Capitulo 3

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Lucia cerró los ojos con fuerza al sentir como su miembro entraba torpemente en los labios de la omega arrodillada en ese pequeño baño público, maldijo a sus adentros al estúpido Edric por provocarle un ataque de celos y sobre todo a la estúpida de Luz por sonrojarse como si fuera una mocosa. Odiaba liderar con niños que no obedecían.

—Eres tan buena en esto— gruño Lucia empujando sus caderas con fuerza y ahogando un poco a Amity—. Eres toda una z0rra para mi, princesa.

Sin esperar más la alfa levanto a Amity y se sentó en el inodoro bajando la tapa. La omega entendió a la perfección por lo que se sentó a horcajadas sobre sus piernas, rezando internamente porque nade la encontrara y la vieran en una situación tan horrible como lo era aquella.

—Mírame —ordenó Lucia tomando con fuerza las mejillas de la chica quien soltó un gemido de dolor—. La próxima vez que te vea con alguien te tomaré tan fuerte que no me importa cuánto llores.

Amity asintió con fuerza al saber que las palabras de Lucia nunca eran mentira, lo sabía de experiencia por aquella ocasión en la que algún adolescente le coqueteo en una fiesta y como castigo Lucia la grabo durante tres horas en las que la omega estaba tan lastimada internamente que no podía ni siquiera ponerse de pie.

—Tranquila princesa— susurro Lucia colocándose entre los labios mayores de la Blight—. Será rápido, no dolerá —prometió entrando de golpe en Amity quien soltó un grito de dolor puro y se aferró a los hombros de la alfa –Ves, no dolió nada —se burló, comenzando a mover sus caderas con fuerza.

Lucia sentía como las paredes internas de la omega se apretaban fuertemente alrededor de su miembro, escuchaba los sollozos de su chica en su odio, podía sentir el cuerpo, de apariencia pequeña, sobre ella temblar de dolor. Era una maldita enferma y le importaba un carajo mientras pudiera tener a la Blight.

—Lucia— gimió Amity escondiendo su rostro en el cuello de la alfa, inhalando ese aroma a café con la única esperanza de que el dolor y el miedo se fueran —¿Ya vas a terminar?

—Relájate Blight— bromeo la alfa besando rápidamente la mejilla derecha de la chica—. Parece que quieres que me aleje de tu vida.

La menor negó con rapidez, su mayor miedo era quedarse sola en un mundo que la odiaba y por mucho que estar con Lucia doliera era lo único que le daba sentido a todo, la única persona que podría amar a alguien como ella era Lucia Noceda. Todos lo sabían.

Llorar todos los días era mejor que ser nada en el mundo.

—Más fuerte —pidió Amity cerrando los ojos y dejando escapar pequeñas lágrimas por el dolor—. Por favor mi alfa más fuerte.

Lucia obedeció y golpeo aun con más fuerza el interior de la Blight quien sentía sus muslos comenzar a mojarse poco a poco y el ardor comenzar a llenar todo su cuerpo. La omega estaba llorando y eso enloquecía a Lucia, jadeaba por aire pero a nadie le importaba. Quería ser amada. ¿Era tan difícil que alguien la amara?

Después de unos instantes Amity sintió como el nudo de Lucia se extendía en su interior, rasgando su cuerpo que aún no estaba preparado para recibir a un alfa pero que claramente lo hacía muy a menudo y algo que la había hecho tener que visitar a su ginecóloga antes de tiempo.

—Eres tan valiente amor —susurró Lucia limpiando las lágrimas abundantes de la Blight—. Me encanta que siempre seas una princesa tan obediente.

Amity asintió aferrándose al pecho de Lucia quien acaricio su cabello tiernamente, era como un ritual enfermo que había desarrollado desde que la menor de los Blight cumplió 14. La omega lloraba con fuerza y se acurrucaba en su pecho prometiendo ser una chica buena mientras Lucía la consolaba y mimaba prometiendo ser más dulce la próxima vez aunque siempre mentía.

—¿Quieres helado? —cuestionó Lucia y la chica asintió—. Tal vez pida esa comida que tanto te gusta.

—¿Sushi? —preguntó mirando inocentemente a la alfa que siento su corazón derretirse.

—Todo lo que quieras —aseguró besando los labios de Amity.

(...)

Luca estaba sentado mirando el techo del centro comercial, eran las segundas papas fritas que pedía esperando a Lucia y Amity que finalmente llegaban con ellas, la menor tenía la sudadera negra de Lucia alrededor de su cintura y parecían muy cariñosas entre ellas.

—Lo siento, esta chica quería consejos para citas —miente Lucia sentándose frente a sus hermanas y mirando de reojo si la Blight podría sentarse sin dolor—. ¿Quieres ir a casa? —cuestionó a lo que Luca y Luz asintieron con prisa—. De acuerdo, primero tenemos que hacer compras.

El castaño asintió y se puso de pie con prisa, si el pasaba un minuto más ahí terminaría golpeando a alguien pero Luz no podía dejar de mirar la expresión de dolor en el rostro de Amity al sentarse.

—¿Trajiste tu auto? —cuestionó Luz con unas sonrisa a lo que Lucia asintió—. Creo que me quedare en el auto, ha sido un día muy cansado.

Amity le agradeció con la mirada a Luz, claro que aquello no pasó desapercibido por Lucia quien tenso su mandíbula en respuesta pero fingió que estaba de acuerdo.

—Deberías quedarte en el auto si no te sientes bien —comentó Luca mirando a Amity quien asintió—. Entonces perfecto, Luz lleva a Amity al auto y Lucia vamos a comprar.

Un rato después Luz se encontraba en el auto con Amity a su lado, la chica parecía más pálida de lo normal, cansada y demasiado soñolienta, casi enferma lo que preocupo justamente a Luz a quien no le importo que la chica se recargara en ella buscando un poco de comodidad.

—Lo siento— susurro Amity de forma casi lastimera—. Si te molesta me puedo alejar.

—Descuida —respondió Luz tomando la mano de la peliverde que asintió—. No me molesta.

Luz saco su viejo reproductor y le ofreció un auricular a la peliverde que lo acepto torpemente, al colocárselo una tonada dulce comenzó, reconoció los acordes como rock pero no le molesto. Era una canción nostálgica, cálida, de cierta forma hasta dulce o tal vez era porque el aroma de Luz era similar al chocolate, pero estaba disfrutando la melodía.

—Hoobastank The reason —exclamó Luz notando el como la chica también disfrutaba la canción—. Es una buena canción.

—Es buena —confirmó Amity cerrando los ojos con pesadez—. Muy buena.

(...)

Lucia llego al auto con Luca detrás de ella, al parecer tanto su hermana como Amity se habían quedado dormidas, la alfa se acercó hasta la omega y toco la frente de la Blight asegurándose que estuviera bien o tendría que llamar de nuevo a Scarlette quien no dejaría de amenazarla con denunciarla por abus0.

—¿Eres algún fan de Cuties? —cuestionó Luca mirando con seriedad a Lucia quien lo miro con fastidio—. No la tratas como una nena, no soy estúpido.

—Deja de imaginar cosas enano —pidió Lucia despeinando a su hermano quien se mantuvo firme—. Ella es hermana de alguien que fue importante para mí.

—¿Qué paso con ella? —el interrogatorio del castaño se volvió un verdadero dolor en el trasero—. Ella no te ve como una hermana, Lucia.

—Lo diré una vez Luca, su hermana está muerta —sentenció la mayor mirando a Amity—. Y lo menos que puedo hacer es cuidarla, así que no insistas enano o te daré una paliza.

Luca asintió subiendo al lugar del copiloto, el chico era extremadamente moralista por lo que aún le parecía desagradable el cómo Lucia miraba ocasionalmente a Amity por el retrovisor, era incómodo y lo hacía sentir mal. Como un cómplice de alguna mierda enferma. Algo no estaba bien.

—Vamos hermano no quiero estar mal contigo —exclamó Lucia con una sonrisa de lado—. Te contare todo lo que quieras en otro momento, no quiero que pienses algo mal de mí, no soy una enferma que se aprovecharía de una niña.

—Te creo —confesó Luca con una sonrisa—. Solo es raro, pero supongo que puedo confiar en ti, ¿verdad?

—Claro que sí, siempre te diré la verdad enano —respondió con una sonrisa falsa la alfa.

  
   

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Favorite Crime - Lumity (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora