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Carol, Daryl y su hijo Carl




3 días después

—Iré a Hilltop a visitar a Maggie —informa mi esposa, en medio de la tranquila noche.

—Voy contigo.

—No quiero que vayas conmigo, es personal —no respondí y solo acepto su decisión.

Dejamos que el silencio reine el lugar, cenando tranquilos mientras Enid me cuenta que se va a Hilltop por asuntos personales, algo que me inquieta por el hecho de que puede pasarle algo en el camino y más cuando estamos sufriendo una amenaza más grande que cualquier imperio como el de Negan, porque aunque nos uniéramos las tres comunidades sabía que no íbamos a derrotar una horda de caminantes que ahora escalan, esperando que no empiecen a correr, o al menos eso quería pensar al recordar aquel día en el carro.

La veía como ella alista un par de cosas en su mochila, observando cada movimiento desde el marco de la puerta, resoplé con cansancio y también empecé a tomar algunas cosas para poder darme una ducha. Me fui de la habitación y tomé las cosas para ir al baño; parado en el baño vi mi reflejo en el, ver como la barba me iba creciendo notablemente en mi rostro, y aquel vendaje que me viene acompañando desde que solo era un crio de quince años, una mueca de disgusto se figuró en mi cara al verme, después de tantos años aquella complejidad me iba acompañando y se me hacía difícil aceptarla como algo parte de mí.

Después de la ducha me coloque una toalla en la cadera y con la otra seco mi pelo el cual iba goteando por la reciente bañada, pararme de nuevo en el espejo y dar la iniciativa de hacer la crema para quitarme la barba que iba creciendo.

—¿Quieres ayuda con eso? —no hace falta voltearme para verla, a través del espejo la observo recostada en el marco de la puerta con un pijama escotado de short y una blusa de tirantes finos, no podía verse más hermosa.

Ella se acerca a mí y toma la navaja de mis manos junto con la crema, Enid con sus propios dedos va untando en mi rostro; al notar su esfuerzo por la diferencia de altura reí a lo bajo, algo que contagio a Enid, la tomo de las caderas y la senté en la encimera para que pueda hacer el trabajo con más facilidad. La navaja comienza a rozar con cuidado para afeitarme, viendo su rostro concentrado en dejarme sin la barba, paseo mis manos en sus muslos y las dejo bajar hasta sentir su short color vino.

Siento como suspira y la siento nerviosa, buscando más de eso saco mis manos de sus muslos para pasearlas en sus caderas, con mi pulgar doy masajes en las mismas y los demás dedos pasean por debajo de sus prendas.

—Carl, te recuerdo que puedo cortarte la cara en cualquier momento —reclama con voz levemente temblorosa por los nervios.

—Lo sé, créeme que lo sé —susurro con voz gruesa, viendo cómo se estremece y retoma su trabajo —¿Terminaste?

—Ya casi... solo un poco más y terminamos.

Cierro mi ojo al sentir que la cuchilla pasa cerca del mismo, tranquilo al saber que era ella la que tiene la cuchilla. Mis manos pasean sus muslos y pasan por debajo para sentir su pelvis, sintiendo el calor que su cuerpo produce, sintiendo como sus piernas enredan mis caderas y las atrae hacia ella, sonriendo traviesa.

—Si me sigues seduciendo tendré que cortarte la cara —amenaza y escucho su falsedad al intentar asustarme.

Paso un trapo mojado en mi rostro para quitar el resto de la crema, mirándome de pies a cabeza sin perder ni un solo detalle de mi cuerpo.

ASESINO SERIAL 2 || C.G +16Donde viven las historias. Descúbrelo ahora