G. E. W. W.: D. E. M. |2|

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Lin Ruobai parpadeó y pareció entender, pero en realidad no entendió nada. Se metió un bocado de nido de pájaro en la boca y sus ojos brillantes se llenaron de desconcierto. Sin embargo, ella todavía respondió: 

-Está bien.

Como su maestra le dijo que ignorara a esa mujer, entonces ella escucharía a su maestra. ¡Era solo que esta mujer no parecía una buena persona a primera vista, y pensar que en realidad insultó a la Maestra! Si su papá estuviera presente, habría dejado que se ocupara de ella de inmediato.

-¡Ey!

Ling Yao quería gritarle a Yun Luofeng por su nombre, pero se dio cuenta de que ni siquiera sabía el nombre de la otra parte, por lo que solo podía dirigirse a ella como tal. Sin embargo, en lo que respecta a que Yun Luofeng la ignorara, había despertado completamente su ira. Sus hermosos ojos estaban llenos de ira. 

-Realmente no sé qué pasa con los dos guardianes del Dominio Espiritual, para permitir que extraños entren aquí. Creo que tu propósito aquí debe ser robar tesoros preciosos dentro del Dominio Espiritual.

Se requería un pase para ingresar, ¡pero el Dominio Espiritual nunca emitiría un pase al azar a los forasteros! Yun Luofeng era solo una dandy en el Reino de Longyuan y no tenía las calificaciones para ingresar al Dominio Espiritual según su estado. Era obvio que esos dos guardianes debieron haberse enamorado de su belleza, permitiéndole así entrar al Dominio Espiritual.

En el salón principal del restaurante, Xiao Yuqing miró a Ling Yao que estaba causando problemas a Yun Luofeng. Sus cejas se fruncieron ligeramente mientras el brillo de sus ojos se hacía cada vez más frío. ¡Nadie tenía más claro que él cómo Yun Luofeng había entrado en el Dominio Espiritual! El anciano que estaba a su lado tenía un pase de jade dorado y su identidad claramente no era ordinaria. Entonces, ¿cómo podría esta joven ser una persona común y corriente? Además, no podía ver a través de la adorable chica a su lado...

Sin embargo, ¡nunca le diría estas cosas a Ling Yao! Si Ling Yao realmente enfureció a Yun Luofeng, tal vez podría calmar a esta mujer tomando prestadas las manos de Yun Luofeng...

-¿Estás escuchando lo que estoy diciendo? —al ver a Yun Luofeng ignorándola una vez más, el encantador rostro de Ling Yao cambió repentinamente mientras caminaba con furia en todo su rostro.

¡Bang!

Yun Luofeng pateó la mesa mandándola a volar con una pierna y las delicias sobre la mesa volaron por todas partes. No fue suerte que un plato de cocina hubiera caído sobre la cara de Ling Yao y se deslizara lentamente hacia abajo de su cara.

Ling Yao se sorprendió tontamente mientras miraba asombrada a Yun Luofeng que estaba de pie. En el momento en que vio a la joven caminando hacia ella, inconscientemente retrocedió unos pasos y su voz contenía un rastro de consternación: 

-Tú... ¿Qué estás haciendo?

-¿Qué estoy haciendo? —la comisura de los labios de Yun Luofeng se curvó mientras ella sonreía maliciosamente.— ¡Por supuesto que quiero hacerte algo!

Estas palabras originalmente pervertidas fueron dominantes después de salir de la boca de Yun Luofeng, causando que el miedo aumentara cada vez más.

¡Bang!

Yun Luofeng levantó las piernas y pateó a Ling Yao, haciendo que su cuerpo volara alto en el cielo, cayendo ante Xiao Yuqing. Sin embargo, Xiao Yuqing ni siquiera echó un vistazo a Ling Yao delante de él mientras sus ojos fríos miraban a Yun Luofeng todo el tiempo.

-¡Estás loca!

Ling Yao subió con gran dificultad y estaba enojada hasta el punto de que todo su cuerpo temblaba. Sus hermosos ojos miraron a Yun Luofeng sin moverse.

-¿Sabes lo que estás haciendo? ¡Esta es la ciudad de Sifang, no el Reino de Longyuan!

Yun Luofeng entrecerró ligeramente los ojos y sus ojos rebeldes miraron a Ling Yao. 

-Tu saliva ha caído sobre mi comida. —sus palabras implicaron que debido a que tu saliva había caído sobre mi comida, ¡ya no quiero esa mesa de comida!

Lin Ruobai mordió sus palillos mientras miraba los platos en el suelo con una expresión de sentirse agraviada, aparentemente a punto de llorar.