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Que el amor sea testigo de nuestro sufrimiento



Tomé un carro con gasolina y me fui hacia Hilltop para ir de visita, mientras conducía iba pensando en mil opciones y mil respuestas, sin darme cuenta que un grupo entre diez caminantes iban detrás de mi queriendo alcanzarme. Paré el carro y le di el cambio de retroceso para ir hacia ellos y matar la cantidad posibles para ahorrarme trabajo y no llevar amenaza a la comunidad; arrollé a unos y quedaron debajo del carro, dejando a cuatro aun de pies. Salí del coche y desenfundé mi cuchillo de combate para atacar y matar, y ahorrar balas.

Por unos segundos me asuste cuando uno de ellos venia cojeando, pero a una velocidad más elevada de lo que conocía, iba hacia mí y se lanzó sobre mi cuerpo; mi pie derecho hizo palanca para que no cayera al suelo y con mi brazo apartaba la cara del caminante que intenta morderme sin piedad, mi mano tomo mi cuchillo y se lo clave en la cabeza; el cuerpo cayó de lleno al suelo y espere que los demás se acercaran, ya que esos iban "normal".

Exhausto mate al primero con facilidad y al segundo lancé mi cuchillo justo en la cabeza, recordando que eran cuatro los que quedaban. El perdido se abalanzó sobre mí a mis espaldas, me di la vuelta antes que se aprovechara de mi vulnerabilidad en la zona y le clavé la hoja afilada en su cráneo. Me quede acostado en el suelo por un momento para digerir lo que acaba de suceder y por qué coño había corrido tan rápido, o más de lo que deberían caminar, pensando que esas cosas tarde o temprano iban evolucionando con el tiempo.

—Hija de puta, pero mira lo que tienes en la mano. —alardee impresionado.



Llegué a Hilltop y se abrieron las puertas dejando paso libre, saludé a todos los de la comunidad mientras me sentía cómodo de nuevo

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Llegué a Hilltop y se abrieron las puertas dejando paso libre, saludé a todos los de la comunidad mientras me sentía cómodo de nuevo.

Alguien me abrazo por la espalda y con tan solo ver sus manos me di cuenta de quien se trataba; me volteo a verlo y ahora soy yo quien lo abraza, unificados en un abrazo tan especial y que todo este tiempo lo había extrañado, extrañaba su compañía.

—Carl mírate, esa barba te hace un hombre alfa.

—Me afeité hace unos días idiota —reímos al unísono —. Te extrañé.

—Yo no, abandonador de amigos —me separé del abrazo que tenía junto a Ulises después de haberme llamado de esa forma, lo fulminé con la mirada y me despedí.

Me fui lejos de él y me hice el rencoroso, solo escuchaba como iba detrás de mí y pidiendo que lo perdonara, que no era su intención decir eso. Nos abrazamos de nuevo y le dije que tenía cosas que hacer, él también y fue como cada quien tomo su camino hacia sus objetivos.

Fui a la oficina de Maggie y toqué la puerta para llamar la atención, ella permitió el paso y abrí la puerta para asomarme un poco; la castaña se levantó de su silla y se acercó a mí para poder abrazarme como si fueron años los que no nos veíamos, cuando solo fue una semana la que pasó. Tomamos lugar en las sillas al lado del escritorio y comenzamos a charlar como cualquier día, me atreví a contarle mis planes y al parecer a ella le disgusto un poco pero que no podía hacer nada si no era correspondido.

ASESINO SERIAL 2 || C.G +16Donde viven las historias. Descúbrelo ahora