Los Blight regresaban a su apartamento, habían pasado una noche relativamente relajada pero cuando Edric Blight abrió la puerta no pudo controlarse a sí mismo en lo más mínimo pues tan pronto encontró a Lucia abrazando a su hermanita corrió a alejarla de ella.
—¡¿Qué mierda haces aquí?!— cuestiono el peliverde protegiendo a Amity con su cuerpo.
—Toda su familia saluda golpeando o es algo de ustedes— brome Lucia con una sonrisa arrogante en el rostro.
La mandíbula de Edric se tensa a la par que Lucia camina sin miedo alguno del adolescente. Amity quien se mantiene detrás de su hermano comienza a temblar siendo invadida por la ansiedad al sentir que Lucia podría lastimar a su hermano.
—¿Vienes?— cuestiona la castaña hablando a Amity quien no responde –Vamos princesa, no tienes por qué tener miedo.
Edric pierde la cordura al escuchar ese apodo por lo que sin dudarlo golpea a Lucia quien retrocede unos pasos para tocar su labio manchando sus dedos de su propia sangre. Lucia trata de respirar pero el simple hecho de que alguien como Edric se atreviera a golpearla provoca que quiera darle una lección al chico.
—Alto— exclama Amity poniéndose en frente de su hermano pues noto las intenciones agresivas de Lucia –Esta bien, nos vemos en dos horas ¿De acuerdo?
—Me parece perfecto— sentencia Lucia acercándose y besándola frente a sus hermanos quienes miran aquello con asombro –No tardes mucho.
Amber está a punto de lanzarse a golpear a Lucia cuando la mano de Emira la sujeta con fuerza asegurándose de que no cometa alguna locura porque es claro que ni siquiera los tres juntos podrían defenderse de Lucia.
—Nos vemos después cuñados— se burla la alfa abandonando el departamento de los Blight.
Emira es la primera en reaccionar corriendo a tomar entre sus brazos a Amity quien comienza a llorar, Amber cierra la puerta asegurándose de que Lucia no pueda volver a entrar mientras que Edric mira sus nudillos morados sintiéndose frustrado por no poder hacer nada.
—Está bien Amity— susurra Emira acariciando el cabello de su hermanita –Estamos aquí, no te vamos a soltar.
—Lo siento mucho— solloza la pequeña con tanto dolor que sus hermanos no pueden evitar querer llorar –De verdad lo siento.
(...)
Luca da un par de vueltas por los pasillos de la clínica, Scarlette ha estado atendiendo a algunos niños desde que llegaron por lo que él se encuentra totalmente aburrido hasta que la risa de un hombre rubio llama su atención.
—Lo prometo Hunter, cuando estés mejor te llevare a ese parque de diversiones— asegura Belos Wittebane despeinando el cabello del chico quien sonríe –Pediré unas vacaciones, te inscribiré en la escuela, tus cosas ya están en mi casa as que todo será más fácil.
—El no volverá ¿verdad?— cuestiona el pequeño rubio mirando sus manos con miedo –No tendré que volver a verlo.
—El nunca más te hará daño Hunter, yo mismo lo encerré en la cárcel— aclara Belos con una sonrisa triste al ver el comportamiento de su sobrino –Mientras yo este contigo nada en el mundo te hará daño.
Hunter asiente más tranquilo, Luca mira con detenimiento al hombre identificándolo como algún policía o agente por la placa en su cinturón junto con el arma enfundada. Luca se regaña mentalmente al tener la absurda idea de preguntarle por Amelia Blight aunque la probabilidad de que la conozca es realmente nula.
—Tengo que volver con los demás— exclama Hunter mucho más animado –Gracias por venir a verme hoy.
El hombre abrazo al chico quien se marchó por el pasillo, Luca analizo la expresión en el rostro de Belos que era una mueca similar a la frustración que el sentía al conocer la situación de Amity. Una expresión de dolor que muy pocos entenderían.
—¿Te puedo ayudar chico?— cuestiono el hombre rubio con amabilidad mientras trata de descubrir porque ese chico le recuerda tanto a alguien desagradable.
—¿Conoces a Amelia Blight?— la pregunta de Luca ocasiona que el rostro del hombro se vuelva severo –La conoces— asegura el chico con una sonrisa que provoca que Belos suelte un largo suspiro –Necesito que respondas unas preguntas por favor.
—Supongo que eres un Noceda— exclama Belos masajeando su sien con su mano derecha –Hablemos fuera de este lugar, no quiero tener que arrestarte frente a todos.
(...)
Belos Wittebane enciende un cigarrillo entre sus labios mientras trata de relajarse a sí mismo pues tiene a una absurda copia masculina de Lucia Noceda y Fernando Noceda frente de el, dos de los hijos de puta más grandes con los que había tenido la desgracia de coincidir.
El padre de Fernando Noceda debía estar cumpliendo una larga condena en la cárcel por extorción, violación, venta de drogas e incluso se trataba de culpar por los múltiples asaltos que sucedieron en Oregón, pero para desgracia de todas las víctimas él se había suicidado cuando se encontró acorralado por la policia.
Y luego estaba Lucia Noceda, una maldita en pocas palabras, tal vez en parte por la educación y la violencia de la que había sido observadora desde la infancia o solo un producto de un trastorno obsesivo compulsivo llevado a un límite inhumano. Belos recordaba con claridad como estuvo a nada de poner a esa maldita tras las rejas, tan cerca después de haber obtenido una confesión de violación hacia Amelia Blight pero tan repentinamente el suicidio de la chica ocurrió el caso se cerró.
Pero el chico frente a él era diferente, su mirada mostraba un brillo que ni siquiera Fernando o Lucia poseían, era como si el no estuviera podrido por dentro y eso lo relajaba un poco porque seguía sin olvidar que el chico quería respuestas sobre Amelia Blight.
—¿Qué quieres saber?— cuestiono Belos mirando el cielo en busca de un poco de paz.
—¿Por qué Amelia Blight se suicidó?— se apresura a hablar el castaño con mucha curiosidad.
—Porque Lucia Noceda la violo durante un año entero, porque difundió videos por todo el internet de la violación y porque se terminó convirtiendo en una adicta — confiesa el hombre mirando el rostro impactado de Luca –No sé qué busques muchacho pero aléjate antes de que salgas lastimado, estas son cosas que no deberías saber.
—¡Mientes!— explota Luca empujando al rubio quien deja caer su cigarrillo –¡Mi hermana jamás lastimaría a alguien!
—Si buscas la verdad debes estar preparado para salir jodido de ello y para encontrar cosas que no te gustaran— sentencia el hombre empujando a Luca.
—¡Tu estas mintiendo!— grita el castaño negándose a creerle —¡Debe de haber un error! ¡Mi hermana nunca haría algo tan horrible!
—Puedes decidir creerme o no, pero cuando compruebes que yo te estoy diciendo la verdad habla a este número y te ayudare— asegura el rubio agachándose y dejando una tarjeta a lado de Luca quien sigue consternado por lo que Belos despeina su cabello tratando de darle consuelo –Mira sé que lo que te acabo de decir es una bomba, pero nunca mentiría con algo tan serio.
Luca se pone de pie con prisa tomando la tarjeta y corre, necesita pensar en las palabras de Belos pero se niega a aceptarlo porque no entiende como puede ser posible que su hermana haya empezado aquello, como puede ser real que alguien que lo vio crecer lastimara a Amelia y posiblemente a Amity.
"—Te creo— confeso Luca con una sonrisa –Solo es raro, pero supongo que puedo confiar en ti ¿Verdad?
—Claro que sí, siempre te diré la verdad enano— respondió Lucía con una sonrisa en la que Luca decidió creer."
El chico se recargo en un árbol mientras comenzaba a llorar, si lo que aquel hombre había dicho era verdad entonces su hermana le había mentido, si aquello era verdad entonces Lucia era quien violaba a Amity y él tendría que sacar toda esa mierda para detenerlo.
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Favorite Crime - Lumity (Omegaverse)
RomanceLa odiaba. Odiaba la música fuerte que parecía gritarle que era una idiota. Odiaba el sabor de la marihuana en sus labios. Odiaba la amargura en su paladar cada que la cerveza bajaba por su garganta. Odiaba marearse entre el humo, el alcohol y las l...