Capitulo 26

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Me muevo al sentir una luz en mi rostro, volteo quedando a otro lado, trato de abrir los ojos pero no puedo y mi cabeza duele un poco.

Poco a poco abro mis ojos y lo primero que veo es a Sebastián, llevo mi mirada abajo y una sabana cubre mi cuerpo de los pecho hacia abajo, y no traigo nada abajo y sonrió al recordar lo que anoche sucedió en esta cama y del echo de pasar la noche con el.

Siento que se mueve y pasa su brazo sobre mi, y me acerco a él.

–Buenos días–Dije con voz adormilada.

–Buenos días–Dice con voz ronca–Qie tal amaneciste.

–Con dolor de cabeza, con sed y de seguro luzco fatal–Dije tratando de tapar mi rostro.

–Nada de eso amor, luces hermosa como siempre–Dice y se acerca a darme un beso a mis labios.

–Y tu luces igual de perfecto como siempre–Dije sonriendo.

El le roba otro beso, y yo me acerco más besándolo, pasa sus manos a mi espalda que en este momento la sabana deja descubierto la parte de arriba.

–Qué buena forma de despertar–Dice y yo rio.

–Será mejor que nos levantemos, muero de hambre y quiero algo para el dolor.

–Creo que el alcohol si te dio crudita amor–Dice mientras acaricia mi mejilla y yo asiento.

–La verdad si.

–Ven, vamos a darnos un baño con agua bien fría y después a desayunar–Dice y me da un beso.

Me levanto y me enredo en la cobija, sentándome al borde de la cama, reflexionando de la vida y de no beber pronto o nunca, levanto mi mirada y trago duro al ver a Sebastián completamente denudo enfrente a mi.

Su mano levanta mi rostro viéndolo a los ojos y su gran abdomen.

–Vamos cariño, pero quítate eso que ya te conozco hasta la más mínima cicatriz y lunar que rodea tu cuerpo–Dice con voz seductora y mi cuerpo tiembla.

Me levante y me toma entre sus brazos, sorprendida por la fuerza al cargarme y en sus palabras aun.

Entramos al baño y enciende la regadera y entra y de ella cae el agua fría, cierro Mis ojo al sentir el agua que en este momento se estaba volviendo mi mejor amigo, volteo dándole la espalda, siento como sus grandes manos acarician mi espalda con el jabon, deja un beso en mi mejilla y después en mi hombro que me hace sentir nervios, aun esta cercanía me pone nerviosa.

Sus manos van de mi espalda a mi estomago, quita sus manos y volteo un poco viendo como echa ms jbon en sus manos, que de ahí suben hasta mis pechos, los rodea esparciendo el jabón, me recargo a él, y echo mi cabeza hacia atrás qué está queda en su pecho y cierro los ojos al sentir sus caricias.

–Mis manos son de un escultor, qué van pasando por tu cilueta, ellas tienen una guía–Dice con un susurro en mi oído–Mis manos tocan tu cuerpo qué es lo único que ellas necesitan tocar, tus bellos lunares que están en mis partes favoritas.

Mis piernas tiemblan al escuhar sus palabras y al sentir que sus manos están esparciendo el jabon por todas partes, suelto un gemido al sentir su ereccion.

De un movimiento a otro, me dobla y pongo mis manos en la pared del baño y entra de una y de mi boca sale un gran gemido, sus movimientos son duros y fuertes pero disfruto.

Con sus dedos traza una línea en mi espalda, echo mi cabeza hacia atrás, siento como sus movimientos son duros.

El sonido del agua callendo por nuestros cuerpos y el sonido de sus embestidas y mi cara roja.

Die For You 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora