Capitulo 17

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–Entonces nombre que empujan aquí a mi compadre–Dice Ángulo recargado en el asiento enfrente a nosotros.

–Ahi donde ves a tu hombre medio ñango, también se puso buen perron listo pa los fregadazos–Dice Vigon y yo  rio.

Volteo a ver a Sebas qué este los ve con mala cara ante la platica de sus compañeros.

–Oigan dejen a la nena, la están abrumando todos juntos ahí–Dice Gignac–Dejen que ella disfrute de su chico eh.

–No pasa nada papi, ella está riendo con nosotros.

–Oh de ustedes más bien.

–Ya, ya bueno como decíamos tu novio se ve medio ñango.

–Ñango–Dije y trate de no reír pero me es inevitable.

–Dirán que soy ñango, pero no imaginarian en todas las poses que te puse, y todos los orgasmos que te di–Dijo y de mi cuerpo corrió una corriente y siento que besa mi mejilla y este sonríe.

Podrain decir que Sebas ya esta grande pero eso no es verdad, tiene 26  pero si fuera su grandiosa condición, sus movimientos, sus besos, todo es increíble, puedo decir que soy la mujer más priveligiada de Nuevo León al tener semejante hombre en la cama y a mi lado.

Debo admitir que aun si cercanía me pone nerviosa, en como respira tan cerca de mi, cuando sus manos tocan mi cuerpo hacen que tiemble, y corra una chispa por mi cuerpo, amo estar con el, por que aprendo mucho de él, y creo que el ah de aprender algo de mi no, dicen que los hombres mayores son mucho mejor, más maduros y te hacen madurar más y son un poco más cuidadosos, salgo de mi trance cuando los chicos me llaman.

–Tengo hambre–Dije.

–Como no, si no desayunamos solo nos venimos corriendo.

–Tienes hambre? –Dice Vigon y yo asiento.

Veo que saca de su mochila algo, y son unas galletas y me las extiende.

–Muchas gracias Vigoncito–Digo tomando las galletas mientras sonrió.

–No hay de que, traje extrañe para compartir contigo–Dice y yo sonrió.

Abrí las galletas y agarre una, le ofrecí a Sebastián y tomo una, cuando dije que tenía hambre todos llegaron con comida, unos con barritas, otros con un sandwich, ya que ellos si les alcanzo el tiempo que comprar en el aeropuerto, y aquí estaba rodeada de comida, volteo a ver a Sebas qué ve como todos me ofrecen algo de comer.

–Mira ustedes, nomas me quieren chapulinear–Dice Sebas cruzando sus brazos.

–No somos chapulines, nomas que tu wey no le das de comer, y tu también agarra que luego andas llorando por que nomas le ponemos atención a ella.

–Me ofende pero lo tomaré–Dice agarrando un pedazo de sandwich.

Río al ver como con su carita de indignado lleva la comida a su boca, acarició su mejilla sonriéndole y el me sonríe ya un poco más relajado, después de eso yo me puse la almohada qué uso cada ves que voy a un lugar más lejos, en mi cuello y Sebas ya traía la suya, estaba leyendo un libro mientras escucho música.

Sebas se puso sus audífonos y se acomodo y entrelaza mi mano libre que esta a lado de él, y volteo a verlo y nos sonreímos, besa mi frente y yo sonrió ante su acción, mi mirada regresa al libro mientras escucho música.

Estaba concentrada leyendo el libro, son uno de los que el me regalo, traía dos por si este lo terminó y empezar el otro, ami me encanta leer más las de romance, me hacen sentir como si estuviera en un libro, y así siento mi vida entre tanto drama que eh pasado, y algunas veces eh pensando en convertir mi diario en un libro o novela, cambiar de nombres a los protagonistas y basar todo lo que he pasado este tiempo en mi vida amorosa, siempre eh deseado escribir, son una persona que ama la lectura, salgo de mis pensamientos cuando siento un peso, volteo y es Sebastián que se ha quedado dormido, sonrió al verlo que aun tiene su mano junto a la mía, dejo el libro por un momento y la llevo a su cabello acomodandolo un poco, y acarició su mejilla y sonrió al verlo, como no va a estar cansado si anoche nos dormimos demaciado tarde.

Die For You 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora