Nada de esto es justo.
—Carl, no te vayas ¿Y si te pasa lo mismo?
—Amor, estaré bien y regresaré, lo prometo.
Ella me veía alistando una mochila con provisiones y armas letales para ir en búsqueda de mi Amigo, Enid trataba de convencerme de que no me fuera de aquí, pero no podía quedarme a esperar a que Manson aparezca y todo quede tranquilo, como si de rezos al de arriba fueran.
—Enid, regresaré, no me mires así —me levanto del suelo y la tomo de las caderas, pero ella se rehúsa a tocarme y solo se queda con los brazos cruzados mirando enojada hacia otro lado —, Cariño, sabes lo importante que es para mí.
—¿Y yo no? —pregunta hostil —, Carl, no te vayas, ellos pueden hacerlo, es de su comunidad y...
—Amor... —dije suplicante, esperando que ella me entendiera —, iré de todas maneras, y cuando menos te lo esperes estaré a tu lado de nuevo —solo me mira y se acomoda en mi pecho para poder abrazarla.
—No quiero que te vayas —dice una vez más, le doy un beso en su cabeza y la abrazo por la espalda —, no puedes hacer esto solo, Iré contigo —suelta de la nada, me separo de ella y la tomo de los hombros.
—¿Ir conmigo? Ni de coña, puede ser peligroso, no dejaré que te lastimen.
—Iré de todos modos —responde de la misma manera que hace unos minutos le respondí —, para eso estamos, para las buenas y las malas —la veo y ella levanta su mano enseñándome el anillo.
—No iras a ninguna parte y punto, no pienso discutirlo —finalicé la conversación y le doy la espalda para seguir empacando —, espero que obedezcas o tendré que amarrarte a la cama.
Los habitantes de Hilltop nos fuimos de nuevo a la comunidad en una camioneta que ellos traían cuando fueron a visitar a mi padre, y que ahora yo iba de copiloto. Baje la ventana y el aire fresco del clima me pegaba la cara y libera mis pensamientos, pensando en las mil maneras que pudiera encontrar a Manson.
Lleguemos a Hilltop y las puertas se abrieron, dejando ver a Sabrina parada frente a nosotros mientras se acaricia su barriga que ahora carga la semilla de mi Amigo Manson; ella se acerca a nosotros y empieza a bombardear de preguntas a sus compañeros, preguntando si habían encontrado a Manson, al ver que ellos se negaban con pena lo único que podía hacer Sabrina era sollozar de angustia al ver que su esposo no regresaba.
—Sabrina... —logro decir en un largo suspiro —, no puedes esperar aquí y llorar, le puede afectar a tu bebé —paso mi brazo por su espalda y nos vamos caminando hasta su casa.
—Manson me contaba de ti casi a diario, que gracias a ti él tuvo el valor de casarse conmigo —soltó llorando, y luego levanta su mano junto a un anillo de oro —, ahora no quiero imaginarme- un mundo si-n él —apenas si pudo terminar la oración porque su tristeza ataco su cuerpo de una manera muy brusca.
Llegamos a una de las rv y nos adentramos a su vivienda, la ayude a tomar asiento y luego me fui a la cocina por un vaso de agua, el cual ella recibió y con pausas se tomaba el líquido; tome una silla y la deje delante de ella para poder tomar asiento.
—Sabrina, necesito que te calmes —ordenó con suavidad, pero ella me mira enojada.
—¡Tu no sientes por el dolor que estoy pasando! —espetó en un arranque de rabia —, él es el amor de mi vida, mi cielo, mi alma y corazón, mi esposo...
—Vine aquí solo a ayudar a buscar a Manson —aviso, aquello hizo que Sabrina se reincorpore de su actitud y me viera con total atención —, quiero que te calmes, no por mí, no por Manson, hazlo por ella —señale su barriga en proceso de gestación, y acarició su bebe aun dentro de ella —. Puede afectarle tu estado de ánimo, entiendo tu dolor, pero solo quiero que lo desgaste haciendo otra cosa que no sea llorando.
—Solo quiero... lo quiero.
—Yo también —suelto en un suspiro angustiado —, y hare lo posible por traerlo de vuelta, por su hija, lo prometo Sabrina, hare lo posible.
Sabrina se levanta del sofá y hace lo posible para acercarse a mí, sintiendo como me enreda en sus brazos, siento como su barriga choca con mi abdomen y por instinto me hago hacia atrás pero aun sosteniendo el abrazo de ella. Salí de su hogar y tomé mis cosas para ir a la oficina de Maggie para dar inicio con mi aporte a la búsqueda.
En el camino, justo para entrar la puerta se abrió por si sola dejando ver a Ulises con una mochila y un arsenal sobresaliendo de su espalda, junto a un hombre que iba a su lado. Ambos conectamos miradas, sentimientos, ni una palabra fue intercambiada porque sabíamos lo que ahora pasábamos siendo cercanos de nuestro amigo; nos unimos en un abrazo sentimental, nos apegamos más de lo normal y lo único que sentía era la tristeza que invadía a mi amigo. Nos separamos y me fije en su rostro: ojeras que colgaban de sus ojos verdes, palidez en su piel, pelo desordenado y su cara adornada de una sonrisa forzada, que intencionalmente a veces decaía.
—Hola Carl —saluda con voz apagada —, que bueno verte aquí, podemos hablar luego si quieres, ahora solo iré... no sé, hacer algo.
La actitud de Ulises me rompe el alma, aquel hombre que radiaba entre nosotros tres, el que hacía reír al grupo sea la situación que pasara, cuando lo conozco por ser una persona llena de felicidad y carisma en cada minuto, día y noche. Ahora solo era alguien perdido, su rostro decaído por el sentimiento que lo consume dejando ver a mi amigo en un estado irreconocible, diferente, triste.
—Iré contigo.
—No Carl, quiero estar solo, por ahora —confiesa con voz gélida.
—No me mientas, vas a buscar a Manson —se rehúsa, pero al final solo asiente —, iré contigo, porque a eso vine.
—Está bien... —bufó con desinterés, algo que hasta cierto modo me afecto —, no pienso discutir porque sé que eres terco, perdida de saliva.
Solo acepto y le doy el mandado al hombre que acompaña a Ulises que le diga a Maggie que estoy por Hilltop y que ahora estoy en la búsqueda de Manson; el señor asiente y se va de nuevo hacia adentro de las oficinas. Ulises iba caminando hacia la salida de la comunidad para empezar con lo que sería su búsqueda, yo solo iba a su lado sin intercambiar palabras ni miradas, solo compañía del uno al otro. Llegamos y las puertas se abrieron para que pudiéramos salir y empezar con nuestra misión.
ESTÁS LEYENDO
ASESINO SERIAL 2 || C.G +16
Bilim KurguAquella noche entre el fuego y destruccion Carl había sobrevivido ante el ataque de Negan y sus hombres tanto a él como a la comunidad de Alexandria la cual su padre hizo de todo para mantenerla de pie. Él dia tras dia agradecia por estar con vida...