You Have a Choice. (Parte 2)

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Las siguientes dos semanas de Rhaenyra en Marcaderiva transcurrieron con demasiada normalidad, algo que para la princesa fue como un bálsamo al agotamiento que ella llevaba acumulando durante largos meses

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Las siguientes dos semanas de Rhaenyra en Marcaderiva transcurrieron con demasiada normalidad, algo que para la princesa fue como un bálsamo al agotamiento que ella llevaba acumulando durante largos meses. Rhaenyra y Laena se mostraron mucho más cariñosas, pero la joven Velaryon simplemente respondía a los gestos de la princesa, ella dejó de iniciarlos. Varias veces Rhaenyra le preguntó si ella se encontraba bien y aunque Laena no lo estaba siempre le contestó que sí. La joven Velaryon se había propuesto dejar en paz a la princesa, mantener al margen a sus sentimientos, pese a que su corazón se desbocaba siempre que tenía a Rhaenyra cerca. Solo una vez Laena no pudo contenerse de decirle a la princesa que ella tenía una de las sonrisas más preciosas que ella jamás había visto y desde ese momento todo cambió. Fue Rhaenyra quién comenzó a tener muchas más atenciones o insinuaciones hacia Laena, haciendo del coqueteo entre ellas algo constante y excitante. Fue en ese momento, sin decirlo o aclararlo, cuando ellas dos comenzaron a plantearse tener una relación de verdad, con todo el miedo que eso incluía.

Los siguientes días siguieron igual, aunque con muestras de cariño constantes y por parte de las dos. Ambas daban paseos por la playa, iban hasta Spicestown custodiadas por Sir Criston y acompañadas por Annora a comprar frutas y alimentos para las comidas en el castillo. A la princesa Spicestown le encantaba, todo era pequeño, familiar y acogedor, nada parecido al caos y a la inmundicia que representaba Desembarco del Rey. También la libertad que le daba a Rhaenyra caminar por esas calles llenas de vida sin que casi nadie la reconociese en un principio y si no fuese por la compañía de su guardia real, la princesa podía pasar desapercibida entre la gente. 

Luego por las tardes, la joven Velaryon continuó con sus clases instruidas por las dos septas que había en la isla, mientras Rhaenyra aprovechaba esas horas sin Laena para volar a lomos de Syrax, acompañada por Laenor que era el jinete del dragón Seasmoke. Los dos primos hicieron carreras desde Marcaderiva hasta Dragonstone y Rhaenyra siempre se llevaba la victoria. Durante esas carreras con Laenor, la princesa le enseñó a su primo algunas maniobras que ella había aprendido y que quizás a él le serían útiles cuando estuviera en los Peldaños de Piedra. También Rhaenyra disfrutó de ver a Laenor en sus entrenamientos con la espada mientras ella demostraba su certera puntería con el arco. La cercanía de la princesa con Laenor la unió irremediablemente a Sir Joffrey. Tanto el caballero de los besos como Rhaenyra conocían los secretos de ambos, algo que desembocó en una confianza mutua y se desarrolló entre ellos dos una complicidad natural.

Entre más días pasó Rhaenyra alejada de todo el bullicio y ajetreo de Desembarco del Rey, más relajada y feliz se sentía. Sentirse apoyada por sus primos, Joffrey y la princesa Rhaenys fue exactamente lo que ella necesitó para poder salir de ese bucle de tristeza que la estaba consumiendo. También ayudó a que la princesa recuperase cierta felicidad, el hecho de no pensar constantemente en Alicent. El recuerdo de la nueva reina seguía en su cabeza, pero el pensar en ella no le provocaba esa sensación de culpa y angustia que antes la estaba desquiciando. Asimismo ese tiempo alejada de todo, ayudó a la princesa a poner en perspectiva sus sentimientos hacia Harwin y sobre todo los sentimientos que comenzaron a aflorar en ella hacia Laena.

Fate Of The Kingdoms.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora