G. E. W. W.: D. E. M. |2|

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Haría todo lo posible para proteger a sus seres queridos. Yun Xiao era su hombre, por lo que no dejaría vivir a quienes lo habían lastimado.

...

El Palacio Imperial estaba en medio del caos. En este momento, desde que Gao Tu y Gao Ling fueron capturados por la Familia Yun, todos los demás príncipes estaban compitiendo por el trono. Por tanto, el Palacio Imperial estaba en guerra civil.

En la finca del Cuarto Príncipe.

Sacudiendo suavemente la taza de té en su mano, Gao Shaochen estaba reflexionando, su hermoso rostro de jade mostraba una leve sonrisa y sus ojos parpadeaban con una luz astuta. Era como un zorro y nadie podía discernir lo que pasaba por su mente.

-Su Alteza, ¿lucharemos por el trono?

Al mirar al apuesto hombre que saboreaba tranquilamente su té, uno de sus subordinados de confianza dudó por un momento y finalmente le preguntó, desconcertado por su inacción.

Gao Shaochen se rió entre dientes: 

-Estas personas son demasiado estúpidas. El trono no es para que ellos lo ganen. Sin el respaldo de la Secta Espiritual, el emperador del Reino Long Yuan no cambiará.

Por eso no tomó ninguna medida durante todos estos años. Sin el apoyo de la Secta Espiritual, nadie podría ascender al trono.

De repente, una voz burlona llegó e hizo que el corazón de Gao Shaochen diera un vuelco: 

-'Todos están borrachos, pero solo yo estoy sobrio'. ¿Este dicho describe a una persona como tú?

¿Cuándo se coló esta persona en la propiedad del Cuarto Príncipe? ¿Cómo fue que no lo notó en absoluto? Al pensarlo, Gao Shaochen miró a su alrededor y encontró a una mujer sentada en una silla de madera del estudio.

La mujer vestía de verde, llevaba una organza morada y un colgante de jade colgando de su cintura. Con una leve sonrisa en su hermoso rostro, se llevó la barbilla a la mano y miró a Gao Shaochen, quien estaba atónito por su visita.

-Pero tu vigilancia es tan pobre que he estado aquí durante mucho tiempo y no te diste cuenta.

El rostro de Gao Shaochen se oscureció y preguntó fríamente: 

-¿Quién eres?

La mujer de verde se rió entre dientes y se alejó de la silla. Sus pasos eran ligeros y ágiles.

-Vine aquí para preguntarte algo. ¿Quieres ser el emperador del Reino Longyuan?

Gao Shaochen miró con recelo a la mujer de verde: 

-¿Cuál es tu identidad? ¿Por qué puedes decidir la propiedad del trono del Reino Longyuan?

-¿Quién soy? —la mujer de verde arqueó las cejas—, tu padre y tu hermano deberían saberlo, pero desafortunadamente, fueron capturados por la Familia Yun. Muy bien, te diré mi identidad.—la mujer de verde hizo una pausa y continuó—: Soy Si Xuan, la heredera de la Secta Espiritual. ¿Crees ahora que tengo derecho a determinar la propiedad de tu trono?

-¿La Secta Espiritual? —Gao Shaochen hizo una pausa. Cuando escuchó las palabras de la mujer de verde, no había alegría sino prudencia en sus astutos ojos astutos—. ¿Por qué me ayudarías?

Si Xuan miró a Gao Shaochen y continuó: 

-Nuestra Secta Espiritual tiene una regla para elegir al emperador del mundo secular. Es decir, nunca elegir a un tipo inteligente por si nos traiciona. Pero no estoy de acuerdo. Sólo me interesa cooperar con un tipo inteligente como tú. Tanto Gao Tu como Gao Ling son demasiado estúpidos y aburridos.

Si fuera otra persona, podría haber creído las palabras de Si Xuan. ¿Pero qué clase de persona era Gao Shaochen? ¡Siempre estaba atrapando gente y nadie podía atraparlo!

Si Si Xuan dijera que no tiene ningún propósito, ¡definitivamente no lo creería!

-Señorita Si Xuan, entonces, ¿qué quiere que haga por usted después de haber ascendido al trono?