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¿Este es el final feliz del que todos hablaban?


Antes de que cayera la noche fui por la niña quien la cuida una pareja de ancianos, agradezco el favor y me voy a enfermería para que puedan ver si tiene algún problema de salud o algo parecido, la misma enfermera que me llevó las cosas me recibió en la entrada, sabia a lo que venía y me extendió sus brazos y yo le di a la niña, me fui detrás de ella para entrar a la sala y ver como hacían el procedimiento para poder ver a la nena.

El medico se acerca a mí y se planta a mis narices.

—Mayormente cuando hacemos chequeos hacia los niños dejamos que los padres entren a la sala ¿Le gustaría entrar o quedarse a esperar? —interroga con profesionalismo —, pero si usted no quiere pasar con gusto puede esperar en aquellas bancas —sugiere y me señala las sillas pegadas a la entrada de enfermería.

...

—Quiero estar con ella... —el médico me da el paso y camino hacia la clínica, agarro un extremo de la cortina y me adentro para ver a la bebé acostada en una camilla mientras es toqueteada por todos lados, obviamente con profesionalismo —, hola... —saludo en un susurro, ella me voltea a ver y alza sus pequeñas manos hacia mí con cierta desesperación y sé que no le gusta lo que le están haciendo, pero es necesario.

Tomo una de las sillas y la coloco para estar al lado de la camilla. Jugando con las manitas de la niña mientras hacen su trabajo.

—¿Por qué tan feliz Carl Grimes? ¿Acaso es ella la que lo hace sentirse así? —pregunta la enfermera con carisma, levanto la vista algo confundido, sin saber si estoy así por la pregunta o porque me mira sonriéndole a un crio —, no quise ofender...

—No, no, solo... no sé —contesto en un hilo de voz, susurrando —, cuando me quitaron a mi esposa embarazada, odiaba ver a niños, por el hecho de que me arrebataron al mío... ¿Entiende? Es solo que no sé porque me siento así con ella

—Entiendo perfectamente, yo de hecho tenia a dos de mis hijos, hijos que mi marido mató porque "no hay para alimentar tantas bocas" —cuenta con voz normal y hasta con cierta burla.

—Lo siento por sus dos hijos... —digo en un intento de calmar el ambiente que nunca se tensó.

—Dejando el tema de lado, agradezco que este ahora mismo —ella se voltea y veo en sus manos una jeringa vacía con una aguja, sabiendo lo que se avecina —, abrace a la niña por si ella llega a llorar y a patalear, será su apoyo.

Tomo a la niña por debajo de los hombros y la apego a mi pecho, la enfermera quita los botones de la ropa del bebé y con una bolita de algodón húmedo con alcohol lo va paseando por la pierna desnuda, acerca la aguja y ambos nos miramos, mirando sus labios y saber qué hace la cuenta regresiva. Gritó con tanta fuerza cuando sintió la aguja adentro de su frágil piel, la calmé como pude y le di mi mano para que la sujetara, sujetando solo mi menique con fuerza mientras sus furiosas lagrimas empapan su pequeño rostro, desesperado por buscar que dejara de llorar y que no sufriera más, por diferentes razones no me estaba gustando verla llorar.

Siento que me arrancan un pelo y retrocedí por el dolor.

—Lo siento, no quería jalarlo del cabello —lamenta apenada la enfermera que sostiene como cuatro pelos en sus dedos.

—No... no se preocupe ¿Puedo llevarla? —pregunto refiriéndome a la niña, ella siente, envuelvo en una sábana al bebé y salgo de la enfermería.

Salimos de la clínica de camino a mi casa, viendo mi camino y al veces a la niña en mis brazos que ahora solo gimotea por su llanto anterior, sonriéndole para que sienta un poco de tranquilidad en su cuerpo y que se sienta segura conmigo. Me sentía confundido ante las emociones que ahora siento cuando estoy al lado de la niña, sin entender como fue que de pronto la estoy protegiendo y le doy mi cariño, no podía empezar este tipo de emociones cuando mi objetico era irme de esta vida junto a mi esposa e hija, debía buscarle un hogar o no podría con mi meta, mi fin.

ASESINO SERIAL 2 || C.G +16Donde viven las historias. Descúbrelo ahora