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Es tan solo el comienzo



—Listo Carl —cepilló mi sombrero y me lo entrego, Sabrina se acercó a mí y me toma de los hombros mientras me veía al espejo —ese traje te luce muy bien —alaga y bajo la cabeza con una sonrisa —vamos... es hora

—No estoy preparado...

Enid llegó a la habitación, cuando Sabrina la miró ella sonríe y se va del lugar. Mi esposa se aproxima a mí y me da un casto beso en la mejilla, me toma de la mano y con una sonrisa me indica que ya es hora de irnos.



—Nuestro Señor, toma el alma de nuestra hermana en tus manos...

La brisa fría choca contra mi rostro y azotó mi piel poniendo mis bellos de punta, seguramente una lluvia se avecina y me da a entender con el manto de nubes grises. Hoy era el funeral de Judith, no podía creerlo, sin embargo, estoy de pie mirando su ataúd, con el alma en pedazos, con la culpa en mi ser; siento una lagrima recorrer por mi mejilla y por instinto me la quito con mis dedos, pero es inútil porque más de ella se avecinan en mi ojo sin piedad. Gabriel sigue con sus palabras y cuando se ve por terminado, seis hombres con palas se acercan a la caja de mi hermana y se la llevan al agujero recién cavado.

Mis impulsos me hacen caminar y trato de ir hacia ella para suplicar que no se la lleven, no ahora, quiero estar un momento más con ella, quiero verla por última vez, pero se me es imposible por el agarré de mis caderas que Daryl ejerce, jalando a dirección contraria, no hago resistencia, no tengo fuerzas.

—Daryl, suéltame.

—Cuando terminen vendrás a verla —informa Daryl, no contesto.

Volteó hacía atrás y veo como la tierra cae sobre ella, varias personas se acercaban al lugar y miraban apenados, otros lloraban y unos simplemente se habían ido. Aarón y Enid se quedaron en el lugar viendo el entierro.

—Lo siento demasiado, esto es mi culpa —dice Daryl, con los ojos aguados.

...

—Te perdonó Daryl —digo sin rodeos.

—¿Qué?

—Sé que sientes que cargas con la culpa de Glenn y ahora la de Judith —él sonríe nervioso y deja de mirarme —, te perdono Daryl, no es tu culpa.

—Si lo es...

—¡No! No puedes cargarte con la culpa de todo, no puedes culparte de asesino cuando tu no sujetabas el cuchillo.

Me paré en mi lugar y extendí mis brazos hacia él, Daryl no lo pensó y me enredó en sus brazos, seguro los dos necesitábamos aquel abrazo más que a nada. Estar peleados por semanas no era bueno para ninguno de los dos, más que bueno... Ahora él es el que cuida de mí.




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ASESINO SERIAL 2 || C.G +16Donde viven las historias. Descúbrelo ahora