Reencuentro.
Silvia
Hay estaba quien menos quería que estuviera, la famosísima Anastasia, sentia que algo me quemaba quería controlarme porque no quería armar un problema, así que evite verla y me diriji hacia el otro lado de la habitación donde estaba Rene——Hermana ¿todo bien?, traes una cara como que si viste a tu peor enemigo—. Me dijo Rene.
—Si estoy bien, sólo que está una perra del otro lado—. Dije entre dientes lo último.
—¿Qué dijiste hermana?—. Me pregunto mi hermano.
—Nada hermano, ¿Qué te han dicho sobre Jorge—. Le cambié de tema.
—Salió una enfermera a decirme que él estaba igual que había una pequeña mejora que aún tenía la presión ya más controlada—. Vi como su mirada se agachó.
—Rene ¿hay algo que aun no me has dicho?—. Le tome la mano.
—La enfermera me dijo que iba a tardar en despertar no saben exactamente cuando pero no será mucho porque me dijo que maximo 1 día más—. Dibujo una sonrisa en su rostro.
—Hay estaré para el hermano estaré cuando despierte—. Me senté a su lado recargando mi cabeza en su hombro.
Al día siguiente...
Salí a la cafetería por un café americano porque me urgía si quería seguir despierta, aún que ya había dormido un rato el agotamiento me estaba matando, René y Alma habían ido a descansar a el departamento y yo decidí quedarme.
Regrese con mi café y en eso llego una enfermera—
—Hola ¿usted es familiar de Jorge?—. Me pregunto mientras anotaba algo a su tabla que traía en la mano.
—Si, dígame—. Le dije sonriendo.
—Ya lo pasaremos a piso, ya despertó, está despierto hace rato vine a buscarla pero usted no estaba y Jorge no para de decir el nombre de una chica creo que es Silvia, ¿usted sabe quien es?—. Dejo de escribir.
—Soy yo—. Sentí como mi cuerpo empezaba a temblar.
—Puede pasar a verlo cuando esté en piso ahorita la llamo—. Se dio la vuelta y se fue.
Me senté y empecé a mover mi pierna, Jorge ya había despertado bendito sea Dios, contaba los segundos para ir a verlo.
A los 20 min llegó la enfermera dándome la orden que ya podía pasar. Era casi milagro que Jorge estuviera despierto, la herida si fue algo grave pocos se salvaban.
Entre al cuarto y ahí fue cuando lo vi, no pude aguantarme las ganas y fui corriendo hacia él aventando mi bolsa en el suelo y lo abracé con cuidado con lágrimas en los ojos—
—Hola mi pecas, extrañaba ver una vez más esos ojos verdes junto con tus bellas pecas que adornan tu rostro—. Levantó su mano y me acarició la mejilla.
—Yo no te extrañaba, obvio que si tonto te extrañe demasiado tres dias sin verte fue una eternidad—. Le dije mientras lloraba.
—Pecas ya no llores, acuérdate llerba mala nunca muere aquí estoy me le escape a la calaca—. Me limpiaba las lágrimas.
—Tenemos tantas cosas pendientes por hablar Salinas, pero después las hablamos, estoy muy contenta porque ya te tengo nuevamente conmigo—. Le dije mientras dibujaba una sonrisa en su rostro.
Jorge
Había estado pensando en salir con Silvia, estas últimas semanas habíamos estado demasiado juntos que ni siquiera tuve tiempo para salir con mujeres desde que ella llegó, será que me estoy enamorando de ella.
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El destino
RomanceSilvia una joven de tan solo 20 años pasó la desgracia de su vida, después de sufrir un abuso de parte de tu pareja Fernando y que el pasado no la dejara en paz. Decidió irse a estudiar a Roma, Italia para librarse de su pasado y sus tormentas. Lo q...