The Daughter Of The Second Son. (Parte 1)

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Tan solo habían pasado unos días después de las diversas jornadas de festejos por el décimo día del nombre de la princesa Rhaenyra, cuando la Reina Aemma decidió convocar una reunión con las personas que contaban con su entera confianza y así tomar una decisión que tuvo agitadas a las señoritas de algunas casas que aspiraban a formar parte de la corte. 

Dicha reunión se tuvo que aplazar en varias ocasiones debido al débil estado de salud de la reina Aemma, que había sufrido un nuevo aborto semanas antes de las celebraciones por el décimo día del nombre de Rhaenyra. El dolor sentimental por la perdida de otro bebé fue igual de duro que el físico, tanto que mantuvo a la reina indispuesta y en cama durante más días de los que los maestres esperaban.

Aquella mañana la princesa Rhaenys voló a lomos de Meleys desde Marcaderiva solamente para asistir a la reunión como le había pedido Aemma. También fue convocada la dama de compañía y de confianza de la reina; Lady Eloise Belmore, miembro de la noble casa Belmore, vasalla de la casa Arryn y quien durante años había sido la mano derecha de la reina en la supervisión de las doncellas, criados, acompañantes, asistente y la red de informantes de la reina dentro de la corte. 

Junto a Rhaenys y Eloise también se convocó a la reunión a la doncella de la princesa y confidente de la reina; Annora, quién había estado al servicio exclusivo e ininterrumpido de Rhaenyra desde su nacimiento en Dragonstone.

La elección de la primera dama de compañía de las princesas Targaryen por parte de la reina comenzó a ser tradición durante el reinado de Jaehaerys I, debido al gran número de hijas que tuvo el rey al lado de su hermana esposa la reina Alysanne, quien asumió la responsabilidad de la elección de la primera y más importante dama de compañía que tendría cada princesa. Como compensación a los servicios de la primera dama de compañía, a estas chicas se les otorgaban varios privilegios dentro de la corte.

Para esa reunión, Aemma eligió sus aposentos para contar con la mayor discreción, pero desde hacía varios días dentro de la corte se especulaban los nombres de las posibles candidatas, aunque solo una tenía las mayores posibilidades de convertirse en la primera dama de compañía de la princesa Rhaenyra.

—Únicamente han sido presentadas cuatro chicas para ser dama de compañía de Rhaenyra —comenzó la reunión Lady Eloise en un tono sereno.

—¿De todas las chicas de las nobles casas del reino solamente cuatro? —preguntó asombrada la princesa Rhaenys ante la poca cantidad de chicas presentadas.

—¿Podrían ser cinco si incluimos a Lady Laena? —preguntó de forma inquisitiva Lady Eloise.

La relación entre Rhaenyra y Laena era perfecta, ambas primas se enviaban cuervos casi a diario. Laena admiraba a su prima y la tenía en una alta estima al igual que Rhaenyra hacia Laena, pero la princesa Rhaenys quería alejar a su hija de la corte hasta que fuese algo inevitable. A pesar de que Laena contaría con el apoyo unánime de la reina y de la princesa, Rhaenys conocía muy bien como era el interior de la corte, los chismes y habladurías que nacían de la nada únicamente por auténtico aburrimiento y ganas maliciosas de perjudicar a quien podían. La corte se había convertido en traición, conspiración y obsecuencia hacia aquellos que demostraban ser más implacables que el resto, por eso Rhaenys no quería que su hija entrase en ese juego, al menos no sin antes estar verdaderamente preparada.

—Mi hija aún es muy joven para semejante responsabilidad, Lady Eloise —contestó Rhaenys con contundencia, mirando a la reina.

Aemma conocía la opinión de la princesa Rhaenys mucho antes de ser convocada la reunión. Aun así, necesitaba la presencia de la princesa Targaryen, porque la reina confiaba ciegamente en el criterio de su prima.

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