Capitulo 51

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–¿Que acabas de decir Vigon?–Digo con miedo.

–Que Sebastián te es infiel.

–Yo no, no–Digo negando varias veces.

–Tranquila–Dice Ángulo.

–Ustedes dos sabían verdad–Dije con lágrimas en mis ojos y ellos asienten–Sabian todo, por eso tu Jesús estabas raro con Sebastián cuando estábamos en estados unidos, y tu Juan Pablo sabías todo desde el día que me hicistes el favor de saber si Córdova estaba bien.

–Perdónanos no quisimos herirte–Habla Ángulo.

–¿Por que no me dijieron nada desde el primer momento?.

–No tuvimos el valor.

–Quiero que me digan, como paso esto.

–No quiero que.

–Nada, me lo dicen ahora ya están aquí y díganme.

–Cúando me llamaste, fui a casa de Sebastián y toque la puerta y el salio, venía muy sonriente y se le borro la sonrisa al verme, lo encontré a medio vestir y cuando volteo a ver detrás de él y ahí estaba.

–Vianney verdad–Dije con un nudo en la garganta.

–Si.

–Hijo de puta, tanto tiempo llendo hasta el para visitarlo mientras que me ponía los cuernos–Hable y tapó mi rostro con mis manos.

Mis lágrimas empezaron a salir, quería gritar a mil voces desahogarme, pero odiaba que las personas me miraran llorar.

–Naylen, ¿estas bien?.

–No–Dije quitando mis manos de mi rostro.

Ciento los brazos de los chicos abrazarme.

–Llora, llora lo que quieras necesitas desahogarte.

–No me gusta que las personas me vean llorar.

–¿Quieres que vallamos a otro lugar más privado?.

–Porfavor.

–Sabes de algún hotel que nos puedan dar habitación.

–Si.

Pov's Vigon.

Pago la cuenta de los cafés que pedimos y el agua de Naylen, salemos del restaurante y vamos hasta un hotel que me puso Naylen en el GPS, se notaba mal y como no, verla en ese estado por esa persona que tanto amo.

Llegamos al hotel y hicimos el papeleo para la habitación, nos dieron las llaves y subimos las escaleras para llegar a nuestra habitación con nuestras cosas, entramos al cuarto.

–Ya estas un poco mejor.

–Para nada–Dice negando.

–¿Tu ya sospechabas algo de todo esto?.

–Algo, hace unos días me llegaron unos mensajes de una cuenta y me mandaron unos mensajes, y me dijieron que Francisco no era la persona que creía ser–Ella intenta seguir hablando pero su llanto impedía, veo que cierra sus ojitos mientras que por sus mejillas salen sus lágrimas.

–No llores amor, no llores por un pendejo que no vale–Digo arrodillandome frente a ella y la tomo de las manos.

–Me duele, me duele que di todo de mi y el me olvido en tan solo un momento. Olvido todas esas cosas lindas que me dijo, olvido todas esas promesas–Dice con un nudo en la garganta–Donde quedo ese hombre que me prometió formalizar y hablar con mis padres y ahora con que cara me paro en mi casa a decirles que Sebastián, la persona que tanto estimaban me engaño.

Die For You 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora