dos meses ambos fueron lentamente explorando sus cuerpos y descubriendo juntos diversas formas de encontrar el placer más allá de la penetración.

Rhaenyra deslizó sus curiosas manos por la piel húmeda del joven Strong, acariciándolo y buscando los puntos que a él le hacían gemir.

—Harwin... —musitó Rhaenyra rendida a los besos del joven Strong sobre su vientre—. Tengo que volver a mis aposentos antes de que alguien descubra que no estoy...

Fate Of The Kingdoms.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora