The Green Dress. (Parte 3)

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El sonido de los pasos de Rhaenyra junto con Sir Criston irrumpieron en la soledad, mientras el corazón de la princesa latió con cierta anticipación a los que ella intuyó que pasaría. Caminando por el largo pasillo que conducía al Torreón de Maegor, los sollozos de un niño pequeño se filtraron en los oídos de Rhaenyra. El llanto constante del pequeño Aegon retumbó en el aire, desvelado el sufrimiento provocado por la salida de sus primeros dientes. Cada grito agudo quebró el corazón de Rhaenyra en una mezcla de compasión y desesperación.

—Es normal, princesa —dijo Sir Criston intentando calmar a Rhaenyra—. Los niños de la edad del príncipe Aegon sufren muchísimo con los primeros dientes.

—No me imaginaba que vos supieses de bebés —repuso la princesa alzando una ceja intrigada.

—Soy el mayor de cinco hermanos. Mis hermanos más pequeños sufrían con los dientes y no nos dejaban dormir.

—No sabía que vos tuvieseis hermanos —repuso la princesa sin evitar su asombro—. ¿Ellos siguen viviendo en las Tierras de la Tormenta?

—No, princesa. Tres de mis cuatro hermanos murieron y poco después mi madre. Y mi único hermano vivo no le he visto en años.

—Lo siento, Sir Criston.

La mirada de Rhaenyra se ensombreció demostrando un genuino pesar. Ella sabía que Sir Criston era un hombre común, hijo de un mayordomo y la princesa pensó que quizás alguna enfermedad o el hambre podía haber sido la causa de la muerte de su familia.

—No lo sintáis, princesa, vos no lo sabíais. Pero yo recuerdo cuando mi madre solía ponerle en las encías aceite de clavos de olor. Eso les calmaba el dolor al instante.

—Gracias, Sir Criston —repuso la princesa tocando el brazo de su guardia real en señal de agradecimiento—. ¿Puedo pediros un favor? Acompañad a Elinda a las cocinas y que ella busque un poco de aceite de clavo de olor y luego se lo llevaré a Aegon.

—Por supuesto, princesa —contestó Sir Criston con una sonrisa complaciente, disfrutando del gesto cariñoso de la princesa.

En el momento en el que Rhaenyra entró en los aposentos de Laena, ella pudo notar la calma y serenidad que bañaba todo su alrededor, como si el tiempo se hubiera detenido alrededor de la joven Velaryon. La princesa, con paso suave y cauteloso, ingresó en la habitación, permitiendo que la penumbra envolviera el ambiente. Sus ojos violeta se posaron en Laena, que yacía en su lecho, bajo el efecto del vino del sueño. Junto a ella, también dormía la princesa Rhaenys, como si estuviese custodiando el sueño de su hija.

Sin hacer nada de ruido, Rhaenyra se sirvió un poco de vino y se acomodó en el sillón cercano a la cama de Laena. La luz tenue de las velas acariciaron el rostro de la princesa, realzando la melancolía que anidó esa noche en su corazón. Ella observó detenidamente a Laena, admirando su belleza serena y delicada. Cada rasgo de la joven Velaryon le recordó la pasión compartida, los momentos de complicidad y la ternura que ellas dos habían compartido. Pero en medio de esa contemplación, la confusión invadió el corazón de Rhaenyra. A pesar de su amor inquebrantable por Laena, los sentimientos que aún albergaba por Alicent, continuaron atormentándola y Rhaenyra sintió que sería imposible conseguir la amistad de la reina. Fue un dilema angustiante, una batalla interna que amenazó con destruirlo todo.

La mano de la princesa se aferró a la copa de vino y volvió a beber buscando consuelo en su calor y sabor, pero supo que ella no podía escapar de la realidad que la rodeaba. Rhaenyra no quería hacerle daño a Laena, no quería comprometer su felicidad. Pero cuanto más cerca estaba de Alicent, más difícil se volvía contener sus sentimientos contradictorios. En su conciencia pensaba la muerte de Lady Rhea Royce y no quería ni imaginar lo que podria ocurrir con Alicent. Al cerrar los ojos ella se dio cuenta de que estaba llorando. El traicionero corazón de Rhaenyra anheló algo de claridad, una respuesta que le indicara la manera de sacarse a Alicent de ese lugar que jamás abandonó para poder verla solo como una amiga.

Fate Of The Kingdoms.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora