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Justicia por todos los muertos


2 meses después

Carl Grimes, 19 años

La Nueva Alexandria

Despierto de golpe como si una alarma me hubiera despertado, miré hacia mi ventana y me di cuenta que aun el sol no salía del todo para ser de mañana, el ambiente se sentía que era muy temprano, el silencio era muy profundo y tranquilizante. Me levanté de la cama y comienzo a equipar las cosas que usaría para la guerra que se vendría en un par de horas; sentí que solo paso una hora cuando las personas empezaron a despertarse y a correr en la comunidad, escuchar el golpeteo constante de las armas al cargar muchas: la comunidad se prepara de nuevo para atacar y no nos íbamos a detener hasta derrocar el reinado de Negan.

Judith gritó aterrorizada y salí de mi habitación para ir hacia ella y saber qué era lo que paso; llegue a su pieza, tomé a mi hermana y la atraje hacia mí para protegerla, desenfunde mi pistola de mano y apunte hacia la ventana donde mi hermana mira horrorizada llorando. Una piedra reventó la ventana, la cubrí de los vidrios y luego me asome a la ventana para ver qué era lo que pasaba; cuando me asome un grupo de niños salió corriendo entre los arbustos, maldije al ver como su rebeldía había asustado a mi hermana de una manera espantosa.

—Hijos de... perra ¿te hicieron algo? —ella niega aun con miedo —¿Los conoces?

—No-no sé quiénes son yo...

A los pocos minutos apareció Michonne en el marco de la puerta, se acercó hacia mí y luego se acercó a la ventana para fijarse lo que paso en la habitación de mi hermana.

—¿Qué paso?

—Un grupo de niños arrojaron piedras a la ventana y la quebraron —respondí con cierto enfado en mi tono —¿Y mi padre?

—Se está preparando para la pelea.

Chasquee la lengua al saber que él de nuevo no estaba para ella, preguntándome que hubiera pasado si yo no estuviera aquí y a Judith le hubiera pasado algo más grave, como heridas por el vidrio. Me llevé a mi hermana a mi cuarto y le dije que podía seguir durmiendo en mi cama, ella temblorosa se acerca y se mete a las sábanas cuales se acomoda en ellas para seguir durmiendo.

—¿Carl...?

—¿Si?

—Tengo miedo —la mire desconcertado y me tome la molestia de sentarme en la esquina de la cama para estar a su lado —¿Y si me hacen algo?

—Mientras yo esté contigo, nada te va a pasar —se incorpora de la cama y comienza a lagrimear —. No llores Judith, no me gusta verte así —extendí mi mano y con mi pulgar voy limpiando sus escurridizas lagrimas —, voy a protegerte de todo y de todos, y de esos niños.

—¿Lo prometes?

—Lo prometo —me acerqué a ella y le plante un beso esquimal.

Ella se incorpora de la cama para abrazarme por el cuello y se lanzó sobre mí, ya no podía aguantar su peso y caí de espaldas junto a ella aun aferrada a mi ser.

—Judith ya pesas, suéltame —negó y siguió colgada en mi cuello mientras mi cara trata daba de escapar de su pecho para respirar un poco —¡Judith no respiro! ¡Me muero! —lamentablemente ella ya sabía que era una broma y no se movió para soltarme.




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ASESINO SERIAL 2 || C.G +16Donde viven las historias. Descúbrelo ahora