Aquella noche entre el fuego y destruccion Carl había sobrevivido ante el ataque de Negan y sus hombres tanto a él como a la comunidad de Alexandria la cual su padre hizo de todo para mantenerla de pie. Él dia tras dia agradecia por estar con vida...
Las puertas del reino se abrieron a mi merced dejando ver la comunidad que a simple vista se nota que se sufrió un ataque del mismo grupo; uno de los vigilantes me guio hasta lo que pareciera ser el trono del Rey, no me iba a oponer ante la idea del reinado. El vigilante me dejo a unos metros de la puerta, se despidió y me acerco a la puerta la cual toque varias veces hasta escuchar el permiso de mi presencia.
El Rey Ezequiel me da la bienvenida con una cálida sonrisa y a su lado a Carol también sentada en un trono, la pareja me da la bienvenida.
—¿Qué te trae por aquí joven Carl, líder de Alexandria? —interroga el Rey con elegancia.
—Ambos sabemos que nuestras comunidades han sufrido un ataque —al decir esto la cara de Ezequiel decae a una profunda tristeza y decepción —, entiendo sus emociones... Rey, pero sus pérdidas no quedaran en vano y pelearemos, juntos.
—Se han llevado niños, familias ahora lloran desesperados —comenta está vez Carol —, un hubieron caídos, solo capturados.
—¿Qué propone el líder de Alexandria?
—El enemigo es una comunidad muy pequeña, en Whitewater, su base está en una de las universidades cerca del pueblo, tú y mi gente pueden acabar con ellos antes de que su grupo se agrande —de nuevo esa cara de inseguridad en Ezequiel, la misma que una vez le dio a mi padre para defendernos de los salvadores —. No esperaré a que mi comunidad sufra otro ataque. Podemos ir por ellos y también por los niños, no dejaremos que almas inocentes caigan en manos de los Hunters.
—Carl tiene razón —dice Carol quien mira a su pareja —, no podemos dejar a esos niños, no sabemos que pueden hacer con ellos. No pode-
—Crear nuevos soldados —añado interrumpiendo las palabras de mi amiga —, crean soldados y a las mujeres y niñas las usan para satisfacer trabajos, siendo abusadas —el miedo penetro en la cara de ambos, aturdidos —, Ezequiel, requiero tu ayuda. Los niños que quedan y mujeres se van esta mañana a Hilltop, de lo que informa Daryl —saco de mi bolsillo el mapa trazado a mano alzada —, ellos no conocen la comunidad de Maggie, podemos enviarlos allí mientras atacamos ¿Qué dices? Podemos juntos, sé que podemos, siempre hemos logrado cosas grandes uniéndonos.
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La noche cae en el cielo, el ambiente se siente que era de madrugada al sentir silencio y escuchar bostezos de mi gente, mayoría de los niños. Los hombres suben a sus parejas e hijos, viendo como ellos se despiden de sus familias y ver que otro camión sale directo hacia Hilltop en una ruta que le indique al camión líder que guiaría a todos, un camino que sería fácil de esconderse; los guardias no quedan atrás y se despiden de sus seres queridos para luego formarse en la fila de los soldados que fui armando.