Silencio. Total calma, como si nada pudiera dañarlo o verlo y de nuevo todos sus sentidos volvían uno a uno.
—¡Ayuda!— una voz desesperada hizo eco en la mente de Luca quién tenía los ojos cerrados —¡Por favor alguien!
Luca nunca fue alguien que creyera en la vida después de la muerte, de niño cuando su madre lo obligaba a asistir al catecismo le preguntaba las cosas más extrañas a la mujer que les impartía la clase.
¿Dónde está Dios? Y la mujer respondía "en todas partes cariño".
¿Por qué mando a su hijo a morir? ¿Acaso no lo amaba? Y la mujer lo miraba con sorpresa y respondía "Dios nos amaba tanto que mando a su único hijo a morir"
¿Me iré al infierno? Y la mujer suspiraba cansada del alumno y respondía "Si eres buena persona y no lastimas a los demás irás al cielo"
Pero aquella afirmación ahora paseaba en su mente y el se sentía medio muerto, no podía respirar bien, ni siquiera sentía sus piernas y estaba seguro que su cuerpo estaba en shock.
También su estúpido cerebro le repetía aquellas clases religiosas que tanto odiaba, le hacía preguntarse si iría al cielo o solo dejaría de existir. Se preguntaba tantas cosas que era sorprendente que aún pudiera pensar mientras físicamente estaba agonizando.
—¡Rápido el cirujano de trauma!— grito una voz femenina.
Lo siguiente que Luca sintió fue una descarga en el pecho que lo hizo abrir los ojos. Una luz blanca golpeó su rostro, su respiración se aceleró, sus heridas dolían como el infierno y intento ponerse de pie.
—Lo tenemos— exclamo una mujer que dejaba rápidamente las paletas en el carro rojo.
Luca no entendía qué diablos ocurría pero entre más intentaba hacerlo más estaba en pánico. Porque recordaba a Lucía golpeandolo, a la pequeña Amity llorando y sin poder evitarlo con todas sus fuerzas trato de alejar a los doctores.
—Escucha— gruño un pelirrojo obligandolo a recostarse en la camilla —No puedes moverte o te provocaras más heridas, pareces un chico listo así que házme caso.
El chico trato de decir algo pero sus palabras no tenían sentido, sus pupilas dilatas con un derrame en el ojo, su pierna derecha rota junto con una lesión en lo que parecía ser la espina dorsal lo mantenía inmóvil.
Entonces sintió que se ahoga, un doctor grito que tenía perforación en uno de sus pulmones y que la sangre comenzaba a entrar, lo siguiente fue el agudo dolor de sentir como le clavaban algo en las costillas para evitarlo.
Sería poco decir que estaba aterrado mientras todos los doctores gritaban en la sala, mientras el dolor era tanto que no podía distinguir de que parte de su cuerpo provenía.
Quería ver a su madre, nunca fue el mejor hijo pero amaba a su madre tanto como a sus hermanas. Quería ver a Luz y molestarla un poco. Porque si aquellos serían sus últimos momentos con vida deseaba poder decir un te quiero que bastará para toda la eternidad.
—¡Lo perdemos!— grito un cirujano con fuerza —¡Carro rojo!
(...)
Amity se apoyo en la puerta del baño mientras Lucía la embestía con rapidez dejando pequeños besos en la espalda desnuda de la Blight.
—Me encantas— gruño la alfa empujando con fuerza dentro de la Omega quien solto un pequeño suspiro.
Últimamente Lucia había estado forzando aquellos encuentros rápidos cada que tenía la oportunidad pues desde hace dos semanas había tenio la horrible suerte se tener a su madre y a Edalyn viviendo en su departamento.
—Aprendes tan rápido princesa— gimió Lucía sobre el oído de la Blight —Ya puedes tenerla toda sin llorar.
Amity no respondió, no quería gemir pero no podía evitarlo y realmente deseaba que aquello acaba rápido antes de que alguien las atrapará.
La Blight no podía dejar de pensar en como hace tan solo dos días atrás Camila estuvo apunto de entrar a la habitación mientras Lucía la estaba tocando.
—Mierda ya casi— susurro la mayor recargando su cabeza en el hombro de Amity.
Lucia dejó salir aquel líquido espeso en el interior de la Blight quien se alejo rápidamente al escuchar la puerta del departamento ser abierta.
—Luz regreso— exclamo Amity con prisa recogiendo su ropa tirada en el piso del baño.
—¿Por qué mierda te importa tanto Luz?— cuestionó Lucia tomando fuertemente el cuello de la menor.
—Es mi amiga— aseguro la Blight empujando lejos a Lucía quien la miro con asombro.
Desde lo ocurrido con Luca había crecido la distancia entre ambas, Amity ya no se sentía segura a lado de Lucía, ya no podía ni siquiera ser abrazada por la mayor porque comenzaba a llorar y eso tenía tan estresada a Lucía que explotaría en cualquier momento.
—¿Que diablos pasa contigo?— reclamo Lucía tomando los hombros de Amity con fuerza —Todo lo que he hecho lo hice por ti, todo y tú me pagas de esta forma.
—Mientes— susurro la menor mirando el piso —Tu lastimaste a Luca.
—El está vivo— gruño la alfa mirando con seriedad a la Blight —Sigue vivo y ya me disculpé por eso joder.
—El no despierta, ni siquiera sabemos si podrá caminar o hablar— sollozo la peliverde cubriendo su rostro con sus manos.
Lucia miro con asombro la reacción de Amity, era claro que estaba mucho más hormonal de costumbre y ese pequeño toque a rosas en su aroma confirmaba sus sospechas. Estaba embarazada.
—Lo siento princesa— susurro Lucia tomando con cuidado el rostro de la pequeña —Perdon por hacerte pasar por esto, nunca quise que esto pasara.
Amity niega y Lucia sonríe para acercarla a su cuerpo en un abrazo. La Blight trata de alejarse pero algo en ella se lo impide.
—Escucha te prometo que el estará bien— aseguro la mayor mientras acariciaba el cabello de Amity con suavidad —Arreglare todo y las cosas volverán a ser como antes.
ESTÁS LEYENDO
Favorite Crime - Lumity (Omegaverse)
RomanceLa odiaba. Odiaba la música fuerte que parecía gritarle que era una idiota. Odiaba el sabor de la marihuana en sus labios. Odiaba la amargura en su paladar cada que la cerveza bajaba por su garganta. Odiaba marearse entre el humo, el alcohol y las l...