No fue mi intención
Lo único que nos rodea en estos cinco kilómetros que caminamos, era maleza y bosque, animales, roedores y caminantes que nos pasaban de largo por la gran distancia que manteníamos de ellos, aun no nos detectaban. El ambiente fue incomodo, o al menos para mí, ver que Ulises no hacía lo mismo por interactuar conmigo por mirar hacia al frente, con la vista perdida en el bosque.
—¿Ulises? —solo me voltea a ver y levanta leve la cabeza —, ¿puedes... hablar conmigo? —él se niega y sigue caminando sin rumbo —. Mierda, por favor...
—¿Qué quieres que diga? —pregunta sin tono en su voz, sin importar las respuestas.
—Siempre tienes algo que contar, venga dime algo, un chiste —le doy un codazo amistoso, pero solo veo como da un paso lejos de mí.
Trato de levantarle los ánimos a mi amigo como él lo hace a su manera, intento que el alma de él regrese, que su felicidad pueda regresar, quiero ayudarlo como él lo hace conmigo porque lo quiero, quiero verlo sonreír, o que deje ese estado de ánimo tan deprimente por un rato y que no se deje consumir por el sentimiento de tristeza.
Me acercó más a él a nada de rozar los brazos, nunca he sido bueno para consolar a alguien en ese estado. Paso mi brazo sobre sus hombros y lo atraigo hacia mí, él no reacciona y solo sigue caminando, sin percatarse de que lo estoy abrazando, o al menos lo sabe, pero no le interesa en lo absoluto.
—No me gusta verte así —admito con tristeza —, háblame, desahógate si eso quieres, estoy para ti Ulises.
—Si... gracias —agradece y sigue caminando, él se agacha un poco haciendo que se zafe del abrazo que tenía con él —, tu brazo me estorba, lo siento.
Me planto frente su camino, Ulises me mira de pies a cabeza con cierto desagrado y luego solo hace por rodearme, de nuevo me paro frente a él para detener sus pasos; suspira con pesadez y se queda parado en su lugar, harto de mí.
—Ulises, quiero ayudarte, sé por lo que pasas, solo no quiero que esto te consuma...
—¿A sí? Puedes ayudar a Earl con la herrería, o a plantar fresas —responde cínico —, a mí no, no quiero tu ayuda, solo dedícate a buscar a Manson.
—¿Qué coño te pasa? —pregunte hostil, cansado de su actitud tan indiferente —, no merezco que me trates de esa manera ¡soy tu amigo joder!
—¿Amigo? No Carl, eso se acabó desde que decidiste alejarte de nosotros —espeta enojado, recordando que lo hice porque las cosas se complicaron en Alexandria y ahora menos que hice mi vida junto a Enid.
—Lo hice por mi padre —respondí elevando el tono.
—¿Con el padre con el cual sigues peleado? Sabes Carl, vete a la mierda, no quiero saber nada de ti ahora —me acerqué a él, pero solo recibí un empujón que hizo que retrocediera, casi cayendo al suelo —¡Mierda Carl, solo aléjate!
—Ulises, quiero ayudarte.
—¡Que no quiero tu puta ayuda! Solo vete, estábamos bien solo yo y Manson ¡Ahora no tengo una mierda! Todo por... —entre la rabia solo puede golpear al aire, gruñido y luego se dirigió a mí —. No quiero verte, voy a buscar a mi amigo y luego me iré con él a cenar como lo hacemos siempre.
—Yo... no-
—¡Deja de hablar! —demando con un grito y sin esperarlo recibí una cachetada que me volteo hasta el cuerpo —, No te quiero a mi lado, no más. Desde que te fuiste sin aviso supe que te importaba una mierda que fuera lo de nosotros ¡hace más de dos años! Y no hiciste nada por aparecerte, solo era Manson y yo. Carl, felicidades por rehacer tu vida sin ni siquiera comentarlo con nosotros, al lado de una bella mujer, felicidades, pero sería mejor si ahora te fueras a tu comunidad y vieras por tus asuntos y yo veo los míos, ve con tu esposa. Lárgate, no quiero verte; Manson aun te tenia compasión porque dijo que él te entendía hasta cierto punto, que te extrañaba ¡te extrañábamos Carl Grimes! Pero solo nos abandonaste, nos usaste como un desquite por la relación con tu padre, fuimos tu hombro en el cual lloraste ¿Dónde estabas tú para nosotros?
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ASESINO SERIAL 2 || C.G +16
Ficção CientíficaAquella noche entre el fuego y destruccion Carl había sobrevivido ante el ataque de Negan y sus hombres tanto a él como a la comunidad de Alexandria la cual su padre hizo de todo para mantenerla de pie. Él dia tras dia agradecia por estar con vida...