Su cuerpo estaba muy caliente y la humedad entre sus piernas aumentaba, su mente daba muchas vueltas al igual que el aroma de café parecía meterse en su piel como un parásito. Entonces el juguete dentro de ella comenzó a vibrar con tanta fuerza que le fue imposible no gritar, no aferrarse a las sábanas mientras Lucia la miraba como un animal salvaje a una presa.
—Tengo miedo —jadeó Amity mirando de forma suplicante a la mayor que se deleitaba con su estado.
El juguete paro y Amity pudo tomar aire pero se asustó al sentir abajo arder tanto como si el juguete siguiera encendido. Ella quería que Lucia la tocara a pesar de que dolía, quería que la besara y le repitiera lo hermosa que era, estaba deseando tanto a Lucia que le aterró.
—¿Qué pasa? —cuestionó la alfa tomando las muñecas de Amity inmovilizándola—. ¿No querías que parara? Porque no te ves feliz, ¿Quieres que continúe? ¿Quieres que te dé duro?
La Blight negó con prisa, ella no quería eso, no podía quererlo pero su cuerpo la traicionaba, el calor le nublaba la vista y el hecho de que Lucia estuviera tan cerca solo empeoraba las cosas.
—Por favor —pidió la Blight con pequeñas lágrimas escapando de sus ojos.
Lucia sonrió y el juguete volvió a hacer su trabajo robando un suspiro largo de Amity quien clavó sus uñas en las sabanas mientras rogaba al cielo que terminara todo antes de que perdiera la cabeza.
—Te ves tan ardiente —se burló la alfa tomando su celular y encendiendo la cámara—. Sería una lástima dejar pasar esto.
Amity trato de cubrir su rostro pero Lucia se lo negó, la Blight estaba sin r0pa, su cuerpo mostraba marcas, moretones, rasguños y una fina capa de sudor. Su mirada estaba casi oscurecida por el placer al igual que su cuerpo sufría espasmos mientras el juguete seguía moliendo adentro.
—Lucia por favor —gimió Amity extendiendo los brazos a la chica quien parecía fascinada por todo—. Te necesito dentro.
La alfa sonrió con arrogancia mientras abrazaba a la omega que ahora aceptaba los besos sin problemas, que permitía que sus manos anduvieran libremente por su cuerpo a pesar de que estaba siendo grabada, a pesar de que se sentía sucia y mareada.
—¿Te gusta tanto que te folle? — cuestiono la alfa abriendo las piernas de Amity quien asintió con vergüenza—. Te romperé esta noche hermosa, no importa cuánto llores, cuando me pidas que pare, no dejaré de hacerlo hasta que me canse.
Amity tragó en seco, tenía miedo, pero extrañamente las palabras de Lucia eran una promesa de que la haría sentir bien, de que tendría cuidado. Después de todo Amity era quien la estaba provocando, quien le estaba pidiendo que entrara dentro de ella. Era su culpa.
Los dedos de Lucia sacaron con cuidado el vibrador del interior de Amity quien gimió fuertemente al tener su segundo 0rgasmo esa noche, su respiración era un desastre, ella era un desastre y eso lograba que Lucia se excitara de una forma casi sádica.
—Rápido —pidió Amity cuando noto que Lucia examinaba su cuerpo con detenimiento.
—Eres una perra con prisa —susurró la alfa bajando sus pantalones—. Entonces no importa si no soy cariñosa.
Lucia era alguien grande, demasiado para el cuerpo de la pequeña Blight por lo que fue extraño cuando se deslizo dentro de ella y no dolió en absoluto de hecho se sintió tan bien que Amity gimió fuertemente en el oído de la alfa.
—Te corriste y solo entré —gruñó Lucia tratando de aguantar la sensación tan fuerte del interior de la Blight—. Eres asombrosa joder.
Las embestidas de Lucia comenzaron lento pero se volvió una tortura por lo que le dejo de importar y comenzó a golpear violentamente el interior de la Blight quien gemía con fuerza, jadeaba y suplicaba porque lo hiciera más rápido, más fuerte. Se sentía tan bien como para parar.
—Lo estas recibiendo tan bien— jadeo Lucia mirando como su miembro entraba una y otra vez dentro de la menor—. Esto es muy caliente Amity, lo estás haciendo tan bien princesa, lo estas recibiendo todo.
Los golpes dentro de la chica se volvían fuertes, Amity estaba sobre estimulada, estaba cansada, su mente se mantenía nublada y el hecho de Lucia continuara entrando en ella la hacía arquear la espalda de placer.
Para la alfa en interior de Amity era la cosa más deliciosa del mundo, pero lo mejor era ver como la chica era un desastre debajo de ella, con el cabello alborotado, el labio roto, los ojos llorosos. Parecía una escena de una maldita película nop0r y le encantaba porque ella la había destrozado. Estaba follando su omega que adoraba estar siendo abus44-da, estaba rompiéndola de tantas formar más allá del coito que no le importaba, porque era la realidad.
Lucia había logrado meterse en la piel de la Blight, entre sus piernas, en su corazón y no planeaba soltarla, no la dejaría nunca, la obligaría a quedarse a su lado aunque ella no lo quisiera.
El interior de Amity se apretó con fuerza alrededor de Lucia cuando llego a su cuarto orgasmo esa noche provocando que la alfa también llegara al final dentro de ella que enterró sus unas en la espalda de Lucia al sentir el nudo de la alfa.
(...)
Era muy tarde cuando Lucia regreso al departamento cargando a Amity en su espalda, Luz estaba dormida en el sofá esperando por amabas lo que conmovió el corazón de la mayor quien primero dejo a Amity en su habitación y después cubrió a su hermana con una manta cálida.
—Sabias que Luz esta flechada por Amity —comentó un Luca muy cansado recostado en otro de los sofás.
—No tenía idea —miente la alfa sentándose a lado de su hermano.
—Creo que a Amity también le gusta un poco —la voz de Luca está llena de sinceridad y cansancio—. Seria lindo si pudieran salir juntas, debemos ser buenos hermanos y ayudarla.
—Tienes mucha razón enano.
En la casa de los Blight, Amber miraba el techo de su habitación con dolor, extrañaba charlar con Amity al final del día y que su hermana le contara como Boscha había empezado una pelea o que había golpeado a algún chico nuevo.
Amber extrañaba a su hermana, demasiado y se arrepentía de no haber estado lo suficiente atenta cuando Amity comenzó a salir de casa con mucha frecuencia, cuando la última de los Blight tenía pequeños chupetones en el cuello, hubiera dado todo por ver las señales y no haber gritado que todo era culpa de Amity cuando encontró a Lucia sobre su hermana.
—Maldita sea —sollozó Amber abrazándose a sí misma—. Todo es mi culpa.
En la mente de Amber se repetía una y otra vez a escena, con tanto detalle que era asqueroso, con tanta precisión que recordaba incluso las lágrimas en el rostro de su hermanita. Tenía tanta rabia que podría morir por contenerla.
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Favorite Crime - Lumity (Omegaverse)
Lãng mạnLa odiaba. Odiaba la música fuerte que parecía gritarle que era una idiota. Odiaba el sabor de la marihuana en sus labios. Odiaba la amargura en su paladar cada que la cerveza bajaba por su garganta. Odiaba marearse entre el humo, el alcohol y las l...