Amity corre por la utopista vacía de Oregón, esta descalza, solo tiene una playera grande y unos pantalones negros de Lucia, pero está segura de que no quería estar en ningún lugar, solo quería marcharse, correr hasta que algún conductor ebrio la atropellara o hasta que su propio corazón dejara de doler tanto como su cuerpo.
Dolía amar a Lucia, dolía saber que nadie en el mundo esperaba por ella, dolía escuchar a su padre llamarla "princesa", dolía ver la expresión de decepción de Odalia todo el tiempo, dolía estar lejos de sus hermanos. Todo parecía doler tanto que en ocasiones sentía que se ahogaba en un rio tan hondo que cualquier pizca de sol desaparecía.
—¡No pudo hacerlo!— grito Amity deteniendo su paso a la mitad de la autopista –Ya no puedo— susurra dejándose caer en el frio asfalto a la par que cierra los ojos.
Su cuerpo dolía y sus muslos se comenzaban a sentir mojados como el pantalón que llevaba, tal vez se había desgarrado algo dentro de ella, tal vez la herida era muy grave en esta ocasión. Pero ya daba igual.
Amity era consciente de que amaba demasiado a Lucia a pesar de que doliera, no le importaba escuchar a todos a su alrededor diciendo que estaba mal porque Lucia es la única persona que la hacía sentir bien aunque la hiciera llorar o sangrar. Pero ella no era Amelia y Lucia lo sabía, ella jamás seria su perfecta hermana, no era la hija que Odalia quería, no era la mujer que Lucia deseaba, no estaba limpia.
Nadie quiere las cosas sucias, nadie quiere las cosas rotas y nadie en el mundo quería a alguien como Amity porque ella era todo aquello. Pero lo que más la quebraba era Luz, ella parecía brillar y quería ser su amiga con tanto empeño que le daban ganas de llorar porque su Luz supiera lo sucia que esta Amity jamás le volvería a hablar.
—Amity— susurra una voz conocida y perdida en el tiempo
La niña abre los ojos mirando una silueta borrosa por la luz de una farola, puede distinguir esa sonrisa amable, esos ojos tan similares a los suyos, esa sensación de amor que había perdido desde hace tanto tiempo que el pensarlo la hizo querer llorar aún más.
(...)
Luca mira con curiosidad el cómo Luz camina decaída a casa, puede notar ese pesimismo característico de su hermana con cada paso arrastrado y por la falta de esa alegría que siempre ilumina sus ojos.
—¿Ocurre algo nutria?— cuestiona Luca despeinando el cabello de la menor –Puedo golpear a alguien si quiere, la cárcel siempre es una opción.
—Amity no se interesara en mi— exclama Luz con pequeñas lagrimas corriendo por sus mejillas.
—Luz... ¿Por qué no se interesaría en ti?— la voz suave del chico se escucha como un suspiro.
—Ella es genial— exclama Luz llorando sin poder detenerse –Es linda, tiene buenas notas, es amable cuando la conoces, no molesta a nadie en la escuela, le gusta leer y su sonrisa me hace sentir mariposas... ¡Me gusta Amity!... pero yo jamás le voy a gustar.
Luca abraza con fuerza a su hermana mientras ella se desahoga, le duele ver a su hermanita de esa forma, le duele conocer lo que ocurre con Amity y no poder hacer algo. El también quiere llorar pero por el momento tiene que ser fuerte, por Luz, por Amity, por Amber y el resto de los Blight.
—Escucha Nutria— habla Luca mirando a la menor con una sonrisa llena de seguridad –Tú me ayudaste a ser yo cuándo hice mi transición, le enseñamos al pequeño King a aventar comida, nos quedamos con mamá cuando se fue papá, descubrimos quien robaba las papas fritas de la cafetería y sobre todo eres una Noceda Luz— cuenta el chico haciendo que Luz recuperé un poco del brillo de sus ojos.
—Pero yo no sa— Luz es interrumpida por Luca quien la mira serio.
—Luz Noceda, si alguien en este mundo puede hacer que Amity Blight se enamore eres tú— sentencia Luca limpiando las lágrimas restantes del rostro de la pequeña –Si puedes pelear por tus amigos contra los matones de la escuela, defender a tu hermano de toda la gente intolerante del mundo, puedes hacer que esa chica se enamore, porque tu hermanita eres fantástica.
Rápidamente la chica comienza a llorar mientras abraza a Luca con fuerza, es muy tarde y aunque mañana estarán desvelados y posiblemente de mal humor por ese instante desean sacar todo lo que duela para asegurarse de que no los detenga.
(...)
Amity despertó al escuchar un claxon fuerte, abrió los ojos asustada mirando a aquel anciano bajando de su camioneta totalmente pálido por encontrar a una niña tirada a la mitad de la nada. La Blight se puso de pie con prisa sintiendo la fuerte punzada de dolor en sus piernas, Lucia la había destrozado la noche anterior pero aun así corrió al bosque mientras aquel anciano gritaba preocupado que se detuviera.
La mañana era helada, el bosque seguía un poco oscuro pero Amity había vivido toda su vida entre el o al menos lo suficiente para saber orientarse a la perfección, comúnmente era la única niña de 14 años que paseaba por el bosque por eso encontrar a un Rubio disparando flechas a un árbol fue extraño. Sobre todo por la hora.
—¡Que mierda!— exclamo el rubio de 14 años retrocediendo con prisa al ver a Amity —¡Mierda! ¡Pareces sacada de Carrie!
Amity ignoro al chico quien extrañamente la siguió, Hunter se quitó su sudadera y sin dudar se la ofreció a la Blight quien lo miro dudosa. Al tener la prenda entre sus manos noto la poca calidad de la tela y sobre todo el nombre bordado de la clínica de ayuda emocional a unos kilómetros.
—¿Te escapaste?— cuestiono la Blight amarrando la prenda a su cintura.
—Solo tomo un respiro— aseguro el rubio sin mucho ánimo —¿Estas bien?
—Creo que si— respondió Amity mirando las ojeras bajo los ojos de Hunter —¿Por qué estás en el hospital?
—Porque mi tío abuso de mi— respondió el rubio como si fuera lo más natural del mundo –Lo siento, los psicólogos dijeron que necesito hablar de esto, pensé que era buena idea.
—Está bien— exclamo Amity con una sonrisa amable –Fue un placer conocerte, espero mejores.
Ambos se miraron una vez más y siguieron en lo que hacían, Amity continuo caminando a su departamento mientras Hunter volvió a lanzar flechas a un árbol imaginando a aquel hombre, deseando que cada flecha fuera directo hacia él.
El resto del camino la Blight se mantuvo en silencio, caminando lentamente pero cuando finalmente llego a su hogar encontró la típica nota en el refrigerador, la ausencia de sus hermanos y el terrible vacío en su propio corazón. Esa mañana las cosas parecían no tener sentido y Amity hubiera deseado creer que algún día se dejaría de sentir así pero la verdad era que no.
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Favorite Crime - Lumity (Omegaverse)
RomanceLa odiaba. Odiaba la música fuerte que parecía gritarle que era una idiota. Odiaba el sabor de la marihuana en sus labios. Odiaba la amargura en su paladar cada que la cerveza bajaba por su garganta. Odiaba marearse entre el humo, el alcohol y las l...