Luca había faltado a clases esa mañana, después de la discusión en casa de los Blight y la mención de Amelia decidió realizar una fuerte y exhausta investigación sobre Amelia Blight quien presuntamente tuvo un suicidio junto a su novia Winona quienes consumieron drogas llegando hasta la muerte.
Al inicio Luca miro los encabezados de los periódicos, los registros, visito los lugares que se aseguraban Amelia Blight frecuentaba, pero no había nada en ellos, nada que provocara que de un día al otro una adolescente de 18 años se suicidara. Tampoco la convivencia en su hogar parecía una guerra, de hecho era como si lo máximo que sufrieran los hijos de los Blight era precisamente la presión por ser excelentes, una presión que hasta hace un año y medio era normal para cualquier familia sana. Pero hubo un punto hace dos años donde algo rompió a Amelia, tanto y de tantas formas que el suicidio parecía una buena opción.
—¿Qué diablos está pasando aquí?— cuestiono el castaño anotando cosas en su libreta —¿Cuándo se jodio todo esto?
(3 años antes— Amelia Blight)
Existen algunas palabras con la que las personas definirían a la mayor de los Blight, la primera seria "hermosa" después "perfecta" y al final por las mismas palabras de Lucia Noceda "efímera como una flor" y amargamente aquellas palabras de la dominicana fueran las más precisas.
No era un secreto en la universidad que Amelia Blight estaba perdidamente enamorada de Winona Park desde que tenían memoria, eran vecinas desde el inicio de sus vidas y sus familias tenían una rivalidad sana. Incluso la casa Blight era grande, cada uno de sus hijos tenía su propia habitación decorada a gusto propio, la sala de estar era inmensa e incluso había una pared repleta de fotos, diplomas e incluso manualidades de los pequeños.
La vida parecía ser perfecta para los Park y Blight, Amelia coqueteaba con Winona quien siempre respondía esos coqueteos, Amity jugaba por horas con Willow y los gemelos solían ayudar a los señores Park con el jardín. Pero entre tanta paz el caos sucedió.
Un día como cualquier otro Amelia escapo una noche junto con Winona y Scarlette a un viejo bar que permitía a los estudiantes de la universidad tocar recibiendo una buena paga, el trio tocaría un par de canciones y volvería a casa antes de que alguien las notara.
Amelia subió al escenario e inmediatamente un par de ojos color café claro se posaron sobre ella con curiosidad, la chica era hermosa, cabello verde rebelde con un flequillo descuidado, vestía una ajustada blusa que dejaba ver su obligo, maquillaje oscuro debajo de sus preciosos ojos dorados y una falda negra con medias de red. Era un estilo curioso para una chica de piel tan pálida.
La guitarra fuerte fue lo primero que llego a los oídos de Lucia quien sonrió rodando los ojos, esa estúpida canción llevaba sonando desde hace un par de semanas en cada maldita red social, pero por alguna razón la voz de la chica le daba un toque diferente. Un toque demasiado bueno para ser verdad.
—Don't kill me, just help me run away, from everyone I need a place to stay, where I can cover up my face, don't cry, I am just a freak— canto Amelia con una sonrisa tan brillante que Lucia se levantó de su asiento.
Cuando la guitarra se robó la atención de la cantante Lucia no despego su vista de ella como un niño caprichoso. Después de un concierto eufórico y que Winona tuviera que irse antes de tiempo por culpa de un examen que harían mañana y Scarlette se la pasaba babeando por un omega mucho mayor que ella.
—No sabía que los ángeles cantaban tan bien— exclama Lucia sentándose a su lado con un porro entre sus labios.
—No sabía que te había pedido tu opinión— sentencio Amelia tomando un trago del vaso en su mano.
—Lo que tienes de hermosa lo tienes de apretada— se queja Lucia rodando los ojos –No te sientas la gran cosa mocosa.
—Para tu información tengo 16— se queja la peliverde con una sonrisa de lado.
—La edad solo es un numero— exclama Lucia con una sonrisa arrogante mientras acaricia la mejilla de Amelia dejando un beso sobre los labios de la chica quien retrocede con prisa –Parece que no te gustan mis besos.
—Aléjate de mí maldita rara— sentencia la peliverde empujando a Lucia.
Aprovechando que Lucia tiene la cercanía al vaso de Amelia deja caer una pequeña pastilla color azul que rápidamente se disuelve en la bebida de la Blight quien no nota en absoluto lo ocurrido.
—Tranquila princesa— exclamo Lucia levantando las manos con inocencia –Creo que empezamos mal, ¿Cómo te llamas?
—¿Cómo te llamas tú?— cuestiona la Blight empujando con fuerza a la castaña.
—Para ti señorita gruñona soy el amor de tu vida— susurra la alfa con tanta arrogancia que el estómago de la peliverde se revuelve.
La peliverde toma toda su bebida de golpe provocando que una sonrisa ladina se dibuje en los labios de la castaña, Amelia sale indignada del bar a fumar un poco, la noche es muy silenciosa por lo que decide caminar por el parque a lado del bar, se sienta en una banca solitaria mientras escucha una canción llamada "Ritual de Black Veil Brides".
Amelia mira el humo de su cigarro y piensa en su futuro, en Amber, Edric, Emira convirtiéndose en adolescentes escapando de fiestas y ella descubriéndolos para sermonearlos de los peligros, se imagina a la pequeña Amity pasando su primer amor, el cómo se sonrojaría al tomar la mano de alguien, el cómo le contaría emocionada que la tomaron de la mano y que le dijo "Te quiero".
Una sonrisa se dibuja en sus labios incluso al imaginar a sus padres entregarla en el altar el día que se case con Winona, el cómo los señores Park llorarían mientras su hija mayor dice que sí, pensó en la canción que sonaría y en cada voto que diría.
Era una de esas noches en las que Amelia deseaba seguir viviendo, de esas en las que el futuro parecía brillar sobre todo el dolor e incluso si los malos días vendrían por delante estaba segura de que todo estaría bien. Porque Amelia Blight tenía a sus hermanos, a sus padres, sus amigos y sobre todo un futuro tan brillante que deslumbraba a cualquiera.
Por eso sentir el calor inundar su cuerpo de golpe fue demasiado, su respiración se sentía rápido, sus manos temblaban al igual que sus piernas y cuando entendió que ocurría se llenó de terror. Estaba sintiendo lo mismo que un omega en celo lo cual era imposible porque ella era alfa.
—Señorita apretada ¿Todo bien?— cuestiono Lucia fingiendo preocupación con tanto precisión que Amelia le cree —¿Necesitas ayuda?
El aroma a café de Lucia inunda los pulmones de Amelia quien siente esa necesidad tan aterradora de estar cerca de la morena que continua de pie, de pronto se siente tan indefensa que pequeñas lágrimas caen por su rostro.
—¡¿Necesitas ayuda?!— exclama la castaña cargando a la chica como princesa –Te llevare al hospital.
—Gracias— susurra Amelia escondiéndose en el cuello de Lucia quien no puede evitar sonreír.
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Favorite Crime - Lumity (Omegaverse)
RomanceLa odiaba. Odiaba la música fuerte que parecía gritarle que era una idiota. Odiaba el sabor de la marihuana en sus labios. Odiaba la amargura en su paladar cada que la cerveza bajaba por su garganta. Odiaba marearse entre el humo, el alcohol y las l...