ASESINO SERIAL 2 || C.G +16

11

Tú no Manson, no por favor

Me desperté y bajé del árbol en el cual pasé la noche, viendo mi mapa que marcaba a un barrio no muy lejos de aquí. Fueron dos días duros en los que seguía buscando a Manson por algún lado y aun no tenía ni siquiera una pista de donde estaba. Seguí el mapa en mano junto a mi brújula, siguiendo el papel que me dirigía a Ether, a menos de unos veinte metros de la zona.

Salí del bosque solo para encontrarme con un parqueo inmenso, con carros abandonados rodeados de naturaleza, a unos metros pude divisar una pequeña iglesia intacta, como si el mismo Dios hubiera protegido su casa, si tan solo así hubiera sido cuando Terminus trato de atacarnos. Seguí caminando por la zona despejada, era un lugar que a simple vista era un barrio fantasmal, abandonado por el pie humano, por la vida; algo alejado de todo se divisa una cabaña pequeña, me fui hacia el lugar y lo primero fue oler el ácido de la sangre, ese olor nauseabundo que abunda desde que tengo uso de memoria: el olor a muerte.

Cerdos en proceso de descomposición eran los que provocan ese maldito olor, maldiciendo al ver que llegar aquí fue una pérdida de tiempo. Deje todo tirado y me regrese al bosque, recordando el trayecto que hice en diferente lugar, recordando que quizás doblando a la derecha pueda encontrar un pozo de agua que recordaba haber visto; doble el camino y me fui a mano derecha en busca de agua, algo que pudiera mantenerme hidratado.

Salte de felicidad cuando vi a unos metros aquel pozo, mirando hacia abajo y viendo su profundidad; mi suerte dio un giro inesperado cuando los rugidos del enemigo resonaron en el pozo provocando eco en la zona y furia en mi ser, me recosté en el al saber que si tomaba de esa agua podría beber el agua de la muerte. A unos metros hay una casa de únicamente de cuatro paredes de tablas de maderas, algo viejas por el estado grisáceo que representa; me aproximé a ella con cuidado y me di cuenta que la puerta mantenía un lazo de salta cuerdas que encierra en su totalidad.

Toco la puerta sin respeto, solo para saber si había algo, ya que al abrirlo podría ser una pérdida de tiempo y energía al tener que pelear con algún caminante.

—¿Hola...? —escuche una voz apagada, pidiendo ayuda sin decirla —A-gua...

Desenfunde mi navaja y corte el lazo sin problema, abrí la puerta y solo pude ver una profunda oscuridad, el sol no pega en ninguna esquina de aquella casa, entrecerré mi vista para esforzarme y ver algo, pero entre la sombra apareció una mano, algo que me sobresalto y apunté con mi pistola.

—¿Carl? Ayúdame...

—¡Manson! —la felicidad me invadió cuando lo encontré, solo adivinaba como se ubica su cuerpo y lo saque de la oscuridad —, Manson, te sacare de aquí.

—A-agu —pedía con la voz agrietada, saque de mi mochila la última botella casi a terminar y se la coloque en la boca y él comenzó a tomarla con desesperación —, gracias.

—Te sacare de aquí, ¿puedes caminar? —el negó

Sus manos se acercaron a su pantalón, su pierna izquierda está lastimada por varias cortadas que recorrían de su rodilla hasta su pelvis, viendo como habían marcas de fuego en ella, marcas de símbolos tatuados con base al calor; lo senté en la tierra mientras observo sus heridas, viendo que podía verse que aun sangran al tener el mínimo de movimiento, maldije cuando me di cuenta que no tengo las vendas suficientes para cubrir su pierna.

—¿Quién te hizo esto? —pregunté airado, su respuesta fue sacarse la camisa y enseñarme tres iniciales marcadas en su pectoral izquierdo con cortes de cuchilla —HTS...

Su cuerpo decaído hacia que tuviera ganas de tirarse al suelo, no había comido por casi cuatro días y su aspecto lo decía todo, su debilidad lo consumía en pequeñas dosis. Trate la manera de conseguir que pudiera caminar hasta Hilltop, me quite mi franela y la enrolle en su pierna para cubrir sus heridas de una posible infección, y los abrace para que pudiera caminar de lo que queda de camino, la ayuda de Ulises en esos instantes me caería bien.