You Have a Choice. (Parte 3)

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Las semanas posteriores a la marcha de Rhaenyra a Marcaderiva para Alicent fueron realmente difíciles. Ella recordó cada palabra que le había dicho la princesa aquella última vez que mantuvieron esa conversación. La reina pensó en cada uno de los reproches de Rhaenyra y lo realmente doloroso fue darse cuenta de que la princesa tenía toda la razón. Alicent de forma casi inconsciente había estado manipulando y controlando a Rhaenyra tal y como su padre lo había hecho con ella. Entre más pensó en todo lo que hizo mientras recordó cada discusión que tuvo con Rhaenyra durante años, Alicent fue consciente de que ella la había manipulado de una manera horrible. Todo lo que odió de su padre, ella se dio cuenta de que lo tenía y supo que a través de ese control sobre Rhaenyra durante mucho tiempo ella encontró la manera de controlar su propia vida.

Aquella mañana la nueva reina se despertó tan triste y gris como el día. Ella había vuelto a pasar la mayor parte de la noche llorando, como lo había hecho todas las noches desde que Rhaenyra se fue. En esa ocasión, el silbido del viento y la fina lluvia le había hecho compañía, azotando sin piedad su ventana. Parecía que al fin había llegado el otoño a Desembarco del Rey. Ese olor tan característico de la lluvia que tanto le recordaba a la princesa, hizo que su mente se trasladase hasta esos días donde Alicent fue realmente feliz y el llanto se volvió cada vez más intenso. Cuando Talya entró en sus aposentos, ella hizo el amago de levantarse de la cama y ocultar así sus lágrimas. 

Desde hacía dos semanas ella no tenía náuseas al despertarse y apenas quedaban rastros de las molestias del embarazo. Aun así Alicent se sintió derrotada, como si le hubiesen arrebatado la parte más importante de su vida. A la reina le consumía la rabia. Ella no se consideró jamás tan mala persona como para que después de la muerte de su madre su vida se transformase en ese calvario. La nueva reina solo tenía ganas de llorar a todas horas, le molestaba estar rodeada gente que ella sabía que estaban a su lado por conveniencia, pero lo que peor llevaba era que la gente la saludase con una sonrisa. Desde que ella perdió a Rhaenyra no tuvo más motivos ni ganas para sonreír.

—Buenos días, Alteza —musitó Talya al ver que Alicent aún seguía en la cama.

—Buen día, Talya. ¿Ha habido alguna noticia desde Marcaderiva?

Durante varios días Alicent sopesó la idea de escribirle una carta a Rhaenyra pidiéndole perdón por todo lo que ella le había hecho durante años, pero la nueva reina desistió al recordar que la princesa estaba junto a Laena. Antes de marcharse, Rhaenyra dejó claras indicaciones a Talya para seguir cuidando de la nueva reina, algo que la doncella terminó confesandole a Alicent, aunque obviamente no le confesó que ella seguía pasándole información a la princesa sobre todo lo que ocurría en Desembarco del Rey.

—No ha habido ninguna carta desde la isla, mi reina. Lo siento —respondió Talya preocupada por el estado de Alicent.

—Pronto Laenor Velaryon se unirá al ejército de Lord Corlys, pensé que habría alguna noticia al respecto —comentó Alicent tratando de disimular sus ganas por saber algo de Rhaenyra.

—Hoy mismo Sir Laenor debía partir hacia los Peldaños de Piedra, Alteza.

Mientras la nueva reina se daba un baño pensó en lo mal que lo debía estar pasando Rhaenyra con la marcha de Laenor a la guerra. Entre Alicent y el joven Velaryon jamás hubo una amistad como tal, pero ella si apreció el esfuerzo de Laenor al ser amable y cercano con ella las pocas veces que compartieron tiempo juntos. Durante mucho tiempo Alicent sospechó que el joven Velaryon era conocedor de su relación con Rhaenyra. Ellos dos no solos eran primos, sino también mejores amigos, relación que a la nueva reina jamás le generó intranquilidad como si lo hizo la relación de Rhaenyra con Laena. Pero el motivo de ese rechazo entre ellas fue más que evidente por los sentimientos que ambas compartían hacia la princesa. Aunque con Laenor todo fue distinto, Alicent hasta que llegó a creer que el joven había sido en parte responsable de que Rhaenyra diese el paso de confesarle sus sentimientos hacia ella. Por eso pensar que algo podía pasarle a Laenor en la guerra, también provocó que Alicent sintiese cierta preocupación y pena.

Fate Of The Kingdoms.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora